ENTRE UN HUEVO Y UNA CASTAÑA

ENTRE UN HUEVO Y UNA CASTAÑA
Bizcocho de dulce de boniato / Plastic d’Amour
Bizcocho de dulce de boniato / Plastic d’Amour

El sentido común indica que empezar con un postre una sección sobre platos cocinados tal vez no sea lo más lógico. Un primer plato, o unos entremeses incluso, hubiera sido mucho más apropiado, pero el bote de dulce de boniato que aguardaba al fondo de la alacena desde hacía meses, demasiados, estaba pidiendo a gritos que lo sacaran de una vez de allí o amenazaba con cubrirse de moho cualquier día de estos.

Como es muy sabido, nada se parece menos que un huevo a una castaña; sin embargo, entre una castaña y un boniato no hay tanta diferencia, al menos cuando ambos productos se convierten en un dulce cremoso. Su sabor es muy parecido, por sorprendente que parezca. De todas formas, si hay alguien que desconfíe de tal aseveración y además la palabra «boniato» le resulte poco motivadora, este bizcocho puede hacerse con castañas confitadas hechas puré, lo que lo franceses llaman con todo su desparpajo créme de marron glacé y que a todos ya nos suena tan bien y apetecible.

Así que para elaborar este bizcocho no está mal ponerle de condimento sonoro un disco cantado en francés a la par que se amasa y hornea. Por ejemplo, «Nicolás» (Siesta, 2006), de Plastic d’Amour, que además tiene alegría musical, ternura, elegancia y exquisitez, todo lo cual le da el toque definitivo a la receta. Podemos imaginar al joven Nicolás comiéndose un trozo en su habitación, esa que vemos en la portada del álbum, con las paredes empapeladas con pósters de Kiss, de Nirvana, de Sex Pistols, de The Who, y lo saborea mientras suena el disco de The Velvet Underground o el de Talking Heads que aparecen esparcidos por el suelo, y lo imaginamos mientras escuchamos ese disco Plastic d’Amour.

Twitter: @goghumo

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