Mike And The Runaways

Hoy nadie los recordaría si no hubiesen sido uno de los embriones que dieron lugar a Los Bravos y cuando se forman, en 1963, nadie podía sospechar que algunos de aquellos muchachos mallorquines iban a llegar a formar parte de uno de los grupos españoles más grandes de todos los tiempos.

En 1964 el grupo, que por entonces se llamaba Lom & The Cries, son contratados durante varios meses en un hotel de C’an Pastilla. El grupo se había formado alrededor del cantante Lucio San Eugenio y estaba integrado por los guitarristas Tony Obrador y Florencio Pascual, Miguel Vicens (bajo) y Pablo Sanllehí (batería). El litoral mallorquín era y es un hervidero de turistas centroeuropeos. Aquellas actuaciones les valen para que un representante de una sala de fiestas les contrate para actuar durante un mes en Colonia. Allá se van y nada más llegar el cantante cae gravemente enfermo y regresa a España. ¡Menuda papeleta! O regresan todos o se buscan la vida. En esa disyuntiva tropiezan con un cantante local, que trabaja también en una fábrica de cervezas. Su nombre es Mike -Ratt- Kogel. El rubio cervecero no es totalmente desconocido en aquellos lares. El año anterior había grabado un single con el sobrenombre de Mike Keller y dos más como solista del grupo Michael & Firebirds.

El teutón acepta el reto, deja con veinte años la fábrica y se pone delante de los cuatro mallorquines para hacer versiones de temas de éxito en Inglaterra. El cambio de vocalista acarrea cambio de nombre, pasándose a llamar ahora Mike & Runaways. Aquello gusta y las actuaciones se prolongan por nueve meses, hasta bien entrada la primavera de 1965. El cantante usa el falsete, se mueve por el escenario con gran instinto y el grupo espabila a marchas forzadas, compra equipo nuevo y tocan cada día en maratones de ocho horas. Antes de dar por concluido su trabajo en Alemania, graban un disco en directo con su nombre, publicado por el sello local Baccarola, y otro que aparecerá editado bajo el nombre de The Beatmixers.

Cuando regresan a Mallorca para la campaña de verano Mike & Runaways son un grupo hecho y derecho, que se convierten en una de las atracciones veraniegas más impactantes. Pasan el verano en la sala Jaima, una de las más importantes de la capital balear. Ese mismo verano, en una escapada a Barcelona, graban un EP para EMI-Regal: “Um, um, um, um, um, um / Ja, Ja / Tienes Problemas, Yo También / Corazón Lleno de Mal» (Regal, 1965)”. Temas prestados de grupos punteros británicos como The Yardbirds o The Fortunes. El conjunto se nos muestra como una correcta banda de pop rock sin florituras y con un sonido bastante tosco en el que destaca el buen punteo de Tony Obrador. Mike Kogel canta solo los dos primeros temas del disco que van en inglés, pues en los de la cara B su desconocimiento del español obliga al grupo a cantarlas a coro unísono con escasa o nula participación de su vocalista principal.

Aquel verano por la sala Jaima pasó mucha gente. Algunas figuras internacionales de paso por la isla, como Tom Jones, y los grupos que llenaban de rock el estío balear. Uno de los grupos que andaban por allí actuando aquel verano eran Los Sónor, un veterano grupo madrileño que no atravesaba su mejor momento. También pasan por allí Los Continentales, que apalabran a Mike como cantante, lo cual luego nunca se materializaría.

Al final del verano, cada mochuelo a su olivo; sin embargo poco iba a durar aquella calma. En septiembre, Florencio se va a la mili y el conjunto se tambalea. En Madrid, simultáneamente, Carlos Guitart, bajista y alma de Los Sónor, funda Los Flecos y Jorge Matey, el batería, se va con Los Pekenikes. Todo eso ocurre entre los meses de octubre y noviembre. Los Sónor están heridos de muerte, pero tienen algunos contratos por cumplir hasta final de año y echan mano de sus amigos baleares. Miguel Vicens viaja a la capital para entrar en el grupo. Le acompaña Mike que anda pensando si quedarse por aquí o regresar a su vieja fábrica de cerveza. Poco después es Pablo el que es requerido a toda prisa para empuñar las baquetas. Los Runaways desaparecen entonces como tal. Aquellos Sónor van a durar poco más de media docena de actuaciones, porque su viejo compañero Manolo Díaz los ve, los escucha y convence a Alain Milhaud para que los fiche. Han nacido Los Bravos, aunque este nombre llegará algo más tarde.

Tony Obrador seguirá a sus antiguos compañeros a la capital, poniendo su guitarra primero en Los Continentales y más tarde en Los Pekenikes.