Chic-O-Billy De Lujo

Chic-O-Billy De Lujo

Disco en solitario de J. Horror en paralelo a su actividad en Baby Horror. Como confiesa en la información contenida dentro del CD el trabajo se gestó por las ganas de hacer algo a parte.

Centrado en sonidos cercanos al punk, psychobilly y tonalidades oscuras, no es raro que la lista de dedicatorias incluya grupos como Desechables, Parálisis Permanente, Alaska y Los Pegamoides, Bauhaus, Cramps …

Grabado y mezclado en La Habitación del Horror entre 2003 y 2004, consta de canciones «compuestas en momentos de arrebato«, preparadas cuidadosamente por el artista de poco en poco, que se encargaba de todo: guitarra, bajo, voces, programaciones, y más tarde las mezclas.

La portada muestra a un J. Horror transfigurado en una mezcla de zombie y ser diabólico. Algo más humano aparece en la contraportada tras el mastil de su guitarra, dejando hueco para la lista de canciones. Ambas fotos son obra de Javier Téllez, mientras que la del interior fue tomada por El Nervios!. Para que no decaiga la atmósfera de contacto con el más allá, los créditos y agradecimientos se presentan en un tablero de güija.

Resulta interesante el ejercicio de devoción de Jesús por las vertientes más oscuras del rock and roll clásico, cuando precisamente, Baby Horror, que también se inició bebiendo de dichas fuentes, había virado su rumbo, enfilando hacia aires punk-pop. Respuesta quizás a aquellos seguidores del grupo que les habían criticado la evolución.

Sea como sea, «Chic-O-Billy de Lujo» (Resurreción, 2005) es un auténtico ejercicio de exorcismo de demonios, culto a las fuerzas más diabólicas del rock. Combina composiciones fieles a los parámetros del rockabilly más clásicos con temas que encuentran sus momentos más abrasivos e incendiarios con la ayuda de programación electrónica.

El disco se abre con la intro de «Estamos al otro lado de la muerte» en la que se puede escuchar la voz de Jiménez del Oso, portavoz del más allá y de las ciencias dedicadas a su estudio en formato televisivo. De hecho el tema termina con unas psicofonías reales.

Pero la verdadera descarga de psychobilly se produce con «Cementerio de la Almudena«. Canción enorme que se acompaña en el CD con un vídeo elaborado entre Javier Téllez y Juan Ramón Medinilla.

Si Los Coyotes encontraron una estación fantasma en la línea del metro de Madrid (veáse «Extraño Corte de Pelo» (GASA, 1982)), J. Horror investiga el lugar más indicado de la geografía madrileña donde encontrarse con fenómenos paranormales. Pero la idea es similar a las correrías que en los camposantos cantaban Paralisis Permanente, pues resulta que sus amigos han descubierto que allí «las noches son largas / la comida es buena«, resultando un sitio ideal para jugar a las cartas, beber alcohol y disparar a los muertos. La canción es un torpedo de punk-rock psychobilly. Imprescindible. Los efectos tipo «El número de la bestia» de Ilegales están muy bien.

No decae la fiesta con «Tanke rockabilly-punk«, en el que al más puro estilo teenager americano de culto a los coches, se canta a una auténtica monstruosidad que amenaza al resto de conductores y no cabe en el garaje de casa. Eso sí, otra vez amigos de J. Horror, esta vez en la comisaría, le permiten aparcar en su acera. La canción incluye cuñas de radio en las que el anuncio de rock and roll genera una serie de gritos; pero eso es en esencia el psychobilly ¿no?

La versión del tema de Sigue Sigue Sputnik («Misil de amor USA«) está también muy lograda. Es un corte en el que la electrónica se crispa algo más para conseguir el punto del original. La canta Sarita, gran amiga de J. Horror y particular Sheena de Baby Horror.

«Monstruos demenciales del espacio exterior»  y «Rockin de Psycho» tienen un punto de ejercicios casi-instrumentales o de letras muy simples y cortas, en las que sobre un esqueleto de rock clásico se juega con las programaciones. Se crean cortinas de guitarras que parecen motores.

En «Ningún amigo en el espacio interior» parece contraponerse a las conexiones extraterrestres de «Monstruos demenciales del espacio exterior» para describir un infierno en la Tierra en la que los hijos deben devorar a sus padres en el momento de nacer. Referencias a Desechables en algún momento de la letra.

En el pequeño juego de palabras con el asunto óseo y la vida disipada «Yo soy el calavera de la banda de la morgue» se consigue otro momento espectacular. La voz de J. Horror suena a Jorge Martínez (Ilegales) y la música se dispara a mil. Se oyen momentos de «Surfin’ bird«.

Para evitar escepticismos confesando mis dificultades a la hora de seleccionar sólo tres canciones para la inclusión de los correspondientes audios con los que acompañar esta reseña, concederé que son precisamente los momentos más ortodoxos (el extra de «Wild one«) y los devaneos alrededor del tema de Jerry Lee Lewis («Me gusta escuchar gran bola de fuego«), que por otro lado nunca me volvió loco, los que me resultan menos potentes.

Disco espectacular, no se me ocurre otra valoración.

Grupo:

Si algo define la carrera musical de...

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Tracklist:

  1. Estamos al otro lado de la muerte
  2. Cementerio de la Almudena
  3. Tanke rockabilly-punk
  4. Misil de amor U.S.A.
  5. Monstruos demenciales del espacio exterior
  6. Rockin de Psycho
  7. Me gusta escuchar gen bola de fuego
  8. Ningñn amigo en el espacio interior
  9. Yo soy el calavera de la banda de la morgue

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