“Éramos libres. Íbamos a nuestro pedo. Teníamos dos objetivos claros: ir contra el sistema al tiempo que nos divertíamos. No nos gustaba el mundo que nos rodeaba y tratábamos de montar nuestra propia realidad. Vivíamos en un subidón constante. Éramos sujetos y protagonistas”. Quien así describía aquellos días era Marco Antonio Sanz de Acedo – Eskroto-, el que fuera uno de los cantantes de Tijuana in Blue. La banda de Pamplona perteneció a la que podría denominarse segunda oleada de grupos del punk que vino del Norte de la Península en los 80. Y es que para cuando los navarros empezaron a editar sus primeros trabajos, bandas como La Polla Records, Eskorbuto, Zarama, M.C.D., por citar sólo unos pocos ejemplos, tenían ya en la calle incluso varios discos. Aun así su apuesta rompedora de experimentación y su compromiso casi absoluto tanto con la juerga como con movilizaciones sociales de muy diversa naturaleza les garantizó un lugar de excepción en el santoral del género.
Los orígenes de Tijuana in Blue hay que buscarlos en las ondas; en las de radio más concretamente. Los que luego vendrían a ser sus dos cantantes, Eskroto y Jimmi Errea, que por entonces todavía no se conocían, trabajaban en Pamplona a comienzos de los 80 en programas diferentes de Radio Paraiso. La emisora, que estuvo cerrada en varias ocasiones, llegó a funcionar desde la misma casa de Eskroto durante uno de esos periodos de silencio. Como premio a la fidelidad mostrada, le encargaron la dirección de uno de los programas. De hecho, el título del espacio radiofónico que pone en marcha, “Eskroto Krótalo”, es la razón del que luego resultó su apodo más duradero.
En un momento dado, el denominado “sector alternativo” de Radio Paraíso termina migrando a otra radio, Eguzki Irratia (Radio Sol). La nueva radio, en la que volvieron a coincidir Eskroto y Jimmi, pertenecía a un comité ecologista, pero servía de foro de reunión y discusión de otras ideas y movimientos populares. Tal y como nos relata Jimmi, Eguzki Irratia conformaba la sede de muy diversos colectivos (gays, feministas, antimilitaristas …). “En la Eguzki además de otros programas, hacíamos juntos un programa nocturno llamado ‘Inmersión En La Alcantarilla’ en el que se mezclaban todo tipos de música, tratábamos todo tipo de temas, hacíamos entrevistas y todo desde un punto de vista alternativo …”. Participan allí en multitud de proyectos, el fanzine “Txop Txop”, “Ni Banderas Ni Fronteras” (que montara Eskroto con otro amigo) y un enjambre de colectivos de acrónimos interminables, al más puro estilo de las historias del dibujante Azagra. Jimmi nos detalla algunos: “B.A.H. (Borratxos Anónimos Hip), cuyo fin era el de lograr priba gratis para los parados y con el que montábamos todas las semanas una borratxera popular en la puerta del ayuntamiento de Pamplona … el K.K.K.K.K. (Komité Kaguen Kristo Krucifikao Kopón) el nombre lo dice todo en una city tan opusiana como Pamplona, Kokorrock (Kolectivo Conjuntos de Rock )…”. Como contaba Eskroto en la radio, la idea era dar la mayor guerra posible, conseguir locales de reunión para los jóvenes, para lo que se montaría específicamente la agrupación para la ocupación Katakrak.
Jimmi nos sigue relatando en qué consistía todo aquel frenesí: “Tras varias reuniones con el concejal de cultura en el ayuntamiento de Pamplona donde exponíamos nuestras reivindicaciones y visto que no había nada que hacer, decidimos montar una ocupación y para ello montamos un concierto en la plaza del castillo para al finalizar y a través del micrófono animar a los asistentes a acercarse a la ocupación … Fue todo un éxito, pero nos dejaron sólo unas horas ya que aparecieron los maderos y nos sacaron a ostias; lo mismo pasó con una segunda ocupación y con varias acciones que íbamos montando … Por aquel entonces estábamos unos cuantos elementos activos que nos tenían bien fichados y entre ellos, como no, Eskroto y yo que acabábamos en comisaría cada dos por tres … Pero a la vez, era una época en la que montábamos conciertos y movidas todas las semanas pese a las trabas que nos ponían.” La corriente desencadenada tiene múltiples focos en localidades de Euskadi, en Barcelona …
Toda esta actividad, que reunió a jóvenes deseosos de hacer cosas, con gente con experiencia en este tipo de organizaciones y luchas sociales, tuvo su impronta posterior en el carácter de Tijuana in Blue. La banda aunó su espíritu eminentemente festivo, propenso siempre a disfrutar en escena, con una clara vocación por la denuncia de cualquier aspecto social que a su juicio, así lo requiriera.
Es éste el caldo de cultivo en el que se gesta la formación del grupo. Saltando como estaban de idea en idea, a principios de 1985, se les ocurre un día ir a uno de sus lugares de reunión, una bajera de lo Viejo de Pamplona, el Chino, con la intención de grabar algunas canciones que han ideado en la barra del Ttutt, bar convertido en una extensión más de su centro de operaciones. Jimmi nos detalla el plan: “En un principio íbamos a bajar una grabadora y la íbamos a meter en un bidón para conseguir un sonido metálico y así nos bajamos una noche al local de Porkería T con el batera de este grupo, Rubén, con un bajista del comité ecologista que poco tenía que ver con nosotros, pero que nos hacía mucha gracia, Javi (Javier Irrisarri) y con Bolitxe de Ultimatum”. Eskroto, por su parte, comenzó tocando con un bidón recortado, un palo y una cuerda pero como contaba en su momento: “me aburrí al cuarto de hora del juguetito, yo lo que quería era cantar”. Fue así que se convirtió en el segundo cantante.
La experiencia, que ellos calificaron de grupo “experimental básico”, dejó buen sabor de boca. Así, contaban a la revista musical El Tubo en su número de septiembre de 1990, que lo que empezó siendo algo parecido al Orfeón Donostiarra, algo “en la onda de la Banda Municipal de Ska de Gasteiz” se convierte, con la inclusión de Iosune (que trabajaba en el Ttutt) a las latas y cencerros, por aquello del sonido metálico que perseguían, y Josean sustituyendo a la guitarra a Bolitxe, en la primera formación de Tijuana in Blue. Con el nombre y la actitud “majara” inicial se busca hacer algo diferente, desmarcarse un poco de la escena del momento. La filosofía, tal como nos cuenta Jimmi era clara: “hacer algo para pasar el rato y cuanto más raro mejor y así además de juntarnos con gente distinta a nosotros, íbamos haciendo canciones cada una de una madre y cada día hacíamos un montón. No importaba para nada la calidad; el tema era hacer todo tipo de música mezclada y, sobre todo, reivindicar todo lo que nos jodía pero de una forma festiva que era lo que echábamos en falta en el panorama musical por aquel entonces …”
Se marcan como objetivo inicial la de componer un himno oficial para el movimiento Katakrak. Nace así la primera canción: “Bebe y olvídalo”, un fiel reflejo del espíritu de la banda en sus primeros albores. Con idea de incluirla en lo que vino a ser “Iruña Por Katakrak” (1985), una maqueta en la que participaron, además de Tijuana in Blue, Belladona, Ultimatum, Barricada, Fiebre y Malos Tratos, van a los estudios Tsunami de San Sebastián para grabar el tema. La sesión de grabación se realiza con Eskroto con fiebre, dolor de garganta y experiencia nula como cantante, y con un guitarrista al que habían conocido el día anterior.
Aunque no tenían intención alguna de presentar la canción con actuaciones en directo, el resultado de la maqueta les anima, el 18 de agosto de 1985, durante las fiestas de Tafalla, a debutar ante el público. Así lo recuerda Jimmi: “Pillamos la luz del bar La Morena y nos pusimos a meter ruido y a hacer el minga en plena calle … Pasó lo que tenía que pasar : apareció la guardia civil y sacaron los rifles apuntando al personal ; hay que decir que nosotros seguimos cantando cuerpo a tierra a pesar de que una botella perdida acabó con el cristal del land rover ….”
A su bautismo de fuego en Tafalla, sigue una serie de actuaciones en las que tocan por la cena, la bebida y, en su caso, la gasolina correspondiente. Aunque a veces las cosas terminaban de manera que ni siquiera eso se lograba. Como en su segundo concierto, celebrado en el casino de Artajona, en el que tocó salir “escopetados”. Con los dos cantantes disfrazados y un equipo de sonido desastroso, pronto resultó evidente que el malestar del público iba en peligroso aumento. Eskroto relataba en una entrevista haberse percatado de que empezaban a circular naranjas y tomates. Viendo el más que presumible fatal desenlace y con los efectos de una generosa ingesta de vino, el cantante decide arrancarse con una jota local. Se desata entonces la ira, apenas contenida hasta entonces, del respetable, que obliga a los artistas a salir la carrera.
Asimismo, los conciertos podían incluir la participación de un mimo (Collins), reparto de folletos con las actividades de un líder ficticio llamado Omar Omonte o la utilización de vísceras de animales. En lo que Eskroto llegó a definir como “espectáculos truculentos” en los “te lo pasas bomba tú y luego la gente se pone como loca”, se llegaron a oficiar misas con textos de liturgia negra. Una vez, sobre un frigorífico camuflado con telas negras a modo de altar y ataviados con túnicas, simularon un sacrificio. Acompañado de las partes más blasfemas e irreverentes, con gritos como “Renuncio en Cristo ¡Me Cago en Cristo! Renuncio a La Virgen ¡Me Cago en la Virgen! «, en el preciso momento de clavar un cuchillo sobre la sufrida víctima, sacaron cabezas y tripas de atún de la nevera para arrojarlas sobre el público. Una de la cabezas de atún, que salió despedida hacia el público, volvió hacia el escenario y casi derriba al batería. El olor era tal, que el propio Eskroto terminó vomitando. El grupo llegó a recibir críticas por parte de protectores de los derechos de los animales y por fomentar la violencia. Jimmi añade: “Además en los conciertos repartíamos clarete para las primeras filas … Solíamos vestir de obispos, usábamos reclinatorios, etc…”.
Reflejo del ambiente de una actuación típica del grupo en su primera época es el disco pirata “Directo En Barcelona” (1985), que recoge la actuación que dio la banda en la sala Zeleste en noviembre de 1985. Editado inicialmente como maqueta, se distribuyó posteriormente como CD. En su momento, y a pesar de sus más que evidentes deficiencias de sonido, tuvo una enorme difusión que ayudó además a afianzar la imagen de banda anárquica y juerguista. Como contaban en entrevista a la revista La Olla, no llevaban ni cinco actuaciones a sus espaldas cuando tocaron en aquella ocasión. La grabación permite escuchar hasta jotas, ritmos jamaicanos, rancheras y diatribas entre canción y canción de Eskroto y compañía, con la presentación incluso en el escenario del dibujante Carlos Azagra, con el que la banda guardaba una estrecha relación. Tanto como para que Eskroto y Jimmi pasaran a ser personajes de las historietas de Pedro Pico y Pico Vena.
No sería ésta, la única ocasión en la que un directo suyo, y en Barcelona además, quedase grabado para luego ser distribuido como maqueta entre los muchos seguidores que iban teniendo. Su concierto con Pisando Fuerte, banda Oi! de Santa Coloma, en un festival anarquista en las cocheras de Sans fue otra de las cintas que el tiempo convertiría en todo un clásico: “El Festi de La A” (1986). La relación del grupo con Cataluña está llena de momentos de gran emotividad. Jimmi nos lo resume diciendo: “Tocamos allí muchísimo y además de eso, teníamos relación con mucha gente y muchos colectivos y grupos; era una época en la que coincidíamos en reivindicaciones y supongo que por eso caíamos en gracia”.
Esta espiral de locura termina cuando pasan a tocar en escenarios mayores y, sobre todo, cuando en uno de los bares en los que solían tocar, reciben la oferta de Mariano Goñi, responsable del sello Soñua (que posteriormente pasaría a ser Oihuka) para grabar un disco. La invitación no llega de cualquier sitio porque para aquel entonces el modesto sello navarro contaba ya en sus filas con bandas como La Polla Records, Barricada o Kortatu. En concreto, lo que se le proponía al grupo era la posibilidad de editar un LP compartido con Potato, grupo dedicado al reggae y aires jamaicanos. “Fue todo un flash que no llegábamos a entender pero que aceptamos gustosos” nos responde Jimmi cuando le preguntamos por la reacción del grupo.
El repertorio de la banda consiste por entonces de unas treinta canciones, o como decían para El Tubo “treinta melodías porque de una nota hacíamos una canción”. Seleccionan ocho y van a los estudios Elkar de Lasarte en una furgoneta que llenan además de los cachivaches que encuentran por el camino y que pretenden utilizar en el concierto que van a dar como teloneros de Angelic Upstarts en el mismo Lasarte. A la grabación no van precisamente en las mejores de las condiciones: “no teníamos ni idea de lo que hacíamos. Vinimos de gaupasa con la voz cascada. Fue un desastre de grabación porque no nos la esperábamos”. El resultado, el disco “Potato – Tijuana in Blue” (Soñua, 1986), es, como analizarían más tarde, “reflejo de una época”. Con los sabores de los ochenta tal y como se entendía por el norte de la Península en sus surcos, el disco envejece con cierta dificultad. Para el grupo fue una fiel carta de presentación fuera de Euskadi, un escaparate de las variedades que abordaba Tijuana in Blue. Incluye la colaboración de Fermín Muguruza al acordeón y de una sección de vientos que se autodenominaba Aerofagia Sound.
Aunque en alguna ocasión han manifestado que se trata de un disco que no les gusta particularmente, consideran un gran acierto haber comenzado con Soñua, y haber compartido la experiencia y los conciertos posteriores con Potato.
La grabación de este primer LP hace replantearse las cosas al grupo. Decidieron tomárselo en serio einiciaron una serie de conciertos en los que se podía ver a la banda tocando tres veces en la misma semana. Se produce una primera sustitución, la del guitarrista, que consigue un trabajo en la empresa de autobuses urbanos, pero la situación se complicó más: “Empezamos a actuar mucho en directo y llegó el momento en que nos agobiamos (…) planteamos al resto del grupo parar y hacer otro tipo de música. Unos queríamos hacer una cosa y otros querían hacer otra, y se rompió todo. Se rompió en un concierto mientras tocábamos. El grupo estuvo una semana disuelto”. La situación de crisis se resuelve con la reformación de la banda con el núcleo principal Jimmi – Eskroto y cuatro músicos totalmente distintos: Mikel (Aerofagia Sound, Kontuz Hi) a una de las guitarras, Potxeta (que había tocado en Ultimatum) a la batería, Jokin (hermano precisamente del anterior) al bajo e Isidro a la segunda guitarra. Es así cómo se afronta la grabación de un nuevo trabajo, pero en este caso, por entero para Tijuana in Blue.
“A Bocajarro” (Oihuka, 1988) constituye un paso adelante, y bien firme además. El sonido de la banda ha dejado atrás la experimentación y variedad que presentaba antes para acorazarse en dos guitarras poderosísimas. Con portada de aires fronterizos, mejicanos, está plagado de grandes canciones, como “Maki Navaja, el último chorizo” en un nuevo guiño al mundo del comic (ésta vez al personaje de Ivá con texto adaptado del original de Bertolt Brech por el propio dibujante) o el irresistible “Urroztarra, fuerza y garra”, probablemente el mejor himno futbolístico que se ha compuesto jamás en castellano. Ambas se editarían en dos sencillos: “Maki Navaja” (Oihuka, 1988)Añade este contenido y “Urroztarra, Fuerza y Garra” (Oihuka, 1988).
El nuevo disco mostraba, para sorpresa quizás de más de uno, a unos Tijuana in Blue con un sonido implacable, contundente, lejos ya de los aires incluso pachangueros que caracterizaron sus comienzos. En “A Bocajarro” combinaban esa intensidad en su sonido con letras que eran crónicas costumbristas de un domingo cualquiera en Pamplona hechas himnos, canciones dedicadas a Plasmatics, al Madrid de Enrique Tierno Galván, críticas de corte político …
La presentación del disco coloca de nuevo a la banda en la carretera y de nuevo, surge algún que otro problema en el seno de la misma. Como resultado de dichas tensiones, cambia el batería (entrando Mikel) y el guitarra (sustituido por Rubén).
El grupo, lejos de desestabilizarse con los cambios, regresa a los estudios Elkar a grabar un nuevo trabajo, esta vez en forma de mini-LP: “Sopla, Sopla” (Oihuka, 1989). A pesar de su formato reducido, Tijuana in Blue tiene tiempo para saldar cuentas con la agrupación local socialista, hacer crónicas alcohólicas con guiños taurinos, jugar con “frases cotidianas pilladas al vuelo”, referirse a la necesaria “contra-información” de las emisoras libres a golpe de riffs como los de los Clash, y recuperar temas antiguos; algunos de estos últimos además, como el popular “Mierdas de perro”, con un tono rockero más potente que la cubierta ska con la que el grupo la tocaba en sus principios.
El título del disco que, a tenor de la piratería mostrada en la portada, parecería tener connotaciones marítimas, tiene su origen, sin embargo, en los arriba mencionados litigios con representantes de las Juventudes Socialistas de Pamplona. Aparentemente el intercambio de pareceres que tuvieron en fiestas de San Fermín Jimmi y el mánager de la banda con los mismos llevaron a la denuncia presentada contra la banda al completo por intento de prender fuego a la barraca (caseta) que la agrupación política tenía desplegada. El cantante nos cuenta cómo terminó la cosa: “Fue una movida de primer día de Sanfermines que quedó ahí y que a la vuelta de una promoción del “A Bocajarro” a finales de julio nos la encontramos de nuevo con nuestra foto en el periódico. Aquello hizo que tuviera un furgón a diario bajo mi balcón y que perdiéramos conciertos por pueblos con alcaldías socialistas, cosa que tampoco nos importó mucho”. “La lucha final”, el tema con el que se abre el disco, está compuesto para rememoran el percance.
Tan sólo un año después de la edición del “Sopla Sopla”, y sin cambio alguno en la formación, la banda vuelve en abril y mayo a los estudios Elkar, donde, asistidos esta vez por Jean Phocas (Itoiz), preparan las canciones de un nuevo trabajo. El productor de “Sembrando El Pánico” (Oihuka, 1990), que así se titulará el LP, será Alfredo Piedrafita (guitarrista de Barricada), que les escuchó en la bajera en la que ensayaban y quedó convencido con la música del grupo. Explicaban en entrevista a El Tubo que pensaron en Sabino Méndez, guitarra de Loquillo y Los Trogloditas, pero estos últimos andaban ocupados precisamente grabando “Morir En Primavera” (Hispavox, 1988). El resultado sin embargo será del agrado de la banda, que declaró: “Con Alfredo nos hemos desentendido de la producción. Estamos muy contentos. Ha sido un gran fichaje y esperamos que esté en más ocasiones con nosotros”.
No ha de extrañar la satisfacción del grupo con el resultado final, porque efectivamente “Sembrando El Pánico” cumple todas las expectativas de los seguidores de Tijuana in Blue. Música potente y guitarras aceleradas en un disco en el que caben hasta referencias al cine yugoslavo, del que se confesaban seguidores convencidos, antes incluso de la irrupción de Kusturica. También hay una versión irreconocible de un tema de Mocedades, un homenaje a sus queridos Clash y más de un guiño a chicas de las que quitan el sueño.
Acompañando al vinilo, la hoja interior se transformaba casi en libreto para poder recoger información y contactos para diversas campañas como las organizadas contra la construcción de los pantanos de Sorogain e Itoiz, el polígono de tiro de Las Bardenas, el vertedero de Aranguren o la construcción de autovías. La lucha o denuncia era uno de los parámetros con los que se había movido la banda desde sus principios. Así nos responde Jimmi cuando le preguntamos al respecto: “(…) Siempre tuvo preferencia en Tijuana y, de hecho, siempre fue uno de los motivos del grupo … Además de las canciones, estaban los conciertos alternativos, la actitud reivindicativa en las actuaciones, las declaraciones, etc, etc, … Muchas veces nos centrábamos en temas locales, pero intentábamos que fueran entendidos en otras partes y que la gente se viera reflejada en ellos fueran de donde fueran …”.
De igual forma, aunque nos admite su devoción por los Clash, íncide en cierto grado de eclecticismo que siempre estuvo presente en la propuesta de Tijuana in Blue: “La conexión con los Clash es clara; fue una de las bandas que más nos influyó tanto en lo musical como en su actitud … Pero como ya te he dicho antes nuestra lista de influencias no tenía fin y, de hecho, en un principio no se entendía un grupo que no fuera de una corriente determinada y nos llegaron a tirar tomates y por supuesto recibimos muchísimas críticas de los que se creían músicos … Una de nuestras reivindicaciones era la de intentar unir distintas corrientes musicales que tuviéramos las mismas inquietudes sociales … No teníamos ningún prejuicio musical y, por supuesto, no teníamos ninguna vergüenza ….”.
En la versión CD del disco, el grupo decidió recuperar un tema del pasado de la banda: “Qué solos se quedan los muertos”, un tema del 1985 compuesto a partir de la adaptación de un tema de Gustavo Adolfo Becquer y que explotaba la vena Nick Cave o Lords of New Church que tanto gutaba a Jimmi. El tema tiene cierta historia, ya que, además de ser reseñado en una de las tiras de tebeo de Azagra, incluía el sonido de campanas que un párroco amigo suyo les hizo escuchar via telefónica. El grupo tuvo en su momento, poco después de editar el LP compartido con Potato, el proyecto de editar un maxi con esta canción, con “Sus ojos son como el kristal”, “canción de amor con todas sus consecuencias que por el paso del tiempo habrá que adaptar al momento actual”, decían en El Tubo, y “Ay qué pensarían”, una adaptación de un clásico mejicano acerca de los logros de la revolución de Pancho Villa. Los planes para el proyecto pasaban por la producción de Josetxo Ezponda (Los Bichos), pero finalmente no salió adelante.
Son varios los episodios de apariciones estelares de bandas en televisión en la historia del punk. En el Reino Unido la más sonada fue la de los Sex Pistols en el programa Today de Bill Grundy, el presentador que les provocó para que dijeran tacos en directo, y que fue suspendido durante dos semanas por ello. El programa, de hecho, desapareció de antena un par de meses después. El mismo destino corrió Caja de Ritmos, el programa que presentaba y dirigía en la televisión española Carlos Tena, tras la emisión del videoclip del tema “Me gusta ser una zorra” de las Vulpess. Tijuana in Blue, y más concretamente sus cantantes, Eskroto y Jimmi, también contribuyeron a escribir un capítulo más en esa lista, con la entrevista que les hicieron en el programa Plastic.
La secuencia de lo que allí aconteció, además de lo que mostraron las cámaras nos la relata Jimmi: “Fue toda una sorpresa que nos llamaran para participar en el programa y nos lo tomamos como siempre nos lo tomábamos todo, a risas. Nos fueron a buscar al aeropuerto de Barna y tras paso por un hotelazo que nos ponían, nos llevaron al plató antes de comer para preparar la entrevista”. En los estudios de televisión se encontraron con 091, grupo granadino con el que iban a salir en antena. Parece ser que la idea del programa era la de presentar a un grupo del sur, junto con otro del norte. “Así mientras los 091 se estudiaban las preguntas, nosotros comenzamos a hacer excursiones para un lado y para el otro. Ya quedamos en cantar el garrotín con los de Granada y que, visto el panorama, preferíamos saltarnos turno e ir primeros en la entrevista”. La grabación se retrasa sin embargo; Eskroto contaba en la radio tiempo después que había huelga de parte del personal que allí trabajaba. La pareja, dispuestos a pasar el tiempo de la mejor manera posible, y ante la ausencia de pacharán se hacen con provisiones de whisky. A pesar de sus intentos, no les dejan meter el “katxi” del licor en plató, por lo que termina por los suelos. “Sí, íbamos finos y es que entre una cosa y la otra nos tuvieron allí como leones encerrados y pasa lo que pasa (antes se podía uno ponerse a gusto hasta en televisión)”.
Eskroto se defendía diciendo que todo estaba preparado para achantarlos: las luces de los focos apuntando directamente a los ojos, su disposición por debajo del nivel en el que están los entrevistadores… Jimmi parece recordar la situación con algo má de autocrítica: “No nos estaban intentando mosquear ni mucho menos, lo que pasa es que lo que se ve en la entrevista es una pequeñísima parte y lo nuestro era una auténtica borrachera, aunque yo tenía algo más de ganas de hablar ; Eskroto en un momento dado se quedó dormido (eso no sale en la entrevista) … Luego el temazo con los 091 fue todo un ridículo que ellos aún recordarán porque no sabían dónde meterse….” La entrevista es ciertamente memorable; los navarros terminan cantando una jota, simulan un techno-rap, Eskroto se enreda en una conversación sobre serpientes …
De vuelta al hotel, Eskroto indicaba que el conductor puesto por el programa, insistía en recordarles a los dos cantantes que se esperaba al menos un buen comportamiento en el hotel en el que se les había alojado. A tenor de lo que nos cuenta Jimmi, la juerga no acabó en los estudios de televisión: “Así que acabamos a tiempo para seguir el bebercio en casa de Azagra en Santa Coloma hasta que por la mañana pasamos por el hotel y como no lo habíamos disfrutado nos llevamos todo el mueble bar … Nunca nadie nos dijo nada …”
Del LP saldría el sencillo «Rechazado» (Oihuka, 1990), cuya segunda cara incluiría el “Sherpa ¿dónde estás?”.
Tras volver de un concierto que el grupo da en el gaztetxe de Laudo presentando “Sembrando El Pánico”, Eskroto sufre un accidente que le deja fuera de juego durante una temporada. Es probable que la tira de comics de Pedro Pico y Pico Vena de Azagra en la que se ve precisamente a Eskroto recorriendo cielo e infierno para, a última hora, volver a la Tierra, estuviera ambientada precisamente en el suceso. Lo cierto es que el parón del cantante tiene sus consecuencias: no volverá a tocar con el grupo. Todos coinciden en señalar cierto cansancio motivado por la cantidad de conciertos que da Tijuana in Blue, instalados desde hace tiempo en un bien merecido reconocimiento.
Eskroto aprovechará su salida para, posteriormente, hacer un viaje a México que tiene mucho de escapada personal. En la entrevista que dio para la radio confesaba que era una huida en toda regla. “Estaba bastante colgado y desahuciado para muchos” manifestaba. Ahorró dinero y marchó para tierras norteamericanas. Finalmente sólo estuvo tres meses, tiempo más que suficiente para informarse y adquirir cerca de 70 discos de música mejicana. Con semejante material, y una vez decidida la vuelta a casa, montó, en principio, un programa de radio con aires de aquella tierra. Preguntado mucho tiempo después, comentaría: “Estaba del punk y del rock hasta los huevos. Me dio por escuchar música mexicana. Rescaté discos de Los Tigres del Norte que conservaba perdidos en el baúl de los recuerdos. Me atraparon las rancheras y los boleros. Esas letras desgarradas me sedujeron para siempre. Creo que también es algo genético porque mi padre cantaba por los pueblos jotas y música mexicana”.
Mientras tanto, sus antiguos compañeros se enfrentan al dilema de seguir o no con el grupo ante la falta de uno de sus distintivos. Hasta entonces, la pareja Eskroto-Jimmi había constituido un pilar, con su enfrentamiento de voces diferentes, rapado uno y con pelos largos el otro, en el que se fundamentaba mucho de la idiosincrasia de Tijuana in Blue. Jimmi rememora para nosotros aquellos momentos de incertidumbre: “Lo cierto es que mi idea inicial y firme era la de pararlo todo y es que no veía la historia si no era con Eskroto … Sin embargo, el resto del grupo y allegados lo veían de otra forma y me llegaron a convencer para que siguiera, teniendo en cuenta que con el tiempo el grupo había dado un giro y entonces andábamos en otro planteamiento tanto de imagen como musical. Recuerdo el primer concierto sin Eskroto en Lleida como un gran choque en el que por un lado faltaba algo muy importante y por el otro podíamos defender tranquilamente el nuevo planteamiento”. La formación por su parte sufre cambios, ya que Mikel es sustituido en la batería por Rubén.
Y es que con la falta de Eskroto, lo cierto es que Tijuana in Blue se abre a vertientes ligeramente distintas: por ejemplo sonidos de clara inspiración del glam. Algo de esto se deja ver precisamente en el siguiente disco que grabara la banda: “Verssioneando” (Basati, 1991), un LP de versiones compartido con Los Insoportables editado para tratar de ayudar a la compañía de discos Basati Diskak en el momento crítico que atravesaba. Se trataba del sello que habían puesto en funcionamiento desde San Sebastián Txeroki y Javi D (responsable además del fanzine Destruye). La idea original era que cada grupo grabara un EP de cuatro canciones, pero por cuestiones de comodidad el proyecto quedó en el LP compartido. Los Insoportables era más bien un divertimento de una serie de músicos que tocaban de manera estable y habitual en otros grupos. Las conexiones con los propios Tijuana in Blue eran más que evidentes, ya que contaba con integrantes de la formación de ese momento (caso de Rubén y Mikel) o del pasado (como Josean).
Con portada inspirada en la del “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band” (Parlophone, 1967) de los Beatles, el disco se grabó en las sesiones de dos días en los estudios IZ de San Sebastián. Eligieron para la ocasión temas de Dead Boys, Upright Citizens, Rolling Stones y Slade (para la que tocó el propio Alfredo Piedrafita, que también se encargaba, de nuevo, de la producción). Presentado en el bar Bukowsky de Egia y con una venta inicial de unas 1000 copias los primeros días casi sin promoción, la experiencia sirvió finalmente para poco, ya que la compañía discográfica, terminó por desaparecer.
Casi en paralelo a la iniciativa en ayuda de Basati, Tijuana in Blue firma con el sello madrileño Pasión la grabación de dos nuevos discos. Nos cuenta Jimmi que la decisión se tomó tras muchas discusiones internas, pero la oferta que les hizo Paco Martín, su responsable, superaba con creces a las de otras compañías que entraron en la puja como la misma Oihuka, GOR o DRO. Para El Tubo contaban: “nos daban un kilo, veinte días en el estudio que quisiéramos para grabar el disco, productor a elegir. Además de Paco Martín nos daban en todas partes muy buenas referencias”. A pesar de las expectativas de la compañía, que esperaban ventas de hasta decenas de miles de discos, el grupo no sentía presión alguna. Decían haber sentido que la propuesta era sobre todo a largo plazo.
Coinciden estos contactos con la aparición de la banda por vez primera en la capital con un par de actuaciones en la Sala Argentina de las que dejan huella. De igual forma, es en esos momentos convulsos en los que Oihuka saca al mercado una recopilación con los que el sello consideraba los mejores temas de la banda en la época en la que trabajaron juntos: «The Best Of 1986-1990 En Su Punto» (Oihuka, 1991). Jimmi, en entrevista de la época, daba sus impresiones al respecto del trabajo: “A mí la verdad es que no me gusta, me parece un disco raro. No creo que la selección de las canciones sea la más apropiada; están elegidas casi al azar, sin ninguna línea lógica”. Pero sus críticas no pasaban de ahí: “Naturalmente, Oihuka tiene el derecho a sacar estas recopilaciones, el material grabado es suyo”.
La confianza con el nuevo sello era total. La grabación de “Te Apellidas Fiambre” (Pasión, 1991), bajo la supervisión de Alfredo Piedrafita una vez más resulta todo un éxito. “Por todo lo alto”, nos detalla Jimmi. Sonidos quizás más rockeros que en otras ocasiones, pero con la contundencia habitual. La versión CD también traía en esta ocasión un regalo adicional, el tema extra “La pared del wáter”, versión del “Bathroom ball” de Faster Pussycat. No se abandona la pelea con las autoridades locales si es que se tercia la ocasión. Para este disco se incluyó una sátira para con Alfredo Jaime, alcalde a la sazón de Pamplona en aquel momento. Jimmi nos detalla: “Dos días antes del comienzo de Sanfermines envió una excavadora y un montón de maderos y tiró las txoznas ( barracas políticas ) para luego a la hora del txupinazo el día 6 de julio y viendo que las cosas estaban feas, anunció un esguince muy sospechoso que le impidió asistir”.
Los problemas sin embargo comienzan con la promoción del disco. El concierto de presentación se ha de cancelar al no haberse distribuido convenientemente los carteles anunciadores. La banda empieza a notar que las cosas no son como habían esperado. Además, empiezan a sentirse totalmente fuera de juego en los movimientos por Madrid que incluyen incluso apariciones de sus temas en el programa de radio de los 40 Principales. Al respecto reflexionaba el cantante pasado el tiempo: “Los 40 Principales no era nuestro sitio, así lo sentíamos y por ello tuvimos la gran movida con la casa de discos, la editorial y con todo Dios, lo que les llevó a descatalogar el disco”. Para una banda que había hecho bandera de su apego a las reducidas dimensiones de su Pamplona natal, las aventuras por la capital, “la tontería del famoseo” les resultaba, como contaban en su momento, “ser el típico paisano que va a la capital con las gallinas en un cesto, como Martínez Soria”. Deciden rescindir el contrato con Pasión, que estipulaba la grabación de un disco más.
Del LP, inicialmente se extrajo el sencillo «Alfalfa y Pan» (Pasion, 1991), que llegó a ocupar el puesto 38 en las listas del mencionado programa radiofónico. Un año después, con la relación entre sello y banda ya rota, sale a la calle «La Tentación» (Pasion, 1992).
En el seno de la banda el mal ambiente comienza a ser latente. Jimmi nos relata aquellos momentos: “Aquello ya no era lo que tenía que ser; si a esto también unimos que un servidor andaba bastante desquiciado estaba clarito que el final se veía venir. Tras presentaciones y promociones, vinieron discusiones, desastres, algún concierto vergonzoso por mi parte … Y se acabó …”. En una entrevista posterior a la revista La Olla, explicaban la decisión en similares términos: “Llevábamos un montón de años y llegó un punto en el que no nos daba rollo tocar. No veíamos muy claro el tema de subirse a un escenario sin ganas”.
Casi simultáneamente a la disolución de Tijuana in Blue, 1991, Eskroto da una vuelta más de tuerca a sus gustos por la música de denominación de origen mejicana y bajo el nombre de Gavilán pone en marcha Kojón Prieto y Los Huajalotes. El grupo cuenta con el apoyo de gente de la troupé de Tijuana in Blue. Miembros activos como Mikel a la guitarra y Montxo, guitarra en la última etapa, fueron pilares del nuevo proyecto. Antonio Cuesta, posteriormente conocido como Tonino Carotone, presente en los círculos más próximos de Tijuana in Blue, también se embarcaría en Kojón Prieto y Los Huajalotes. La vida del grupo dio para 3 LPs y un disco recopilatorio editado en 1995.
Una vez disueltos Kojón Prieto y Los Huajalotes en septiembre de 1995, Eskroto se dedicó a labores completamente distintas a las de cantante. En la entrevista concedida a la radio contaba cómo vivía la “vuelta al tajo” después de la intensidad con sus dos grupos de música. Su retirada del mundanal ruido parece responder, a tenor de lo que comentaba en alguna de las entrevistas que después le hicieron, a cierto cansancio de “tanto concierto y de tanto desconcierto”. Sin embargo reconocía, no sin cierta amargura, que los intentos de sentar la cabeza no reportaron las sensaciones que buscaba: “Te crees que tienes que formalizarte, tener un poco de fundamento, un trabajo. Entras en el juego del sistema y descubres que todo es una mierda, una miseria absoluta”.
En lo que respecta a la desbandada de los propios Tijuana in Blue, Rubén (el batería) y Rubén (el guitarra) participaron en Escarabajos; Jokin, el bajo, estuvo en varios combos (como Cuervo Jack), hasta que coincidió con su hermano Potxeta, (de los primeros baterías de Tijuana in Blue), en Lendakaris Muertos, un grupo formado también con dos sobrinos de Eskroto (Aitor y Asier). Jimmi, por su parte, montó “un conato de banda” llamado J Red Mendeku. Sin embargo la cosa no funcionó. Así nos lo cuenta el cantante: “No lo tenía nada claro porque aunque sonaba y estaba rodeado de músicos, mi cabeza no estaba por la labor”. Más tarde, en 1999, Alfredo Piedrafita le convence para que, junto a otro compañero de Barricada, Ibon Sagarna, y Juan Luis Etxebarría, bajista muy activo de Pamplona, montaran un grupo al que llamarán In Vitro. El proyecto llegó a editar incluso un disco con el sello madrileño Desobedienzia. Jimmi dice recordarlo como una gran experiencia de la que recuerda “unos pocos conciertos, incluido una cagada por mi parte en El Sol de Madrid como en los viejos tiempo”.
Aunque no duda en tildar de “intempestivo” el final de Tijuana in Blue, el cantante nos cuenta que periódicamente se telefoneaban e incluso se veían. Seguía habiendo buena química entre ellos.
Esa buena relación sin duda jugó a favor de la reunión que organizaron en 2001 cuando se involucran en un proyecto en apoyo del euskera en Pamplona. Para la iniciativa promovida por la asociación de bertsolaris (poetas o compositores de poemas) de Navarra, Sortzen, contribuyen con “Altzairuzko Hesiak” al recopilatorio “Hitza Dantzan” (GOR, 2001). Animados por el resultado llegan incluso a preparar unas cuantas versiones de temas de su repertorio en euskera: “Urroztarra, fuerza y garra”, “La vida sigue igual” … para tocarlos en directo con otras bandas de la ciudad. A pesar de tener que utilizar “una txuletas de escándalo” para poder pasar la prueba lingüística con holgura, “salió de la ostia y la gente nos empezó a animar para montar un concierto”.
Pero la excusa que realmente vuelve a juntarles en serio es la invitación por parte de sus antiguos compañeros de la Eguzki Irratia, unos meses después, para celebrar un concierto en el pabellón Anaitasuna junto a Gari, Selekta Kolectuboa y Betagarri. El festival, celebrado en febrero de 2003 resultó un éxito total. Así lo narraba Jimmi poco después: “La gente respondió de puta madre ya que una semana antes ya se habían vendido las 6000 entradas anticipadas, ante lo cual se abrieron las puertas antes de empezar nosotros y hubo un reventón total”. Animados por el resultado, marchan a tocar contra la construcción del pantano de Aoiz con Barricada y Ekon. Inician con estos dos conciertos una gira que les asegura al menos una actuación al mes.
Una de esas actuaciones, la de la sala Razzmatazz de Barcelona, se recogió en un DVD que se acompañó con el CD “Antes De Perder El Riego” (GOR, 2003). El CD incluía partes de las actuaciones en Huesca y Aoiz, mientras que en el DVD se añadieron videos antiguos. Así de entusiasmados sonaban en el periódico Deia en la presentación de dicho trabajo: “Otro atractivo de la entrega es el DVD, con imágenes añejas. Sí, desde el principio pensamos que en ésta historia había que aprovechar las nuevas tecnologías. Salió adelante la cosa. Quizas nos hubiera gustado conseguir más material antiguo, pero no estaba muy planificado. Las grabaciones fueron en los conciertos de Barcelona y Huesca, y luego esas de los 80, en el Autódromo de Lasarte. Esas son las que más molan”.
Aunque parecía que las cosas volvían a marchar para la banda, se impusieron un alto en el camino tras su actuación en Pamplona el 29 de noviembre. La idea era tomar aire y evaluar la situación y ganas del grupo. Desgraciadamente no quedó mucho tiempo para muchos análisis. Sólo unos días después del concierto de despedida, a comienzos de diciembre de 2003, Eskroto aparece muerto en su casa. Todo su entorno queda conmocionado. Cierto es que, a toro pasado, algunas de las respuestas que diera justo en la última gira de Tijuana in Blue, pudieran interpretarse en clave de alarma. En ellas indicaba necesitar tiempo para sí mismo; se manifestaba conocedor del gran vacío que le inundaría tras el último concierto. Terminaba añadiendo: “Tengo la tentación de volver a las andadas de mi juventud, de repetir mi historia, siento ganas de vivir al límite de nuevo, me gusta el vértigo”. Como nos dice Jimmi, ante quienes busquen posibles respuestas a su marcha, “Sólo él tenía la respuesta y se fue con ella”. Quedémonos con la impresión que de él conserva su amigo: “El Eskroto era todo un coco; un genio que no sabía asumir que lo era”.
Semanas después del fatídico percance, cuando Jimmi subía al escenario a celebrar los 22 años de Barricada, el público le recibía coreando de forma rotunda el nombre del compañero desaparecido.
El 20 de agosto de 2004 se celebraba en Alo (Navarra) lugar de residencia habitual de Eskroto, un homenaje organizado por La Peña Txorota y el Club Atlético Huracán en el que se incluyó cena y actuaciones en directo. Más adelante, el 14 de mayo de 2008, Tijuana in Blue y Lendakaris Muertos actuaron en la sala Artsaia en su memoria.
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