En cualquier recopilatorio de música española de los 80, de los muchísimos que se han editado en estos últimos años, podemos encontrar «El pistolero» de los Pistones. Esta canción supuso en su día el ascenso de este grupo a la primera división del pop español, sonando en radiofórmulas y en todas las discotecas, para desaparecer posteriormente de las listas y de la primera línea sin consolidar el éxito del grupo. En este sentido, los Pistones son lo que en el mundo anglosajón se conocería como un One Hit Wonder. Así, la discografía de este grupo, uno de los mejores del Madrid de principios de los 80, es desconocida para el gran público, así como su sonido, mucho más pop, nuevaolero y atemporal de lo que este único gran éxito parece dar a entender.
Los Pistones (nombre extraido de la unión de los nombres de dos de sus grupos favoritos: Sex Pistols y Ramones) se forman hacia 1980 en Madrid en torno a la figura de su cantante, guitarrista y compositor, Ricardo Chirinos, componente también de otra banda, Episodio, y que consigue crear una formación estable con Juan Luis Ambite al bajo, Frank López a los teclados y Ramón López a la batería. Esta formación se presentaría en público por primera vez en 1980 en la sala El Jardín, y pronto comienza a grabar las primeras maquetas, que empiezan a mover por las distintas emisoras de radio, y en las que ya se encontraban canciones como “Los Ramones”, “Nadie” o “Vuelve pronto”. Algunas de ellas se editarían posteriormente en recopilatorios como «4473910» (MR-Ariola, 1983) o «Maquetas» (MR, 1984).
Los Pistones encuentran entonces el apoyo de Paco Martín, el histórico fundador de la compañía Twins, entonces en Fonogram, que apadrina al grupo pero no consigue que ninguna discográfica apueste por ellos. Así que decide fundar una compañía independiente, junto con un socio, Julio R. Rodríguez, a la que bautizan con los apellidos de los promotores, MR.
Así, se convierten en la primera referencia de este nuevo sello, con el EP “Las Siete Menos Cuarto” (MR, 1982), que incluye cuatro canciones llenas de magia, directas y sencillas, combinando sonidos sesenteros con otras influencias más de la época, con los oídos siempre puestos en los grupos británicos de power pop, como los Jags o los Vapors.
El disco funcionó relativamente bien, a pesar de que el sonido dejaba bastante que desear y no hacía justicia a las canciones. Ese mismo año, graban otro de sus pequeños clásicos, el single “Los Ramones” (MR, 1982), completado con una buena canción nuevaolera en la Cara B como “Vuelve pronto”. Sin embargo, el tercer lanzamiento del grupo, el EP “Voces” (MR, 1982), parece mostrar una cierta desorientación. El estilo cambia casi por completo a un pop bailable, con toques soul, en el que los Pistones se mueven con mucha menor soltura. Las canciones no están mal, pero el sonido sigue siendo deficiente lo que, en esta expresión resulta incluso más flagrante. De cualquier forma, en este trabajo se encuentra una de las mayores joyas del repertorio de la formación y de las favoritas de sus fans, la sensacional “Metadona”.
En 1983, con la compra de MR por Ariola, se reedita el sencillo «Los Ramones», con distinta portada. También grabarían un nuevo single, “Nadie” (MR, 1983), una vuelta al power pop acompañada de un tema de influencias punks, “El parque”. Tras este disco, Ariola toma la decisión, por fin, de editarles el ansiado LP. Antes, y como aperitivo, convencidos del potencial comercial de la canción “El pistolero”, deciden sacarla en single acompañada de una nueva versión de su clásico “Metadona”. Ambas canciones se incluirían en su LP “Persecución” (MR-Ariola, 1983).
Como curiosidad, también se editaría un MX con una versión especial para discotecas y pistas de baile, “El Pistolero” (MR-Ariola, 1983). Y es que la canción, muy comercial, era un reflejo de lo que entonces venían haciendo The Clash en el Reino Unido, y se convirtió en un gran éxito de ventas, permitiendo a los Pistones gozar de cierta fama, sonar en las radiofórmulas y en los circuitos comerciales, y convertirse en uno de los grupos españoles más populares del momento.
Con la entrada de Fabián Jolivet en la batería, Los Pistones comienzan a trabajar en las nuevas canciones. Fabián, músico profesional con conocimientos de producción, asume como primera preocupación la de mejorar el sonido; diez meses de ensayos y un nuevo equipo humano en tareas de producción y en el apartado técnico: Ariel Rot, quien junto a Fabián se encargará de grabar prácticamente todos los instrumentos, y el ingeniero Peter McNamee. Cuenta Fabián al respecto: «Recuerdo tener que convencer a Peter de trabajar con Ariel y a Ariel de volver a trabajar con Peter (habían terminado mal tras grabar con Tequila). Luego lo mas dificil: convencer a los ‘new wave’ de Pistones de aceptar a un tequilero que en esos momentos estaba de capa caida, y nadie lo queria». Pero al final se salió con la suya, los convenció y el LP, producido por Ariel Rot y el ingeniero de sonido Peter McNamee, permitía a los Pistones, por fin, disfrutar de un sonido sensacional, convirtiéndose no sólo en su mejor disco, sino en uno de los mejores de la época, funcionando razonablemente bien, además de con “El pistolero”, con singles como “Persecución” o “Lo que quieras oir”. Ariel Rot, por su parte, orienta al grupo hacia sonidos más duros, más rockeros, dentro ya del estilo que se puede denominar como pop-rock, sin abandonar su vocación power popera en melodías y voces.
Paco Martín, que ya había fundado Twins, aprovecha el auge para publicar un recopilatorio con las canciones editadas por MR, entonces ya difíciles de conseguir, con el título de «Primeros Tiempos» (Twins, 1984).
Sin embargo, el trabajo de promoción se iba a quedar a medias, ya que Ricardo Chirinos es llamado a filas y los Pistones ven su carrera frenada en seco, cuando estaban en plena cima. Ya nunca recuperarían su popularidad. Después de este parón, que dura tres años, los Pistones entran a grabar un nuevo disco, publicado ya por Ariola, y de nuevo producido por Ariel Rot. El grupo ha perdido por el camino a su batería, contando para dicho trabajo con un colaborador de lujo como Julián Infante.
El disco se publica con el título de «Canciones de Lustre» (Ariola, 1986) y, aún careciendo de la magia del anterior, el nivel medio es más que aceptable, conteniendo todavía joyas pop que hacen honor a su título. Canciones de lustre, como “El clan”, “En una racha de viento” pero sobre todo, “Qué el Sol te dé”, posiblemente la mejor canción del grupo y un hit en potencia incomprensiblemente desaprovechado. Sea como fuere, el disco pasa prácticamente desapercibido, con la inestimable ayuda de la compañía, que apenas lo promociona. Por ese motivo, el grupo abandona Ariola y vuelve a reunirse con su principal valedor, Paco Martín, ya en Twins.
En esta compañía, y la vuelta del batería original, Ramón López, se estrenan con un mini-LP, «Cien Veces No» (Twins, 1987), en el que demuestran de nuevo su gran facilidad para hacer buenas canciones de power pop, como “Amiga Lola”, o baladas como la titular. Pero ya es algo tarde: los gustos han cambiado y el disco pasa de nuevo sin pena ni gloria.
Así que los Pistones echan el cierre a su trayectoria. Abandonan la música todos salvo Juan Luis Ambite, que probaría con una nueva banda, The Favoritos, aunque de nuevo sin suerte, además de participar en la película «Mujeres al Borde de un Ataque de Nervios» (1988), de Pedro Almodóvar.
Como despedida, se edita un recopilatorio de sus canciones de la época Twins (de entre las aparecidas en los discos «Primeros Tiempos» y «Cien Veces No»), puesto en la calle ya por DRO East West (que había absorbido a Twins), y titulado, de forma inequívoca: «1981-1988 El Final» (DRO, 1989).
¿De forma inequívoca? Pues lo cierto es que no. A principios de los 90, Ricardo Chirinos y Juan Luis Ambite recuperan de nuevo Pistones, pasando el citado Ambite a la guitarra y entrando un bajista, José Marín, y un batería, Rubén Fernández, en la formación. Empiezan desde cero, dando conciertos en distintas salas de Madrid, y firman un contrato discográfico con Sony, que les editará el LP «Entre dos Fuegos» (Sony, 1992) que, a pesar de contar con algunas buenas canciones y una cierta promoción en radios y programas de TV, vende muy pocas copias. Era demasiado tarde ya -o demasiado pronto, según se mire- para grupos como Pistones. La música española iba por otros derroteros, y aún no era tiempo de revival ochentero.
Así que la banda se disuelve, ya de forma definitiva, tras aparecer en el homenaje a Antonio Vega, titulado “Ese Chico Triste y Solitario” (Polydor, 1993), con una de las mejores versiones del disco, la de la canción de Nacha Pop “Persiguiendo sombras”.
Como curiosidad añadir que los Pistones dejaron incluso grabado un disco en directo que nunca llegaría a ver la luz.
Tras un breve paso por Pop de Block, Ricardo Chirinos abandonaría la música, y sólo se le ha podido ver en colaboraciones esporádicas, como el disco en directo de Ariel Rot, “En Vivo Mucho Mejor” (DRO,2001) en el que interpreta “El pistolero” a dúo con el propio Ariel. Por su parte, Ambite se integra en la banda de acompañamiento de Jaime Urrutia, el otrora líder de Gabinete Caligari, ahora en solitario.
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