Francisca Dolz González nació el último día de 1943 en Tabernes de Valldigna. Su familia marcha poco después a vivir a Valencia y posteriormente a Mallorca. En aquella isla Francisca conoce a Joan Vallorí y antes de cumplir los veinte se casa con él, quien será su marido y posteriormente su mánager. Desde niña había cantado muy bien, pero nunca se había propuesto dedicarse profesionalmente a la canción. Sin embargo, una mala racha de la joven pareja le lleva a replantearse su futuro. Sus primeros pasos los da en los inevitables concursos. Gana en uno de televisión patrocinado por Gallina Blanca y pone su voz a los anuncios de la marca de los sopicaldos. Todo esto ocurre en 1963 y ese mismo año graba su primer EP: “La Búsqueda / Ana María / Por Favor Un Tango / Fiesta Brasileña” (La Voz de su Amo, 1963). En él estrena su nombre de Dova que proviene de unir las primeras letras de su apellido y el de su marido. Francisca evidencia estar aún un poco verde e influenciada por las canciones hispanoamericanas.
Su discográfica no le hace demasiado caso y los siguientes años van a suponer un duro aprendizaje repartido entre Levante y Mallorca. Actúa con asiduidad para ir poco a poco construyéndose un nombre. Durante buena parte del año 1965 trabaja contratada en Tito’s, que era la más exclusiva y chic discoteca mallorquina, donde tiene ocasión de actuar junto a figuras extranjeras consagradas. Su voz gana seguridad y Dova se convierte en la artista elegante que luego conoceríamos.
El despegue de Dova llegará en 1967. Primero será “Com És Que Soc Aixi / Mai No Es Pot Dir / Ho He de Fer / No Tinc Ajuda” (Canigo, 1967) en el que bajo la dirección de Pere Sánchez graba en valenciano cuatro versiones de temas norteamericanos. Después vendrá “Com el Vent / M’Agradaria” (Canigo, 1967). Con esta canción eminentemente melódica de Lleo Borrell y Josep Maria Andreu obtendrá el segundo premio en el Festival de la Canción Mediterránea. Cierra el año con “En San Francisco / Amor Es Mi Canción” (Sayton, 1967), un sencillo con dos melodías muy conocidas procedentes del más clásico pop norteamericano.
Al año siguiente pone sus ojos en la más prestigiosa cita veraniega española, Benidorm, y a punto está de ganarlo, pero es el año en que Julio Iglesias barre y otra vez tiene que conformarse con un puesto en la final con “La Gente” (Sayton, 1968), que encabezará su único disco grabado aquel año. Pero su buena prestación no caerá en saco roto y es seleccionada para acudir al festival Orfeo de Oro en Bulgaria.
Absolutamente decantada por la grandilocuente canción melódica y poseedora de una de las mejoras voces españolas, Dova va escalando con esfuerzo la montaña de la fama, a partir de mucho trabajo realizado en sellos de segunda o tercera fila. Fina de Calderón le cederá su canción “¿Dónde van?” con la que será finalista en el Festival de Barcelona en 1969, aunque Dova nunca la grabará en disco. La seguridad y confianza que inspira sus apariciones en distintos festivales hace que sea incluida en la selección española de la Copa de Europa de la Canción que a principios de 1970 competirá en Knokke (Bélgica). El resto del equipo era Cristina, Jaime Morey y Julio Iglesias.
Ese mismo 1970 es el año del “Pasaporte a Dublín” (TVE), un programa emitido en sábado por la noche entre octubre y diciembre para elegir canción e intérprete eurovisivos. Dova es una de las participantes junto a figuras de la talla de Nino Bravo, Los Mismos y la ganadora final, Karina. Estas continuas apariciones televisivas van a suponer para ella una publicidad bestial. Del programa saldrá con un disco: “Quien No Trabaja, No Tiene Amor / Fiesta” (Palobal, 1970) y un contrato para un sello de primera división que iba por fin a cuidar la carrera discográfica de la valenciana.
Enseguida vendrá el éxito de “Mr. Monday” (Polydor, 1970) y su single más vendido con diferencia: “Los Gitanos” (Polydor, 1971). Ninguno de los dos temas suponía gran novedad. El segundo era una versión de una canción de The Hollies y el primero era una apuesta segura sobre un tema con el que Gelu había triunfado diez años atrás. Pero la excepcional interpretación de Dova las convertirá en sus dos temas más populares y de obligada inclusión en su repertorio en los siguientes años.
Al mismo tiempo, sigue trabajando su estrecha relación con los países del Este de Europa, donde es una cantante muy conocida. En 1971 acudirá al festival del Ciervo de Oro en Brasov (Rumanía) y de nuevo formará parte, esta vez junto a Conchita Bautista, Dyango y Jaime Morey, de la selección para la Copa de Europa, que en 1971 tendrá lugar en Belgrado. De las canciones que presentó allí aparecerían dos singles: “Para ti” y “Lo vas a ver”, ambos editados por Polydor en 1971.
A partir de 1972 su carrera va a tomar el rumbo de los grandes estándares de la música cinematográfica internacional. Grabará en castellano canciones tan populares como “Cabaret” (Polydor, 1972) y “Hay Un Mañana” (Polydor, 1973), perteneciente a la banda sonora de “La Aventura del Poseidon” (Ronald Neame, 1972). Sin suponer un cuantioso éxito, ambos temas se escucharon mucho y volvieron a demostrar que no sin razón a Dova la denominaban a menudo “La Barbra Streisand española”.
Es por esos primeros años 70 cuando la casualidad hace que Nino Bravo se convierta en su vecino y su amigo, pues ambos vivían en edificios muy próximos en Valencia. En el homenaje al cantante fallecido en accidente, que se celebró en la Plaza de Toros de Valencia, Dova interpretaría su canción más emblemática: “Un beso y una flor” en una actuación memorable.
A partir de 1974 su carrera se diluye un tanto y sigue su peregrinaje por sellos de escasa relevancia. En 1976 va a ser repescada por la poderosa EMI Odeón. Su primera edición para este sello será un LP, que de alguna manera será el único de su carrera, pues los restantes han tenido más o menos carácter recopilatorio. En “Pasito a Paso” (Odeón, 1976) coinciden melodías de siempre con alguna nueva canción compuesta para ella. Editará algo después un sencillo pleno de madurez vocal: “¿Qué Tiene la Otra?” (Polydor, 1977).
Seguirá demostrando sus excelentes cualidades de cantante de directo hasta principios de los 80, retirándose de los escenarios hacia 1983, tras veinte años de carrera ininterrumpida. Un retiro roto a menudo, pues su voz jamás faltó en los homenajes a artistas de su tierra.
Dova ha sido una cantante trabajadora y generosa, alejada de todo divismo y con una privilegiada voz que supo cuidar y administrar. No es casualidad que la mayor parte de fotos que encontramos de ella sean tras un micrófono en plena actuación. Le faltó la canción capaz de trepar al nº 1, pero a cambio nos ha dejado el buen sabor de boca de una colección de sencillos cargados de elegancia interpretativa.
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