Año 1981. Las sobras del caldo Cucharada devengan en una escisión del mismo que resucita en tres mosqueteros ya hacendados con la antiguo formación (José Manuel de Tena -voz rasgada y bajo- y José Manuel Díez -batería y voces-) y Jaime Asua -guitarra y voces- que había hecho colaboraciones esporádicas con estos. Es Manolo Tena quien impulsa esta nueva aventura dando muestras de su tenacidad y fortaleza de la que ya da buena cuenta su sufrida trayectoria profesional. Al principio se hacen llamar FBI pero después su mimetismo con The Police (donde les ubica la critica especializada) les lleva a The Alarm que castellanizan como Alarma!!!
Para ahorrar estupefacción en el lector, diremos que los Alarma!!! tratan de buscar la alquimia entre la new wave y ese rock urbano sin concesiones, duro, barriobajero; prestan además aliños adicionales salpicados de funk, reggae, after-punk y una especie de proto ska. Esta búsqueda y su ecuación les estamparán contra un público que se divide entre lo heavy y lo pop-plasticazo, quedando nuestros héroes en una yerma tierra de nadie que sólo el paso del tiempo ha devuelto su color y fertilidad. Así pues es esa autenticidad (genotipo de los Cucharada) incardinada en la ardua lucha por lograr concordia entre rumbos contradictorios las que les acarreará la etiqueta too much en los lobbies comercialoides de entonces. El propio Tena lo describiría así reflexionando acerca del primer disco del grupo: «Nuestro trabajo,en esa época, fue absolutamente digno. A mi me gustaba decir que no éramos como José Luis López Vázquez, que ha hecho películas con gente tan diferente como Antonio Ozores o Saura, sino que sólo hacíamos las de Saura. Nos había costado pasar mucha hambre llegar hasta allí, pero éramos félices siguiendo esa línea».
En el año 1984 debutan con sus antiguos camaradas de Leño. Tras eso, el sello Mercury lanza su primer LP homónimo, «Alarma!!!» (Mercury, 1984), que había sido grabado el año anterior en los estudios Eurosonic y Musigrama contando con Carlos Narea a la producción y Pepe Loeches como ingeniero de sonido. A pesar de la calidad del mismo, la hostia es sonada e incomprensible. Se ha hablado de que este trabajo acusaba perturbadoramente esa especie de bipolaridad new wave y punk-rock; quizás, aunque a nuestro entender joyas que además fueron escopeteadas en hasta tres singles de temas estandartes: «Lola«, «Para ti«, y «Tu amor«, debieran haber hollado mejor azar y apertura musical sin complejos, por un público que debido a las transformaciones del país empezaba a preferir papilla antes que buena materia prima. Con todo, como veremos, este disco sí que achaca algunas elecciones desafortunadas en su repertorio y una producción y arreglos que no acaban de abrazar bien la aterradora y visceral ejecución y patología de un grupo cuyos directos debían de dejar sin respiración o habla.
Dando guerra y más rodados, lo vuelven a intentar en 1985, de nuevo de la mano de Mercury con una de esa obras ácidas e incombustibles que aún el ostracismo contextual padecido siguen sacudiendo entrañas y convocando estupor y espasmos de los apasionados del rock, y uno se pregunta «What’s the matter?«. «En el Lado Oscuro» (Mercury, 1985) desafía a su tiempo y a los futuros interlocutores con un disco sin complejos que con la misma impunidad flirtea con reggae, funk, ska, punk, rock… Simplemente genuino, casi atemporal, al que la crítica especializada empieza a dejar sitio con una alabanza o mejor aprobación de un verdadero diamante en bruto de la historiografía musical ibérica; y aunque nos ha quedado «Frío«, debiesen también aparecer (además con traje de sencillo 45 r. p. m. en su momento), «Sólo por tu dinero«, «Preparado para el rock and roll» y algunas más.
«Demasiado heavies para los modernos y demasiado modernos para los heavies«, así lo despacha Tena y se entumece admitiendo que: «… no se puede explicar con lógica por qué no funcionó el grupo en su momento, y que ahora, después de diez años, tenga el reconocimiento de la crítica y el público. Serán los astros, el destino, los hados, Dios… ¡yo qué sé!«. De todos modos aquí las principales emisoras de la nueva España hicieron también su San Martín respecto al merecido estatus que este trío se había ganado con sudor, contundencia y autenticidad; de nuevo lo inhóspito de algunas letras de Tena resultaban amenazantes: los callejeos de «Lola«, la ambigüedad de la «Reina del Neón«, o el síncope post-chute de «Perdido una vez más» no molaban mucho.
Aún y todo el terceto se suben con Miguel Ríos (que debía sufrir en silencio por tanta indeferencia con un rock tan bien parido y mejor escupido) que les invita a su gira Rock en el Ruedo, donde nuestros protagonistas comprobarían como algunos de sus temas y sobre todo ese «Frío» seguía recogiendo aplausos, ataques y estampidas; todo se selló además con la sosa y descafeinada colaboración de la canción «Rock en el ruedo» que deja regusto amargo y que quisiéramos pensar les pilló a todos en una crisis epiléptica.
Después de esta experiencia siguen nuestros amigos con un amago de media duración con «Esta noche» a la cabeza, secundada por «Frío«, «Cansado de esperarte» y «Tu amor«. Al final, la censura «mercuriana» acabó con esta valiente apología de la marihuana, dando lugar a un sencillo en la que «Manía depresiva» hacía de suplente. Como colofón hay rumores de tercer hijo pero los responsables discográficos empiezan a perder ideales y agallas, y adelantos musicales como «No más comida para perros» -reformulada por el señor Tena en ese «Tan Raro» (Elígeme, 1988)– y suponemos que otras rescatadas como «Colgado de ti» les parecen lo suficientemente duras como para hacer contrición de su alma piadosa y cumplir con sus votos, impidiéndoles grabar el tercer album con un aborto provocado.
Año 1986. «The dream is over«, que diría el señor Lennon. José Manuel sigue colaborando como músico profesional en diversas formaciones, lo mismo que don Jaime Asúa, hasta que se topa con ese Llámalo X (grupo de calidad que hereda los malos hados de Alarma!!!) y Gran Jefe; Manolo Tena continuó su numantino malditismo ya persecutorio con ese «Tan Raro» para acabar con un antibiótico de «Sangre Española» (Sony, 1992), que le rescindiría de la aridez y apartheid vividos.
Siguiendo con este hilo, los alarmistas vivirían algunos reencuentros que les harían ahondar en su mal fario debido al dilatado proceso de revalorización que vivía con el paso de los años su legado. El primero quizá fue en «Adiós Tristeza» (Twins, 1991) de Los Secretos en 1991, donde se refundiría quizá la mejor versión de «Frío«, con una muy buena acogida del público que les abofeteó. Ésta además tiene un recorrido versionero interesante: Barricada con Aurora Beltrán, Enrique Villareal, La Causa, Txarrena, o incluso Quique González (en directo) y quien se le ocurra.
Después llega Manolo en su annus mirabilis ’92 cantándose la «Marilyn» con Ana Belén y, aprovechando el tirón sanguíneo, Polygram Ibérica reedita en 1994 un «Alarma!!!» ( Polygram, 1994) que les devuelve a la palestra y palia ese descatálogo con una portada muy de masilla y un repertorio bastante acertado con dos guindas: la escurridiza «Esta noche«, que salir salió pero de incógnito, y ese homenaje al estado del «mono» que es «Colgado de ti«, que intentaría popularizar la desafortunada Azuzena en su primer LP, que quisiéramos creer les reuniría pues la grabación es del susodicho año. Y al final sí que hubo beso con alarma en el «Basikamente» (Sum, 2003) de Manolo Tena en que tras un «Popurrí» que catapultaba en medios tiempos las cúspides del grupo reaparecía tras un caos organizativo, Jaime Asúa cantándose «Frío» con Tena y Álvaro Urquijo, también coincidirían ambos en el homenaje a Sabina de 2008 en la Sala Galileo Galilei desgañitándose uno, rascando otro en el afilado retrato sabinero de Manolo Tena «Conductores suicidas«.
No es que la alarma sonara mal, es que los oídos estaban mal sintonizados. No es que Alarma!!! no fueran populares, es que eran el pulmón del pueblo. No es que los Alarma!!! fueran gafes, es que eran demasiado cojonudos como para ser subsumibles a un triunfo facilón y carente de enjundia y arte; y corroborando nuestra segunda tesis, alguno de los miembros de la formación confesaría entre abrumado y orgulloso: «No vendimos ni un puto disco pero los domingos había peregrinación masiva al rastro para conseguir la cinta pirata de Alarma!!!«… y eso, consuela y perdura. Amén.
En 2010 dos antiguos combatientes de Cucharada y Alarma!!!, curtidos en otras guerras, decidieron reunirse para tratar de devolver memoria y vitalidad a aquellos trepidantes temas bajo la marca de Ex-Cuchalarma: José Manuel Díez (batería y voz) y Antonio Molina (guitarra eléctrica y voces) acompañados de otros dos secuaces en bajo y guitarra han desempolvado hachas, mareas, fríos y profecías… hemos comprobado con estupefacción que la mayoría de ellas no han perdido ni un ápice de oportunidad. Escupen con nostalgia herida revisiones de «Desconcierto flamenco» (ahora cantada con quejío), «Made in USA» (qué razón tenían y cómo sigue), «Tan reprimido«, una mejoradísima «No soy formal«… o un «Cansado de esperarte» mucho más reggae sabrosón, «Esta noche» con salsa country, un «Para ti» que recupera su protagonismo, «Marilyn» más rockera, o la zigzagueante «Qué tipo de desastre eres tú«, sin olvidar un «Frío» ya herido de muerte pero que se tiene en pie; se cuelan además payasadas ajenas tipo «Madagascar» o una escalofriante y lastimera versión de «A white sade of pale«. Una reunión que escuece, que despierta, que devuelve lo heroico a los anales. Estuvimos hablando con ellos entre ron y ran en la Gruta 77′ y pudimos entresacar que llevan al menos un año de bolos, que nunca dejaron el mundillo y que seguramente entrarán a grabar con el técnico de sonido de Jaime Asúa próximamente.
Por supuesto se ralentizan los ritmos y el anhelo circunda cada rasgueo, sigue habiendo show como cuando el señor Molina la rasguea con los dientes o con los impasses del señor Díez en cada canción, pero los años aumentan la reserva y el sabor merece mucho la pena, vimos algo que se echa en falta últimamente en los supergrupos de hoy, había un inciso nuevo en cada corte, un instante en que no se sabía muy bien adónde se iba a llegar; lo llaman improvisación, y de la que sinceramente algunos deberían tomar nota.
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