De «Aviones plateados», la frase que siempre me cautivó es la que dice: “Barba de 15 días, no me levantaría”. Es esa frase de tintes depresivos la que reverberaba en mi cabeza cuando acudí a ver qué secretos escondía aquel alma penitente que miraba pasar los aviones por encima de la casa de su amor perdido. Quizá el gran secreto que asoma, cuando se mira de cerca, es que, como ocurre muchas veces, un amor perdido puede ser un amor que se dejó caer, un amor que el obsesivo se obligó a perder para pagar una penitencia eterna e (inconscientemente) voluntaria.
Comentarios
Lo único en que creo que te pasas 20 pueblos es con lo de la neurosis. En lo demás estoy bastante de acuerdo.