Mauro Canut y Joaquín Rodríguez son músicos de sobra conocidos con los que no hacen falta excesivas presentaciones. Su participación en grupos míticos como Los Vegetales, Intronautas (caso del primero) o Los Nikis (caso de Joaquín) les ha valido reconocimiento y crédito suficientes, casi ilimitados, como para dedicarse a lo que quisieran satisfechos ya de la labor cumplida. Amigos desde el 1983, cuando Johnny el hermano de Mauro, empezó a tocar como batería en Los Nikis, fueron protagonistas directos de una de las épocas más fecundas e interesantes del panorama musical de este país.
Para Joaquín, a la actividad frenética que supuso pertenecer a los denominados Ramones de Algete siguió una larga temporada durante la década de los 90 en la que estuvo “con la radio apagada y teniendo hijos”. Es precisamente gracias a Mauro, que le hace llegar tres “embriones” de canciones para que les componga letra, que vuelve a sentir ganas de hacer música. Los temas estaban destinados para Deviot, pero Joaquín vio algo en ellos que le hicieron reaccionar: “Yo le dije que ni hablar, que eran muy buenas, que hacíamos un grupo nosotros para poderlas tocar”. Además, lo que le apetece es hacerlo en un proyecto que empezase de cero: “Mucho mejor que haber hecho un retorno de Los Nikis, que hubiera sido patético”, nos dice el ex-bajista de dicho grupo.
Para el nombre del grupo se deciden por Los Acusicas. Fieles partidarios de estirar la ironía y sarcasmo de las letras de sus canciones, o simplemente hastiados de tener que responder siempre al mismo tipo de preguntas, la información que aportaban en sus entrevistas era, en la mayoría de los casos, de dudosísima veracidad. Así uno no sabe si creer a pies juntillas que la inspiración para semejante nombre les llegó de un grupo de buscadores de geoglifos, los dibujos geométricos de enormes dimensiones que aparecen a veces de forma misteriosa en campos de cultivo.
Entre 2001 y 2002, mediante el envío transoceánico de cintas de casete (ya que Joaquín vivía por entonces en Estados Unidos), van componiendo canciones. Ya en España, tras adquirir este en septiembre de 2002 un 16 pistas (un Korg D1600), graban los temas en su casa con baterías programadas y con Mauro al cargo de las guitarras. Dejan así preparada una lista de canciones que a la postre compondrían su primer disco, “Ha Sido Éste” (Hormigonera, 2003). En el mismo, la pareja contó con ayuda destacada, como fue la de Emilio, antiguo cantante de Los Nikis, que puso voz en “La clonación” o Nacho Canut, hermano de Mauro, que puso las bases en “Mi vida insustancial”.
Ha Sido Éste ofrecía muchísimas vías de agarre para quienes venían de disfrutar de los proyectos pasados de Joaquín y Mauro. Plagado de temas en los que sobre todo priman las guitarras, presentaban al oyente varios cortes de intensidad en la música y brillantez en las letras. “Apático”, una de las canciones compuesta sobre esos supuestos, se acompañó incluso de un videoclip, en el que Joaquín, debidamente tapado por una cara hecha de línea de puntos, mostraba cómo se le puede ir a uno la existencia por simple desidia. Canciones destacables como “Brad es norteamericano”, “Canción de relleno” o el bloque temático dedicado a atracos frustrados, delaciones con las que justificar el nombre de la banda, consiguientes estancias en la cárcel, y velados homenajes a temas de Los Vegetales, lo convierten sin duda en un más que sobresaliente debut de Los Acusicas.
El disco se editaría entre finales del 2003 y comienzos del 2004. Antes de su salida a la calle, por cuenta de la distribuidora El Diablo, Mauro y Joaquín, decididos a montar un grupo en serio alrededor de este primer empujón, comienzan a reclutar componentes. Empezarían primero con la batería. Será Alejandro Moreno –Álex- el elegido, al que encuentran en el entorno de la banda. Así nos lo cuenta Joaquín: “Sabíamos que Floren, el técnico de sonido de Nikis y Fangoria, tenía un hijo que tocaba muy bien la batería, le llamamos y quedamos para ensayar y hasta ahora”. El nuevo fichaje vendría a sustituir a Dell Dimension, la eufemística manera con la que se referían a las programaciones de las percusiones en los primeros albores del grupo, cuando Mauro y Joaquín grababan “Ha Sido Éste”. No desaprovecharon luego cualquier ocasión para continuar con la broma siempre que alguien les preguntaba por algún batería previo que tuviera la banda: “Bueno sí, la primera, una amiga nuestra, Dell Dimension, venía de un grupo tecno-billy. El problema fue que era demasiado perfecta. Bueno, eso y que cuando se le cruzaban los cables se ponía insoportable. Insoportable de dar calambres”, decía Mauro en entrevista.
Con la incorporación de Álex, además, se producía un interesante contrapeso en el seno de la banda. Entre la pareja de “héroes de los 80”, el batería aporta la rabiosa juventud que necesitaba la enérgica propuesta de pop con maneras punk que practicaban Los Acusicas. Necesitado como anda cualquier interesado en la historia de la banda por confirmar la veracidad de lo que respondían en ocasiones, Joaquín se ve ahora obligado a ratificar anécdotas como la de Álex y su padre repasando para un examen en un camerino horas antes de una actuación del grupo.
Para la guitarra fichan a Jesús Mirón, que en aquel momento se encontraba inmerso en su proyecto Baby Horror, con el que acababan de editar “Teletransportador” (Subterfuge, 2003). Annie (su pareja en el grupo y en la vida real) y él conocieron a Mauro en un concierto por amistades comunes. La invitación que le hacen desde Acusicas resultó ser muy tentadora; tanto, que no se lo pensó dos veces. Joaquín nos habla de los detalles de la incorporación de Jesús: “Todo el mundo hablaba bien de él, de lo majete que era. Luego vimos que no se equivocaban”. El flamante segundo guitarra de los Acusicas contaba en entrevista tiempo atrás: “Yo me uno cuando comienzan los ensayos para el primer concierto que damos, el de la sala El Sol, en la presentación del disco de F.A.N.T.A, dentro de la fiesta Música para Top”.
Del concierto en la madrileña sala El Sol, celebrado en octubre de 2003, Joaquín recuerda: “Tocamos sólo 5 canciones, que era el total de nuestro repertorio”. Jesús acompañaría a la banda en la gira de presentación de “Ha Sido Éste”, que empezaría en febrero de 2004 en Granada y que les terminaría llevando por Barcelona, Madrid, etc. Precisamente, en Madrid tocarían también en el 4º Homenaje a Los Nikis celebrado en Siroco el 11 de diciembre, donde tocaron entre otros con los mismos Baby Horror, con lo que Jesús alternaría en el escenario con ambas bandas. Para el evento, Los Acusicas tenían preparada una versión de “Canto en inglés”, pero no pudieron tocarla porque, como aclaraba Joaquín más tarde en el foro de internet de seguidores de Los Nikis, le comunicaron los responsables de la sala que no había tiempo para más. Jesús recuerda cuando le preguntamos que Baby Horror contó con Carlos Cavestany, responsable de Música para Top, como bajista, porque el habitual, Carlos López, tenía concierto con su otra banda (Lucky Dados).
De estas actuaciones Joaquín recuerda especialmente, sin embargo, la de Granada, donde telonearon a El Canto del Loco: “8000 tías chillando y nosotros no estábamos ni anunciados. Ellas no sabían nada de nosotros, pero les daba igual. Yo creo que chillaban para ir calentando la garganta para los que tocaban después”.
Pero tras esta serie de conciertos y alguna aparición en televisión, como la que hicieron en el programa Música Uno de la primera cadena de TVE interpretando “Apático”, Jesús terminaría abandonando Los Acusicas. Nacho Canut, hermano de Mauro, le reclutaría para Fangoria como acompañamiento para la gira de presentación del disco “Arquitectura Efímera” (DRO, 2004). En la invitación se incluye a Annie, en una labor de apoyo a la banda de Nacho y Alaska que se extendería hasta las actuaciones asociadas al siguiente disco de Fangoria: “El Extraño Viaje” (DRO, 2005).
Este trasvase de componentes entre bandas “hermanas” está lejos de producir tensiones. Valga como muestra la valoración que nos hace Joaquín al respecto: “Jesús fue fichado por Fangoria, y eso nos hizo felices a todos: a nosotros por ser grupo trampolín y a él por empezar a ganarse la vida como Dios manda, porque con los Acusicas iba apañao”. Con similar regocijo fue recibido en el campamento Acusica, tal y como quedó recogido en el diario que mantenía en su web, la edición del trabajo en solitario de Jesús, metamorfoseado en J. Horror, “Chic-O-Billy de Lujo” (Resurreción, 2005), una personal lectura de psychobilly intenso.
Con la marcha de Jesús, Mauro y Joaquín se ven en la tesitura de encontrar un sustituto para la segunda guitarra. La situación, según el bajista, se presentaba así: “Jesús es un gran tipo y había que fichar a otro gran tipo para no echarle de menos. Por eso llamamos a Pelayo”. Javier Pelayo era guitarrista de ddt y fan confeso de Los Nikis. De seguro su sorpresa tuvo que ser mayúscula cuando recibe la llamada de Joaquín para mostrarle su admiración por el sonido de las guitarras de su primer disco, “Fumígate” (Rompeolas, 1999). Interesados como se muestran los dos por cuestiones técnicas alrededor de la música, pasado un tiempo terminarían por formar Sincutronic, una asociación de producción musical. Pero la que se produce entonces es la invitación formal para unirse al proyecto Acusica.
La entrada de Pelayo garantizaría el poder seguir apostando por una sección de guitarras intensas que arropase las letras ingeniosas que pergeña Joaquín. Sobre el estilo en el que trabaja la banda ellos mismos han hablado de “punró (sic) melódico para mentes simples”. En respuesta más reciente, la que nos dieron a nosotros, mencionan: “Tres acordes, distorsionador y letras sobre tonterías; vamos, lo de siempre”. Letras sobre tonterías, que no letras tontas. Distinción pertinente en el caso de Los Acusicas, para los que la simplicidad de los textos y su capacidad para enganchar hablan más bien de la redondez e ingenio de su composición.
Al preguntarle a Joaquín por la cuestión de las letras reconoce abiertamente decantarse por diversión e ingenio. «Cualquier cosa menos una canción de amor«. Cuando forzamos aún más las preguntas indicándole si caben las críticas o denuncias, sí encuentra argumento de defensa: «En el fondo casi todas las letras son muy críticas. Utilizamos la ironía o directamente el insulto«.
Todas ellas son coordenadas estilísticas y musicales que ya estaban presentes de alguna manera en Los Nikis y Los Vegetales, lo que por otro lado quizás facilitara la apasionada acogida que tuvo el nuevo proyecto entre muchos de los miles de fans de aquellas bandas; aspecto que nos reconoce el propio Joaquín. En su momento afirmaba que el grupo se encontraba a medio camino entre ellas: “Lógico, porque las músicas las compone casi todas Mauro, como en Los Vegetales, y las letras las hago yo, como en Los Nikis”. En la misma entrevista, sin embargo, Mauro parecía revolverse algo, cuando puntualizaba las influencias que reconocía haber tenido de grupos como Weezer o Foo Fighters en la música que le gustaba componer en el momento actual: “Sería un poco triste seguir haciendo lo mismo que hace 20 años pero con papada y ojeras”.
La producción posterior de la banda le daría la razón al cantante y guitarrista, ya que, sin renunciar a unas señas de identidad con las que se desenvolvieron y divirtieron ya en el pasado, darían muestra del amplio margen que aún quedaba para forjar un estilo propio para Los Acusicas. Antes de demostrarlo con un nuevo disco, tuvieron ocasión de participar en recopilatorios varios. En concreto incluyeron el tema “Tu único Dios (Personal Jesús)” en el CD tributo a Depeche Mode “Devoción Por Las Masas” (El Diablo, 2004) que diseñara su distribuidora. En el disco, que se editó en diciembre de 2004, aparecían otras bandas como L-Kan, Dirty Princess, Universal Circus, Sexy Sadie, Deluxe, Australian Blonde, etc.
Asimismo se les incluyó en un homenaje similar a Mecano, “En Tu Fiesta Me Colé” (El Diablo, 2005), en el que participaban grupos como Pauline En La Playa, Chico y Chica, Australian Blonde, Niños Mutantes, Deneuve, etc. Los Acusicas incluyeron su visión particular de “No es serio este cementerio”. En la misma, parapetados tras distorsiones y metalizaciones de la voz, ofrecen una versión del clásico de los hermanos Cano y Ana Torroja, que potencia las oscuridades y tenebrismos del tema sepulcral. Cumplían así el trámite posicionando la canción en una auténtica tierra de nadie: ni se reconoce a Mecano ni a Los Acusicas… misión cumplida.
El procedimiento de composición de canciones para el segundo disco no debió de diferir excesivamente de la que parece rutina habitual de la banda a juzgar por el relato de Joaquín: “Mauro va canturreando la melodía de una canción que le gusta por la M30, la empieza a transformar hasta que no se parece en nada al original. Antes de salir de la M30 la tiene terminada, la graba en el móvil para que no se le olvide y cuando llega a su casa saca los acordes de lo que será la guitarra rítmica. Luego graba una maqueta con un sonido asqueroso y cantando en guanchi-guanchi y me la manda por email. Yo me la paso al iPad y cuando estoy por ahí de viaje en los hoteles, le dedico una mañana entera como mínimo a hacer una letra a la altura de la calidad de la canción de Mauro, que suele ser elevada”. Lo que si variaría con respecto del disco anterior es la grabación, ya que ahora la banda era un cuarteto. Algunas de las guitarras y la batería quedan registradas en el local de ensayo, que en su momento fue el Rock Palace, y el resto queda para “el cuarto del fondo” de la casa de Joaquín. Todo el proceso llevó una cantidad considerable de tiempo, ya que el grupo trabaja en los huecos que sus ocupaciones laborales les deja. Y es que si algo tienen claro es que ya que no se ganan la vida con la música, lo único que le piden es “que no nos cueste dinero”, nos dice Joaquín.
El disco, “Yo Maté a Kennedy” (Hormigonera, 2006), se editó en marzo de 2006. Producido por Joaquín y Pelayo, fue distribuido por El Diablo y contó con la colaboración de Emilio (Nikis) y Teresa Castanedo, presentadora de los telediarios de Telemadrid, para poner voces en una de las canciones: “Vestido para matar”.
El título del álbum corresponde al de la canción en la que el asesino de John F. Kennedy se declaraba culpable explicando además todo por su supuesta hipermetropía. Del tema con el que comienza, “Me gusta ser normal”, editaron un videoclip, en el que aparecen de nuevo con las cabezas tapadas, práctica casi común cuando la banda aparece en este formato. No son medias de atracador, ni superposiciones de dibujo animado en esta ocasión, sino bolsas de compra con las fotos de David Beckham, la Duquesa de Alba, Ernesto de Hannover y Tom Cruise. Todos ellos, como reza la canción, persiguen llevar una vida cotidiana normal, en la que poder hacer cosas normales como las que aparecen en el vídeo: Hacer sangría en el parque, carreras de sacos, vomitar tras borracheras, mear en los árboles o quemar ventosidades… Temáticas gamberras como las de convertirse en coche tuneado, o jugar con éxitos de bakalao de Chimo Bayo, no hacen sino constatar que Los Acusicas son ya, por méritos propios, una banda con solvencia más que de sobra certificada como para garantizar ingenio, irreverencia y solidez a partes iguales. Su estilo, y su propuesta es ya perfectamente reconocible, con la debida distancia puesta de por medio respecto de las grandes bandas de las que provenían.
Reconocimiento, por otra parte, que llegaba incluso desde el extranjero. Así parece que ocurrió desde donde menos lo esperaban, cuando el propio Phil Spector quedó prendado con la maqueta que una amiga de la banda puso en el reproductor del coche en el que trasladaba al afamado productor en Londres.
La banda se entregaría entonces, con cierta pasión, todo sea dicho, en una especie de divertimento, el de componer lo que denominarían bootlegs o híbridos entre temas con poco o nada que ver entre sí (mash ups). Así se encargarían de mezclar en su probeta a Melody con The Rolling Stones, Offspring con Ricky Martin, Iggy Pop con Soft Cell, Undertones con Umberto Tozzi, Europe y Raphael, Alaska y Los Pegamoides con The Dandy Warhols, El Aviador Dro y Sus Obreros Especializados con AC/DC o Nirvana y Mecano. Es precisamente esta última combinación la que marcaría el comienzo de esta afición, de la que “culpaban” principalmente a Mauro en una entrevista concedida a Sonicwave: “Mauro tiene una base de datos de canciones en su cabeza de unos 100 gigas y se pasa el día escaneando el cerebro hasta que da con dos que encajan”. La originalidad de estos ejercicios radicaba, además, en el hecho de que no se trataba de juegos con samplers o pistas ya grabadas, sino que la banda se dedicaba a tocar las partes de los temas originales, que además pasaban de una canción a otra casi de forma natural.
La anécdota respecto a los bootlegs la constituye el que hiciesen con un tema de Georgie Dan y el «Fight for your rights» de Beastie Boys, con Fabio McNamara a la voz, y que quedó como inédito sin incluirse en ningún disco. Sus seguidores pudieron escucharlo, eso sí, desde el MySpace del grupo.
Todas las demás cerrarían su siguiente disco: “Telebasura” (Hormigonera, 2008), como temas extra, sin aparecer explícitamente anunciados al haberse regalado vía MySpace previamente. Para el título eligieron según explicaban, no un alegato contra la mala calidad de la televisión, sino el resultado de salir ellos apretujados en el monitor de una de ellas.
Disco con más material de la banda en parámetros similares a los de sus trabajos anteriores y un aparente hilo argumental alrededor, no de programas de televisón, sino de películas de cine. Canciones de disfrute para el seguidor de la banda.
Las últimas noticias que tenemos de la banda consisten en una serie de temas que han ido colgando en un bandcamp para descarga libre: “La serpiente multicolor”, “Bienvenido Mr. Marshall”, “30226” y “Vuelve a mi mansión”. Canciones que muestran a unos Acusicas en la mejor modalidad ramoniana, con música compuesta entre Joaquín y Mauro y que estaban destinadas en principio, junto con otras cuatro más, para un vinilo de 10”, cuya edición sin embargo, ha quedado paralizada. Y es que según se desprende de la resignada confesión que nos hace Joaquín cuando le preguntamos por los planes inmediatos para el grupo, el ritmo de la banda ha decaído considerablemente: “Yo creo que estamos dejando morir el grupo de inanición por la pereza que nos da todo”.
Desde aquí sólo nos resta desear que finalmente sigan primando las ganas de divertirse y que nos hagan llegar un nuevo cargamento de pequeñas genialidades hechas canción como han venido haciendo hasta ahora. Descuida que te lo haremos saber en cuanto esto ocurra.
Comentarios