En 1960, Carlos Guitart (contrabajo y bajo eléctrico) regresa a Madrid tras finalizar la mili con la idea de montar un conjunto musical. Convence a su amigo José Luis -Joe- González (piano y órgano) para que le acompañe en esta aventura. A través de un programa de radio conocen a José Antonio Otero (guitarra) y a un cantante llamado Manuel Escobar, que nada tiene que ver con el del carro. Ésta es la primera formación con la que Los Sonor comienza a actuar, haciendo versiones de Everly Brothers, Dion and the Belmonts y, en general, éxitos de estilo vocal du-dua. El cuarteto carece de batería y se las arregla con músicos contratados o amigos de otros grupos.
Pronto José Antonio abandona el grupo y es sustituido por Luis Eduardo Aute (guitarra y voz), actuando en el programa de televisión Salto a la Fama. Poco después Aute deja también el grupo, y momentáneamente la música, para ser sustituido por Fernando Sánchez (guitarra). Gracias a las influencias del director de la revista Discóbolo, les sale un contrato con RCA para hacer su primer EP. Cómo sería la promoción que ellos mismos se pagaron la foto en blanco y negro, que después colorearon con lápices de colores para dar un poco de vistosidad a la portada. La tirada fue de 250 ejemplares. Ese mismo 1961 participan en el Festival de Benidorm con la canción “Fronteras”, con la que ganan el premio de interpretación. A finales de ese año, publicarán su tercer EP, en el que aparece “Esa chica alborotada”, primer éxito popular de Los Sonor.
En 1962 Manolo Díaz va a sustituir en la guitarra a Fernando y Los Sonor van a abandonar su estilo melódico de voces bien timbradas para pasarse al baile de moda, el twist, adaptando temas tan conocidos como “El relicario” a este nuevo ritmo. Metidos en danza moderna, en los siguientes discos amplían el repertorio a otros nuevos ritmos como el madison o el hully gully. En esta época, por fin, entra con ellos un batería fijo, Jorge Matey. Son uno de los conjuntos más populares del país y aquel verano se hartan de actuar por toda España, pasando una temporada en Mallorca. La isla se convertirá en destino obligado de trabajo veraniego en los siguientes años.
El padre de Manolo Díaz trabaja de ingeniero en el Canal de Isabel II y envía a su hijo a Liberia con un contrato de trabajo en aquel lejano país africano. Otra vez sin guitarra. Esta vez el sustituto será Antonio -Tony- Martínez. Con esta formación graban en 1963 su último disco para RCA, «Las Hijas de Elena» (RCA, 1963), con el corte homónimo en cabecera. Este tema forma parte de la banda de la película de igual título de Mariano Ozores (1963) protagonizada por las gemelas Pili y Mili.
En 1963 Los Sonor cambian de compañía discográfica y fichan por Philips, modificando radicalmente su estilo para convertirse en un grupo eminentemente instrumental, una especialidad que hacía furor entre los grupos y aficionados de la época. En su nuevo sello grabarán varios EP en los que simultanean temas cantados con piezas instrumentales. Alcanzan un notable éxito con clásicos del surf y el rock instrumental como “Barracuda” o “Diamantes”.
En 1964 Manuel Escobar deja el grupo para iniciar una carrera en solitario. También por esas fechas deja el grupo el organista Joe González, que será reemplazado por Manolo Fernández. A pesar de la salida de dos fundadores del grupo, 1964 es su mejor año con sus dos grandes hits instrumentales “Campanilleros” y “Los cuatro muleros”, éste último un tanto oscurecido por la versión de Los Pekenikes, que vendió bastante más que la de Los Sonor. Ese mismo año harán una gira por Francia. A su vuelta, compaginarán su carrera con el papel de banda de acompañamiento de Miguel Ríos y aún sacarán tiempo para participar en la película “Abajo Espera la Muerte” (Juan de Orduña, 1964).
Tras la campaña de verano de 1965 realizada casi por completo en Mallorca, Carlos Guitart, alma del grupo, lo va a dejar para iniciar una nueva aventura musical. Lo mismo va a hacer Jorge, el batería. A finales de 1965 los dos Sonor que aún quedaban libres, Tony Martínez y Manolo Gonzalez, se reúnen en Madrid con algunos miembros de Mick and the Runaways, con los que habían alternado en su último verano mallorquín y, como no tenían nada mejor que hacer, deciden finiquitar Los Sonor y fundar un nuevo conjunto, que meses después sería bautizado en un programa radiofónico como Los Bravos.
Los Sonor transitaron en su carrera por numerosos estilos y fueron el auténtico buque escuela del rock madrileño. Su característico sonido pulido y elegante se adaptó sin problemas a las modas musicales del momento. Primero fue un grupo melódico vocal, después se pasaron a las adaptaciones de los bailes de moda. Más tarde los encontramos enrolados en el rock instrumental tipo Shadows o Ventures, y al final de su carrera se apuntan al Spanish sound que adaptaba temas folclóricos a los ritmos e instrumentos actuales.
La práctica totalidad de los músicos que navegaron en este particular barco desarrollaron importantes carreras posteriores. Manuel Escobar realizaría una modesta carrera como solista bajo el nombre artístico de Enmanuel y a principios de los 70 cantará en el grupo La Compañía, con el que alcanzará un notable éxito. Luis Eduardo Aute se convertiría en uno de los compositores y cantantes más importantes de la música española. Carlos Guitart tras una breve estancia en Los Flecos, se encargaría de la promoción de Los Bravos y fundaría los sellos Sonoplay, luego llamado Movieplay, y Dial. Fallecería en accidente de tráfico en junio de 1979. Joe formó Los Pasos y falleció en 1º de mayo de 2024. Tony Martínez y Manolo Fernández formarían parte de Los Bravos. El segundo de ellos fallecería en 1968 y el primero en 1990. Jorge Matey pasaría brevemente por Los Pekenikes y después por Los Beta Quartet y Los Archiduques. Manolo Díaz realizaría una importante carrera como solista y, sobre todo, como compositor para Los Bravos, Los Pasos y otros grupos. Fue ejecutivo y productor en CBS, donde llegaría a ocupar el puesto de presidente en su delegación en España y Universal Music Latin entre otros muchos cargos directivos en la industria musical. Seguramente muchas de estas carreras, fundamentales en el devenir de la música española, no habrían existido si antes sus protagonistas no hubiesen pasado por Los Sonor, lo que ha convertido a este grupo en un mito mil veces citado y muy pocas veces escuchado.
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