Formación mítica donde las haya, Parálisis Permanente surge tras un primer amago de disolución de Pegamoides, motivado, precisamente, por las desavenencias surgidas en su seno a consecuencia de los derroteros siniestros que estaba adquiriendo la formación, sobre todo a raíz de la vuelta de Eduardo Benavente de su segundo viaje a Londres.
Tras el primero, colgado de una de las modettes, ya había vuelto fascinado por la esencia punk, reflejándolo, pricipalmente, en un cambio de estilo de Escaparates, el grupo paralelo y otrora popero que había creado junto a su hermano Javier Benavente y que ejerció de embrión de Parálisis Permanente. También metiéndose en muchos líos. Curiosamente se arrimaría también a otros Escaparates, estos los de El Ángel y César Scappa, muy influenciado por ellos y sus raíces neoyorquinas. A esta alianza riot se les había pronto sumado Nacho, quien veía con agrado este nuevo sonido para sus incisivos textos. Carlos, por el contrario, no comulgaba con el asunto. Las discrepancias se agravarían más aún tras el segundo viaje, esta vez junto a Ana Curra y Olvido, que también estaban encantadas. Los primeros temas oscuros empiezan a salir a relucir en Pegamoides, estrenándose la claustrofóbica “Quiero salir” en una fiesta organizada por Dezine en El Sol.
Por aquel entonces, Nacho y Eduardo niegan la mano al supremo de Hispavox y éste, como represalia, suspende la grabación en curso del segundo EP. Carlos amenaza con abandonar la formación y establece dos condiciones para seguir: que se eche a Eduardo y que Nacho enmudezca ante los medios y la casa de discos. En diciembre, tras grabar para el espacio televisivo Gente Hoy, el grupo se disuelve y Nacho Canut y Eduardo Benavente deciden formar (o continuar con la nueva senda iniciada en Escaparates), junto al hermano del segundo, Javier Benavente, y a uno de los hermanos del primero, Johnny Canut, Parálisis Permanente. El grupo se presenta en la sala Jardín, pero Ana y Olvido logran acercar de nuevo a Nacho y resucitar Pegamoides con la idea de coger otro batería para contentar a Carlos. Sin embargo, los baterías no salen y los que salen, no valen, con lo que Eduardo acaba volviendo al redil, sin abandonar, eso si, sus nuevos gustos musicales.
Pronto Parálisis Permanente empieza a ganarse el favor de la critica, pero las discográficas, especialmente Hispavox, no ven claro del todo apostar por este sonido tan radical. Así, entran en contacto con la fábrica de discos Tic-Tac de cara a un primer trabajo en forma de single, y, aunque los precios son bastante asequibles, Eduardo ofrece a sus amigos de Gabinete Caligari el compartir lo que seria un EP. Grabado en los recientemente abiertos estudios Doublewtronics, y con Jaime Urrutia ayudandoles a la guitarra (Javier había decidido abandonar la formación para convertirse en road manager de los Pegamoides), las primeras mil copias de “Autosuficiencia (Tic-Tac, 1981)” se agotarían rápidamente, siendo reeditado con Tres Cipreses (sello creado por ellos mismos) al poco tiempo con nueva portada. Realmente, los medios con los que la discográfica novel contaba eran más bien escasos, y es por ello que Servando de DRO estaría detrás de todas estas primeras ediciones.
Por su parte, en Pegamoides, la afinidad entre Ana y Olvido es tal, que comienzan a componer nuevos temas juntas, como “Estrategia militar”, “Redrum” o la mismísima “Quiero ser Santa”, canciones igualmente góticas que motivan el adiós definitivo de Carlos Berlanga.
Ante el éxito del primer trabajo, Servando Carballar les propone lanzar un nuevo EP con cuatro nuevas canciones, entre ellas la propia «Quiero ser Santa» y «Un día en Texas». “Quiero Ser Santa” (DRO / Tres Cipreses, 1982) continuaba así afianzando el sonido desgarrador de la banda, y haciendo que el largo se hiciera esperar ya demasiado, dada la popularidad de la banda, convertida en el nuevo punto de mira de la nueva ola.
En abril de ese mismo año Nacho Canut abandona la formación por desavenecias, entrando en su lugar al bajo el donostiarra Rafa Balmaseda, cuya ajetreada andadura explicaría él mismo en Muskaria, revista dedicada a rock vasco: “Me fui (a Madrid) el 26 de enero de 1981 con nueve mil pesetas, el bajo, el marshall y mi maleta, sin conocer allí a nadie, con un grupo que me gustaba, pero sin estar demasiado convencido, Negativo. El grupo estaba ya supersaturado, pero antes de separarse ya estaba tocando con Glutamato Ye-Yé, alternando por las mañanas y las tardes. Antes de eso, yo ya había tocado con Derribos Arias, pero Alejo me echó por ser demasiado técnico. Hizo bien en echarme, porque si no me hubiera ido yo. Tras la separación de Negativo, entro en Parálisis y estuve parado porque Eduardo tocaba aún con Alaska y los Pegamoides. Gracias a mí y a nadie más hoy estoy en Parálisis. Me abrí a la gente y demostré que allí iba a ser igual”. Como se puede deducir de estas declaraciones, Rafa no llegaba tan sólo para figurar, que también, dada su sofisticada y fotogénica estética, sino que con su incorporación en la banda colmaba todas las ilusiones que lo habían llevado a abandonar su tierra. Su actividad fue frenética en esta búsqueda, componiendo también temas para un proyecto personal, Trata de Blancas.
Tambien se une a la formación, Ana Curra, compañera sentimental de Eduardo en aquel momento, a los teclados, en un principio como colaboración (no quería confrontaciones con Pegamoides y no ingresó en la banda hasta la disolución de estos), para dotar a los trece temas de su único largo, «El Acto» (DRO / Tres Cipreses, 1982), de un sonido más tétrico y tenebroso del que ya de por sí tenían, bebiendo directamente de referentes como Joy Division o Bauhaus, y comenzando una escena que en España estaba representada por Gabinete Caligari, Décima Víctima, Desechables o Agrimensor K. En el album se incluyen también una versión del «Heroes» de David Bowie y otra del «I wanna be your dog» de Iggy Pop & The Stooges, ambas castellanizadas. El largo obtuvo un éxito rotundo en cuanto a ventas en el sector independiente se refiere, superándose las nueve mil copias de la primera tirada.
Tras el verano, Nacho Canut decide embarcarse de lleno en Dynarama, el nuevo proyecto de Carlos Berlanga, por lo que abandona Pegamoides. Alaska comprueba que tanto Ana como Eduardo están más volcados en su propio proyecto, por lo que decide disolver la formación. Por su parte, Ana Curra, apoyada en todo momento por Eduardo, emprende un proyecto alternativo a Parálisis Permanente, Seres Vacíos, con inspiración en Siousxie and the Banshees y con la intención de no actuar en directo.
Los conciertos se incrementan por toda España (se hacen galas semanales) y a principios de 1983 graban tres temas para el programa de televisión Caja de Ritmos, no tardándose en grabar el que sin saberlo sería su último single, «Nacidos Para Dominar / Sangre» (Tres Cipreses, 1983).
Para entonces Paloma Chamorro, que estaba esbozando un programa cultural que se llamaría La Edad de Oro, cuenta para la realización del programa piloto, como no, con la colaboración de Parálisis Permanente. Aunque en un principio esta actuación a modo de ensayo general no iba a ver la luz, sino una prevista para el 7 de junio. Pero el destino iba a decir otra cosa.
El 14 de mayo del mismo año a las cinco de la tarde, volviendo Ana, Toti Árboles (que había tomado las baquetas tras pasar Johnny Canut a Los Nikis) y Eduardo de un concierto en León, y yendo por la A-68 a Zaragoza para tocar en un festival, el Seat Ronda en que viajaban se salía de la carretera por la lluvia en las proximidades de Alfaro (La Rioja). Tras varias vueltas de campana, Eduardo Benavente fallecía de inmediato a la temprana edad de veinte años. La noticia llegaría al festival poco después de finalizar la actuación de Dinarama.
El single, pese a estar grabado en marzo, tras imprevistos sale justo después de la muerte de Eduardo, pese a las reticencias del propio sello, por insistencia del resto de componentes de la formación.
La figura de Eduardo, engrandece como la de los grande mitos, e incluso los que antes le consideraban un cretino, se postran ante él reconociéndole su inmenso talento. Así, en el primer programa de La Edad de Oro se le rinde homenaje emitiendo la actuación del piloto, en la que nervioso, suave y tímido (¡quién lo diría!), el jóven efebo, comienza a cantar «Quiero ser Santa», derrochando personalidad.
Ni qué decir tiene que el grupo, ante el vacío producido por la muerte de Eduardo, decide su disolución, pero el deseo de seguir tocando les lleva a continuar en el mundo de la música. Así, Ana continuaría con Seres Vacíos, a quien se suma Rafa. El poso dejado por Eduardo es grande, y en su siguiente trabajo se podía oir su voz en el tema «Luna nueva». Rafa siguió también en distintos proyectos, como Vidas Ejemplares, en el que colaboraría Ana a los teclados, o incluso en solitario.
Por su parte, Toti Arboles iniciaría en 1985 su andadura con La Frontera, donde se haría cargo de la batería y coros, falleciendo en 1992.
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