Si se confeccionara una lista con las mejores voces femeninas de los 60, o si se hiciera otra lista con los grupos de más larga trayectoria, o que más discos firmaron durante su carrera, pocos incluirían en ellas a Mayra García Barbero y a Los 3 de Castilla. Pero lo cierto es que casi veinte años de carrera discográfica, una treintena muy larga de discos publicados y una magnífica voz solista avalan a estos, hoy casi olvidados, Los 3 de Castilla. Un conjunto que, a pesar de su nombre geográfico no tenía ningún castellano en sus filas. Estaba formado por una salmantina (entonces esta provincia se encuadraba en la región de León), un ceutí y un sevillano.
La cosa comienza allá por el 1956, cuando Manolo Palomo, que por entonces formaba parte del Trío Siboney, se fija en una chica que canta de vez en cuando en el club Erika, cerca de la Gran Vía. A Manolo le gusta su voz y todo lo demás. Intenta convencer a sus compañeros de que integren una voz femenina; sin embargo éstos no lo ven nada claro y Manolo opta por abandonar su grupo y fundar uno nuevo. Mayra había formado parte de un grupo folclórico amateur llamado Los Trovadores del Sur y en él estaba Julián Jimeno que acaba por completar el trío. Los 3 de Castilla ya eran una realidad. Comienzan su periplo por las boîtes madrileñas. El Erika, el Micheleta, el Morocco, el Pavillón, el Florida Park en el Retiro… Pero lo que les comienza a hacer populares son sus actuaciones radiofónicas en programas como Cabalgata Fin de Semana o Ruede la Bola. Y de la radio a la televisión, que por entonces realizaba todos sus programas en directo, mientras unos señores sujetaban por detrás unos paneles pintados a forma de decorado. Los 3 de Castilla rellenan minutos musicales en el viejo caserón del Paseo de la Habana. Allí pasaban horas de espera y cuando hacía falta completar minutos, cogían sus guitarras y cantaban en directo una, dos o las canciones que hiciera falta. Y todo sin cobrar ni una peseta, al menos al principio.
Este trajín de mañanas en la radio, tardes en la tele y noches en el cabaret convierten rápidamente al trío en profesionales bregados. Su estilo se debate entre la canción hispanoamericana y la copla. En 1958 fichan por el sello Telefunken con el que las cosas no le rodarán demasiado bien. Sus canciones aparecen diseminadas sin ningún criterio en discos junto a otros intérpretes. A finales de ese año, por fin sacan su primer EP completo con cuatro versiones de temas sudamericanos. En cuanto pueden se largan de aquel sello y marchan a Philips, donde las cosas les irán bastante mejor.
Con su primer disco en su nuevo sello, “Cantan Los 3 de Castilla” (Philips, 1959), consiguen su primer éxito, gracias a la canción “La luna me engañó”, una de las mejores de su larga carrera. Enseguida un nuevo hit “La Luna Se Llama Lola” (Philips, 1959). En este EP se incluye la primera edición en nuestro país del valsecito peruano “La flor de la canela”, que años después sería la canción más famosa y vendida de María Dolores Pradera. Con mucha ilusión y poco dinero Manolo y Mayra cantan su tema más personal, casándose el 9 de junio de 1959 y pasando su luna de miel actuando en las salas madrileñas.
En 1960 vencen en la primera edición del Festival de la Costa Verde, que se celebraba en Gijón, interpretando la canción “Abaníqueme Usted” (Philips, 1960). A pesar de este triunfo y de dar perfectamente el perfil de conjunto festivalero, Los 3 de Castilla jamás volverán a participar en un festival, aunque grabarán numerosas canciones procedentes de este tipo de eventos.
Portugal y Suiza son los primeros países que visitan. En los primeros 60 forman parte de varias embajadas artísticas, que organizadas por el Ministerio de Información y Turismo llevaban cada verano música española a países con muchos emigrantes españoles: Austria, Alemania, Bélgica, Francia… Ya cercano el final de la década también recorrerán América y el norte de África con sus canciones.
Pero los gustos musicales están cambiando y si por algo destacan Los 3 de Castilla es por su eclecticismo y su facilidad de adaptación a cualquier estilo melódico. En 1962 obtendrán todavía uno de sus discos más logrados: “Vuelven Los 3 de Castilla” (Philips, 1962) con interpretaciones de temas melódicos. A partir de 1963 comienzan a grabar música ligera y más tarde se amoldan al movimiento ye yé. A partir de 1965 van a encadenar una serie de discos que se venden muy bien y afincan al trío en la televisión de la que se hacen habituales. EP como “No Soy Digno de Ti” (Philips, 1965), “Guantanamera” (Philips, 1965), “La Canción del Trabajo / Domage, Domage / Sin Final / La Siesta” (Philips, 1966) y sobre todo “Pulpa de Tamarindo / Libre / Suéltame / Qué Será” (Philips, 1967). Todos ellos se encuentran entre los más vendidos y recordados del trío.
A partir de ahí entran en un pequeño bache de ventas del que saldrán airosos gracias al single “La Chevecha / Triana Morena” (Philips, 1969), con el que se colocarán en el top 5 de ventas.
Los 3 de Castilla conocen también el formato grande. Lo hacen en un sello distinto, dándose la curiosa circunstancia de que comparten contrato. Los de 45 rpm en Philips y los de 33 rpm en Fontana. Ahí van a grabar dos álbumes “Los 3 de Castilla” (Fontana, 1970), dedicado exclusivamente a la canción hispanoamericana, y “Somos” (Fontana, 1971). Esta doble filiación discográfica hace que los temas de Fontana sean distintos a los de Philips, lo que amplía aún más la de por sí extensa producción discográfica.
Los 70 convierten al incombustible trío en un grupo pop, registrando versiones españolas de éxitos internacionales, como “Dum, Dum” (Philips, 1971) y la eurofestivalera “Mendigo, Pido o Robo” (Philips, 1972).
Aún mantendrán su carrera discográfica hasta 1975 y sus actuaciones en directo hasta finales de esa década. Manolo entrará en la industria discográfica para trabajar como productor en Polygram. Julián fallece en 1987 y Mayra en 2018.
Ya en el nuevo milenio, el sello Rama Lama editaría una amplia retrospectiva de sus éxitos, que para este cuidado doble CD fueron seleccionados personalmente por Mayra y Manolo.
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