A medida que Ana Curra y Eduardo Benavente daban prioridad a Parálisis Permanente frente a Pegamoides, Ana, apoyada en todo momento por Eduardo, su pareja sentimental en aquel momento, emprende un proyecto alternativo denominado Seres Vacíos, con inspiración en Siousxie And The Banshees y con la intención de grabar tan sólo un disco y no actuar en directo.
Así, sale a la luz «Los Seres Vacios» (Tres Cipreses, 1982), con producción del propio Eduardo, quien también se ocuparía de la guitarra, el bajo y la batería. Ana, por su parte estaría encargada de la voz y los teclados. En la Cara A nos encontramos con “Los celos se apoderan de mí”, coescrita por ambos. La esencia de Benavente está más que presente en este álbum.
Tras la trágica muerte de Eduardo, Parálisis Permanente se disuelve y Seres Vacíos ejerce un poco de continuación -incluso las críticas de la época recriminan que en lugar de explotarse el talento que Ana atesoraba se intentase desenterrar a la figura de Eduardo- hasta que poco a poco los miembros van abandonando la formación excepto Rafa BalmasedaAñade este contenido, que permanecería en el bajo hasta el final. Es una etapa de mucha inestabilidad, en la que como bien explicaba Ana Curra en la Rock Espezial de abril del 84, era difícil encontrar miembros con la ilusión necesaria para continuar el proyecto. Así, por ejemplo, el ex-Glamour Adolfo Barberá que tomaría parte en el segundo disco, no cambia su residencia a Madrid, por lo que se limitaría a ser colaborador. Otro tanto de lo mismo con otras personas como Enrique Bastante, ex-guitarra de Flash Strato. Se puede decir que la formación más estable sería completada con Carlos Torero (Espasmódicos) y José Battaglio (Esqueletos).
El segundo maxi, «Los Seres Vacíos» (Tres Cipreses, 1983), de luto riguroso y con una especial dedicatoria en la contraportada en la que Ana reza un emotivo «siempre tuya» dirigido a Eduardo, ve la luz en 1983 y contiene otro par de temas, la muy pegamoide «Luna nueva» y la muy Parálisis Permanente «Más». Un disco de escasa personalidad, sin lugar a dudas, que sería la antesala al último trabajo de la formación, el maxi «Recuerda» (Tres Cipreses, 1984), algo falto en ideas al incluir tres temas en directo grabados en febrero del 84 en el Colegio Mayor Mendel de entre los cinco que lo componen.
Si salían bien los dos primeros maxls, iba a grabar un LP, pero no resultó y Rafa decide volverse a su San Sebastián natal: «La historia terminó porque no teníamos trabajo y yo personalmente para vivir en Madrid necesltaba una base. Este fue el motivo de que me fuera de Seres Vacíos. Se disolvió porque yo desapareci y regresé a San Sebastián. Por otro lado, José tocaba la guitarra con La Frontera y Carlos combinaba con Ariel Rot. No habla actuaciones, tampoco ensayos y la cosa fue a menos. No pensaba que el grupo iba a desaparecer porque yo me hubiese ido, pero se disolvió, si.», comentaba Rafa para Muskaria, en una entrevista concedida a tenor de su nueva aventura en Vidas Ejemplares.
Finalizada su aventura, Ana continuaría ligada a la música en solitario y en colaboraciones (como la que ya había realizado en el 83 con Alaska y Los Nikis en Negros S.A.) incluso con Alaska y Dinarama, aportando su voz a la revisión del «Quiero ser santa» incluída en «Fan Fatal» (Hispavox, 1989). En 1993 colabora también en dos conciertos en homenaje a la memoria del batería Toti Árboles, bajo el nombre de Los Vengadores, quedando recogido al año siguiente en formato digital en edición limitada. Tras ello pasó a un segundo plano ejerciendo como profesora de Conservatorio.
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