Hablar de Los Estudiantes es hablar de los orígenes del rock ’n’ roll en España; es hablar, en definitiva, del primer grupo de rock de este país, y ahí es donde radica su importancia: consiguieron adaptar al gusto hispano los nuevos sonidos llegados desde Estados Unidos de gente como Elvis Presley, Chuck Berry o Carl Perkins, entre otros. Los Estudiantes sonaban a novedad, aunque la verdad es que no tocaban muy bien, su inglés dejaba mucho que desear, y ni sus formas de tocar eran muy ortodoxas ni su sonido era muy limpio -esto en parte a los deficientes equipos que se utilizaban en la época-. Pero eso, no es tan importante como el simple hecho de iniciar el camino.
Para encontrar el germen del grupo nos tenemos que trasladar a 1955, a un dúo compuesto por Pepe Barranco y José Fábregas, que eran compañeros en el Colegio de la Sagrada Familia de O’Donell de Madrid; el primero tocaba la guitarra y cantaba y el segundo tocaba la batería. Tiempo después José Fábregas fue sustituido por José Alberto Gosálvez. En 1957, en una fiesta que organizaba la Facultad de Medicina, se les acercó un chico, Rafael Aracil, que les dejó una guitarra eléctrica para que la tocaran en la actuación. Con ella tocaron “Blue suede shoes” de Carl Perkins y “Too much monkey business” de Chuck Berry. Pepe Barranco acabó con los dedos ensangrentados ya que no estaba acostumbrado a tocar las cuerdas de metal, pero como el público estaba entusiasmado, tuvieron que tocar otra más, que fue “Only you” de The Platters. Después del concierto Pepe Barranco aceptó enseñar a tocar la guitarra a Rafael Aracil y este se incorporó a la formación.
En el verano de 1958 se dedicaron a hacer actuaciones de un modo más profesional, tocando durante dos meses todas las noches un pequeño repertorio en el que destacaban las versiones de Elvis Presley y Gene Vincent. Fue en El Palmeral de Alicante y recibían seiscientas pesetas por show. De vuelta a Madrid entra Adolfo Abril, que se hace cargo del contrabajo y cuyo padre ideó el nombre de Los Cuatro Estudiantes. Durante un tiempo este nombre varía en función del número de componentes del grupo, pero al final lo dejaron por el que serían conocidos, Los Estudiantes. Adolfo está poco tiempo en el grupo, aunque lo justo como para participar en la primera película donde aparece la banda, “Pasa la Tuna” (José María Elorrieta, 1960). Poco después de ella lo deja para proseguir con sus estudios.
En 1959 ocurrieron muchos cambios en la formación: primero entra en el grupo Fernando Arbex, que se hizo con la batería en un ensayo cuando al oirle tocar dicho instrumento dijeron al hasta ese momento batería, José Alberto Gosálvez, que se fuera por un café; cuando regresó sólo encontró sin dueño el bajo. Otro cambio fue el de Rafael Aracil, que se fue a Inglaterra durante una temporada, siendo sustituido por Luis Arbex, hermano de Fernando. Para completar la formación también se incorporó José Luis Palacios, cuya guitarra en forma de ancla fue su sello de identidad y por el que todo el mundo le recuerda.
Ese mismo año surgió el contrato con Philips y grabaron su primer EP, que contenía “Ready Teddy”, “La bamba” y las instrumentales “Woo-Hoo” y “Me enamoré de un ángel”. Tuvieron a su favor el impulso de Ángel Álvarez, que era el discjockey de Caravana Musical, y de Ernesto Lacalle, presentador del programa Boîte de Radio Intercontinental. Y, aprovechando el tirón, volvieron a aparecer en la gran pantalla en la película “La Corista” (José María Elorrieta, 1960). Después del rodaje, volvió Rafael Aracil y entró en el grupo Luis Sartorius, sustituyendo a José Luis Palacios y José Alberto Gosálvez respectivamente.
Una fecha clave en el panorama musical español de la época es el 18 de noviembre de 1962, fecha en el que arrancan los míticos festivales del Price. Se celebraban las mañanas del domingo, y en solo dos años pasaron por su escenario los grupos más importantes de la época. De aquí surge su “rivalidad” con Los Pekenikes: en el escenario los dos montaban un duelo tocando, alternativamente, un tema cada uno, y al final Fernando Arbex solía levantarse de la batería y tocaba todo lo que se le ponía al alcance de sus baquetas, con lo que hacía al público enloquecer.
En 1963, grabaron su segundo EP que contenía “It’ll be me” y “Guitarra tango” más dos instrumentales escritos por ellos «Una estrella fugaz» y «Colette«; la salida de este EP les llevo a hacer muchas galas y con lo que sacaron compraron mejores equipos de sonido, por lo que mejoraron sus directos ostensiblemente. Poco después volverían a ser un cuarteto, ya que Luis Sartorious dejó el grupo para convertirse en el director artístico y de promoción de discos del sello Philips.
En 1964 grabaron el tercer EP compuesto por “Don Quijote”, “Pecosa”, “Poncho” y “La pulga”, todas instrumentales, y tres de ellas compuestas por Fernando Árbex. Ese mismo año Luis Sartorius deja Philips y decide montar Novola, que era una división del sello Zafiro destinada a lanzar al mercado la producción de artistas noveles, y, por supuesto, pensó en Los Estudiantes para este nuevo proyecto. Desgraciadamente poco antes de la Semana Santa moría Luis Arbex mientras hacía la mili. El golpe fue demoledor, pero eso no iba a ser todo, al fallecer Luis Sartorius cuando volvía a casa en su Seat 600. Dos duros golpes que noquearon por completo al resto de miembros de la banda.
Y así, el grupo pionero del rock ‘n’ roll español decidió dejarlo.Independientemente de que no lograran ningún tema de reconocido éxito y de no tener la repercusión que tuvieron otras bandas de la época, el tiempo les ha colocado en el sitio donde merecen estar. La suerte de los antiguos estudiantes fue diversa: Fernando Arbex lograría la fama con su siguiente grupo, Los Brincos.
Pepe Barranco, fallecido en diciembre de 2022, fue cantante en Los Pekenikes, antes de ser instrumentales, y después estuvo en Los Flecos, mientras Rafael Aracil pasaría por diferentes bandas madrileñas.
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