Yo Maté a Kennedy

Yo Maté a Kennedy

Vuelven a la carga Los Acusicas, aunque se tomaran su tiempo desde la edición de «Ha Sido Éste» (Hormigonera, 2003).

Repiten en cuestiones de autoproducción (donde funciona el tándem Pelayo-Joaquín) y autoedición (decantándose por el sello de la casa Hormigonera). En lo musical además trabajan de nuevo coordenadas que manejan a las mil maravillas, con letras que son un valor seguro y, en la mayoría de los casos, guitarras airosas.

Se enfrenta el grupo a muchísimas cuestiones existenciales. Por un lado retratan con ironía los esfuerzos del que vive en la fama por llevar una existencia de lo más normal o rutinaria, con el resto de los mortales. Así es como empieza el disco, porque te lo cuentan en «Me gusta ser normal«, una canción de la que, como ya ocurriera con su «Apático» del primer disco, acompañaron con un video de lo más divertido.

Pero por las mismas, atacan a mitad del álbum un «Los demás quieren ser como yo«, en el que se ríen del público (tonto) que tienen y de todos aquellos que les envidian y quieren imitar las brutalidades que les permite su condición de estrellas.

Cuestiones de bipolaridad («No sé quién soy«) o de persecuciones («¿Quién es usted?«) no hacen sino acrecentar los dilemas a los que nos referíamos. Quizás sobresalga la primera de las dos, por sus aires de banda americana de los 90 y con Mauro a la voz en su modo más sosegado y sugerente.

Voz a la que confiere un tono ligeramente siniestro en «La misión» o las consecuencias insospechadas de la Teoría de la Relatividad sobre el astronauta recién llegado de nuevo a la Tierra.

Se intercalan con habilidad armonías vocales con riffs ramonianos en diferentes momentos. Uno de ellos es «Carolina Capdevila» (que no Silvia Sabrini) que además viene a ser continuación del tema que le precede «Vestido para matar«, en la que Emilio (Los Nikis) y voces de telediario entran como colaboraciones. Carolina es millonaria, no solidaria ni voluntaria y desde luego beneficiada por la muerte de Lucas, como decían en el susodicho telediario.

También es una vuelta a Los Nikis más en su vertiente Ramones, «El pesado«, donde semejante acoso merecía la reacción de Alaska en su tema «Odio«. Rafa, uno de los redactores de este archivo y gran conocedor de todo lo referente a Los Nikis y sus componentes, nos apunta que dicha canción fue recuperada por Joaquín de su época en los 80, The Chipirons, y que se titulaba «La pesada». Aunque quedó entonces sin grabar, sería cedida, a petición de Mauro, para un disco de Tamara.

Me resulta algo chocante tener que afirmar que es precisamente el tema que da título al disco, el que más dificultades me da. Lo curioso del caso es que las letras aciertan en narrar la rocambolesca realidad tras la muerte del presidente norteamericano y la música pasa por un buen ejercicio de combinación de coros high school con contundentes guitarras, y sin embargo, algo parece no funcionar. Las voces me suenan ligeramente arrastradas en su intento de acoplarse a la música. No sé…

Para rupturas de ritmos habituales, «Vamos a vender muchos discos«, una especie de entrega más desde la posición del grupo musical a añadir a la de «Los demás quieren ser como yo«. Y supone una novedad porque lo hacen en clave de ska.

Más interesantes me parecen los ejercicios del final, los de orientación bakalao de la metamorfosis kafkiana; no en escarabajo, pero sí en coche tuneado y en la versión, impagable del hit de Chimo Bayo. Esta última, además, adelantaba ya la que sería afición del grupo: la combinación de canciones o estilos en principio incompatibles entre sí.

Grupo:

Mauro Canut y  Joaquín Rodríguez son músicos...

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Tracklist:

  1. Me gusta ser normal
  2. Yo maté a Kennedy por error
  3. Vestido para matar
  4. Carolina Capdevila es millonaria
  5. Vamos a vender muchos discos
  6. Los demás quieren ser igual que yo
  7. No sé quién soy
  8. La misión
  9. El pesado
  10. Soy un coche tuneado
  11. ¿Quién es usted?
  12. Exta sí, exta no

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