Los conjuntos de rock instrumental anidaron más en Madrid y Valencia que en Cataluña. Allí fueron muchos los que dieron sus primeros pasos bajo esta modalidad para cambiar enseguida a los temas vocales, mientras que en la capital perduraron las bandas instrumentales hasta bien entrada la década de los 60. Los hermanos Mauri Caprinell, hijos de músicos profesionales, fundaron en Granollers en 1963 Los Nivram porque querían hacer música como The Shadows. De hecho, el nombre del grupo procede de un tema de este grupo británico que a su vez lo tituló así leyendo del revés el apellido de su líder Hank B. Marvin. Precisamente el tema “Nivram” estaba escrito para el lucimiento del bajo, que tiene un largo solo. Pero volviendo a nuestra historia, a Jordi Mauri (voz, saxo, guitarra rítmica), Francesc Mauri (bajo) y Josep Mauri (batería) se unirá Josep –David- Sala (guitarra de punteo).
Al principio pasaron por allí otros músicos de manera fugaz, llegando en algún momento a ser un sexteto. Su debut se produce en el Centri-Club de su localidad, de donde pasan al Casino Astoria. Allí alternan con lo mejor del rock catalán: Los Sirex, Lone Star, Tony Ronald, Los Salvajes, etc. La influencia del beat británico y de las primeras bandas de rhythm and blues pesaba mucho más que su vieja querencia por The Shadows y Los Nivram pronto aprenden a cantar y van alejándose de sus pretensiones instrumentales. Su gran oportunidad les va a llegar casi sin salir de casa.
En mayo de 1964, justo cuando cumplían un año de actividad, se proclaman vencedores del Concurso de Ritmos Modernos, organizado por el Casino de Granollers y que el año anterior había servido de trampolín a Los Mustang. Les salen contratos para la sala Drac, en Cerdanyola y La Tortuga, en Mataró. Aquel verano actúan por la Costa Brava, sobre todo en Calella y alrededores. De vuelta a Granollers, revalidan su triunfo en el Concurso de Ritmos Modernos en 1965. A raíz de este triunfo les llega la oportunidad de grabar su primer EP: “Falsa Ilusión / Mi Nuevo Amor / Un Amor sin Igual / Tema de Peter Gunn” (Regal, 1964): Es decir, tres canciones propias compuestas por Jordi y un único tema instrumental compuesto por Henry Mancini. Los Nivram lucían cabelleras importantes para su tiempo y su entorno y eso les llevó a ser criticados y vetados en algunas salas, sin llegar al jaleo mediático que Los Cheyenes montaron con sus pelos.
La banda sonaba cada vez mejor con un sonido garajero comparable al de Los Salvajes, pero siempre trabajando con canciones propias, algo inusitado en un tiempo en que imperaban los covers de grupos extranjeros. Editan un segundo EP realmente impactante: “Mi Estrella” (Regal, 1966). Un disco muy completo y sin desperdicio que desgraciadamente no pasó de unas modestas ventas locales y comarcales. Aquel 1966 tres de sus componentes son llamados a filas.
Se las ingenian para coincidir en las Baleares, donde mantienen el conjunto como pueden. Y pueden bien, pues entre septiembre de 1966 y octubre de 1967 actúan con cierta asiduidad en la discoteca Tolsted, de Palma de Mallorca. Uno de los locales más modernos de la isla, cuyo propietario, Mike, era el manager de Jimi Hendrix, entre otros destacados artistas.
En octubre de 1967, Josep Sala se marcha a vivir a Finlandia con una joven turista finesa que acababa de conocer aquel verano y es que entre la mili y las turistas, no había conjunto que aguantara. En esos últimos meses de 1967 entra en su sustitución Vicent Caldentey, de Los Z-66. Tras terminar por fin con las obligaciones patrióticas se establecen por unos meses en Madrid. En 1968 los tres hermanos rehacen el grupo y cambian el nombre por el de Mauri Set, actuando por Mallorca, pero sin realizar ya nuevas grabaciones discográficas. En 1969 dan una serie de actuaciones y bailes en el lugar que les había visto nacer: El Centri-Club de Granollers. Su última actuación tiene lugar en Cardedeu en febrero de 1970. Unos meses después fallece Francesc Mauri y sus hermanos deciden finalizar sus actividades musicales y regresar a su tierra.
Munster, a través de Electro Hamonix, se encargó de reeditar parte de su legado mediante «Los Nivram» (Electro Harmonix, 2014).
Calidad y modernidad sorprendente la de estos Nivram, una de las menos conocidas y mejores bandas garageras de nuestra historia, que los buenos aficionados han sabido apreciar, cotizando sus discos y desenterrando su recuerdo.
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