Australian Blonde ocupan un lugar capital en nuestra escena, dejando a un lado el aspecto musical, a la banda gijonesa siempre les deberemos el hecho de colar el indie en el mainstream patrio. El éxito inmediato de ese himno generacional llamado “Chup chup” no sólo reventó las listas de ventas sino que también permitió a Subterfuge jugar en las grandes ligas -grupos como Dover o Fangoria garantizarían su permanencia en ellas-. Australian Blonde dieron el pistoletazo de salida a ese movimiento indie que centralizó prácticamente todas las miradas a lo largo de la década de los 90, permitiendo a sus compañeros de viaje acaparar las portadas de los medios y recibir el calor del público.
Mirando con perspectiva esos años, uno se da cuenta de que independientemente de la calidad musical de muchas de las bandas, estas permitieron consolidar una industria musical underground que hasta el momento subsistía en condiciones ínfimas y captar la atención de un público despierto que esperaba con los brazos abiertos una revolución que los sacase del letargo.
La banda nace en Gijón en el 92 con Tito Valdés al bajo, Roberto Nicieza a la batería y Fran Fernández como guitarra y cantante. Un anuncio en una cabina telefónica londinense que ofrecía los servicios de una explosiva rubia australiana es la fuente de inspiración para bautizar el grupo.
Los acontecimientos se suceden de manera vertiginosa: ganan el concurso de maquetas de la Sala Maravillas, llegan a la final del de la Rockdelux y fichan por Subterfuge, sello con el que lanzan su primera referencia, el 7” compartido con Kactus Jack, “Split” (Subterfuge, 1992).
Pero el verdadero pelotazo llegaría con “Pizza Pop” (Subterfuge, 1993), sin duda uno de los discos más representativos de la década de los 90. Sin esconder sus influencias -Dinosaur Jr, Buffalo Tom- ni su amateurismo, nos presentan un bloque de canciones convincente, además de un hit efervescente que marcaría una época: “Chup chup”. Su popularidad crece como la espuma con la inclusión del corte en ese intento fallido de retrato generacional que fue “Historias del Kronen” (Montxo Armendáriz, 1995) y en un anuncio de la marca de bebidas Pepsi. Las ventas se multiplican pero la banda comienza a recibir caña, se les echa en cara en cara que se han vendido y se duda de su militancia independiente.
En el 94 entregan el EP “Spiral” (Subterfuge, 1994) –regalo que acompaña al nº 16 de la revista Spiral- y su esperado segundo largo, “Aftershave” (Subterfuge / BMG, 1994). En él incluyen una versión del “Callin’ of the sioux” de Los Sangrientos que anticipa las geometrías que nos encontramos en sus últimos trabajos. Repite Paco Loco a la producción -de hecho su labor tiene un gran protagonismo en el sonido de la banda- y cuentan con las colaboraciones de grandes personalidades de la escena gijonesa como Tito Pintado (Penélope Trip), José Luís García -Rubio- (Manta Ray) y Chus Naves (Salón Dadá). El disco no alcanza la repercusión esperada, ni en las críticas ni en las ventas. En este año tan prolífico también realizan una gran versión del “20th Century Boy” para el disco tributo a Marc Bolan del Colectivo Karma.
En el 95 se producen cambios en la formación, entrando Paco Martínez a la batería. Al abrigo de RCA la banda goza de una posición consolidada dentro de nuestra escena y durante estos años participa en los grandes festivales nacionales: FIB, Festimad y Doctor Music. Paco Loco continúa colaborando activamente y les produce de nuevo su siguiente largo “Australian Blonde” (BMG, 1996). Nos encontramos un giro en su sonido, con un disco melancólico, con canciones largas que se centran en los sentimientos perdiendo esa urgencia tan característica en la banda. Y es precisamente esa seriedad impostada y el renunciar a su esencia lo que convierte al disco en un gran fracaso. Además tiran de archivo para dar forma a “Una Recopilación de Caras B y Otras Rarezas Inencontrables” (Subterfuge / BMG, 1996), un título más que explícito para titular esta colección de demos y rarezas.
Se acercan al cine con las bandas sonoras de los cortos de Aure Roces «Rondadores Nocturnos 3» (1998) y «Rondadores Nocturnos 2» (1999). RCA hace una importante promoción de su siguiente largo, “Extra” (BMG, 1998), y a pesar de encontrarnos con su mejor trabajo en años las ventas continúan sin remontar. Paco se anima y además de su labor en la producción aporta su guitarra. Se trata del reverso más luminoso de su anterior entrega, la inmediatez y la urgencia vuelven a ganar protagonismo y nos encontramos con una más que decente colección de singles mezclada con maestría por John Agnello.
Con respecto al disco, Fran comentaba en una entrevista a la MondoSonoro en febrero del 99: “Hay una búsqueda deliberada del single porque creo que es lo que quiere la gente. Y también nosotros, no te vamos a engañar. Siempre ha habido mucha hipocresía acerca del hecho de vender discos, estar en sellos independientes o multinacionales. Nosotros queremos vender discos haciendo la música que nos gusta, y creemos que ‘Extra’ puede conseguirlo… Yo creo que es un disco comercial, pero en el buen sentido de la palabra. Es un disco con hits. Y creo que, precisamente por culpa de eso, es nuestro mejor disco”. RCA lanzaría una nueva edición del disco incluyendo como tema extra la versión de “My Way” (Paul Anka), una canción recurrente en nuestra escena que también sería versionada entre otros por Los Piratas.
Durante la grabación de “Extra” en Nueva York conocen a Steve Wynn, la conexión entre el otrora líder de The Dream Syndicate y los de Gijón es total y comienzan a trabajar juntos con Paco Loco como intermediario. La banda graba la música y Paco se la manda a Steve vía mp3, este graba la voz y Paco se encarga de su producción. Una conexión a tres bandas que da como resultado “Momento” (Astro, 2000), un disco sencillo y exquisito que va más allá del típico experimento, aires pop rock clásicos que cuidan los estribillos y que pasan por cierto filtro sureño.
En el 2001 entregan el EP «In It For The Money» (Astro, 2001) y un año después el largo “Lay It On The Line” (Astro, 2002). Mirando con perspectiva el largo recorrido de la banda por la música americana, vemos como quedan muy lejos sus escarceos con el noise y que sus influencias han crecido considerablemente desde aquellas reduccionistas de Dinosaur Jr, Buffalo Tom o Lemonheads de sus primeros discos. Ahora podemos percibir la presencia de The Beach Boys o The Byrds con facilidad.
Tito abandona el grupo en el 2003, entrando Pablo Errea (Edwin Moses) al bajo. Y con esta formación graban “Canciones de Amor y Gratitud” (Astro, 2004), un disco en el que su gusto por el clasicismo y la melodía se acrecienta. Astro edita también una edición en digipack que incluye cuatro cortes extra.
Subterfuge celebra los más de diez años transcurridos desde el lanzamiento de su debut para poner en el mercado “Pizza Pop (reedición)” (Subterfuge, 2004), un artefacto sonoro que además de las dieciséis canciones originales, incluye diez temas extra rescatados de EP, maquetas y recopilatorios. También participan en los discos tributo a Depeche Mode -“Devoción por las Masas” (El Diablo, 2004), interpretando “People are people”- y a Mecano -“En tu Fiesta Me Colé” (El Diablo, 2005) con “Máquina de vapor”-.
La banda se separa y sus componentes se centran en nuevos proyectos. El más activo es Fran, quien junto a Sergio Algora (El Niño Gusano, Muy Poca Gente) monta La Costa Brava y además da forma a una nueva aventura en solitario a la que bautiza como Francisco Nixon.
Tras cinco años de silencio, el 22 de enero del 2009 la banda se reúne para participar en las celebraciones del 30 aniversario de la sala El Sol de Madrid, compartiendo escenario con los Layabouts. Aprovechaban para anunciar el lanzamiento de un nuevo disco del que llegamos a escuchar las maquetas en su Myspace. Ahí quedó la cosa.
El tiempo pasa y llega 2014. Año en el que anuncian «You Kill Me» (Marxophone, 2014). Un EP con cuatro cortes en la edición física (vinilo 7″) y siete en la digital (incluye tres temas extra: «Broken glass«, «Witchi Tai To» y «Waitin on a go-go«). Unos meses antes, concretamente en el mes de junio, en su participación en los fastos del 25 aniversario de Subterfuge, habían declarado que seguían funcionando. La idea es que la reunión para el aniversario no se quedase en un mero ejercicio de nostalgia, por lo que deciden bajar al bajar al Puerto de Santa María, al estudio de Paco Loco, y grabar unas cuantas canciones nuevas. Colaboran: Joaquín Pascual (arreglos de cuerda en “War is over” y vibráfono en “Lost in your own town”), Esteban Perles (batería en “Waitin on a go-go”) y Teresa O’Donnell (letra en “War is over” y “Waitin on a go-go”).
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