Érase una vez un país en el que tan sólo se contaban chistes de mariquitas y paletos. En ambos casos, a veces se les ponía música. Centrándonos en el segundo supuesto, el estilo devino en lo que se llamó rock rural, denominación acuñada por esta particular La Charanga del Tío Honorio.
Los componentes de este grupo no eran unos recién llegados ni mucho menos. Julio Seijas, Honorio Herrero y Luis Gómez Escolar habían coincidido en Aguaviva. Además, Luis había grabado como cantautor bajo el nombre de Simone y había colaborado muy activamente con su pareja, la prematuramente desaparecida, Cecilia. Por su parte, Julio había formado parte del grupo La Compañia.
Los tres simultaneaban su actividad como cantantes con la composición de canciones. Temas tan populares o populacheros como “¿Qué pasa contigo tío? para Los Golfos, “Saca el güisqui, cheli” para Desmadre 75 o “Gasho, t’as pasao” para Los Mozos del Gay Pobre salieron de sus calenturientas mentes. Entre bromas y veras deciden hacer una maqueta bajo la denominación de El Rosario de la Aurora. Una copia llegó a José María Íñigo, que enseguida los invitó a su programa en TVE, Estudio Abierto. Aquellos tres tipos encuadernados en pana y tocados con boinas metidas a rosca en sus cabezas que blandían amenazadores garrotes tuvieron un gran éxito y no les fue difícil ser fichados por CBS, donde ya colaboraba como productor Honorio Herrero. En dicha maqueta ya aparecían temas como “Hay que lavalo”, que sería el primer y mayor hit de La Charanga del Tío Honorio, nombre con el que finalmente se conocería al trío.
Letras que parecen sacadas de chistes de Gila, que exageran hasta el esperpento las supuestas características de la España rural y profunda que hablan del cortejo a las mozas, las bromas pesadas, los melonares, el ganado porcino y toda la imaginería rural vista con el más burdo sentido del humor.
“Hay que lavalo” no alcanzó el nº1 de ventas, pero lo rozó, y La Charanga del Tío Honorio se hinchó a hacer galas y apariciones televisivas. En 1976 se edita su único LP, “Hay que Lavalo” (CBS, 1976), del que se extrajo un segundo single muy vendido aquel verano: “Ay, cordera”. Para 1977 la fórmula chusca estaba agotada y su tercer single pasó inadvertido. Estiraron sus actuaciones hasta 1978, año en el que desaparecerían para dedicarse a tareas de producción. Recordemos, por ejemplo, que Honorio Herrero fue el descubridor y productor de grupos como Radio Futura.
La Charanga del Tío Honorio creó escuela y por un lado humoristas como Fernando Esteso o grupos como Zapato Veloz o Puturrú de Fuá y solistas como El Koala han seguido por esa senda casi siempre alumbrando bodrios que se encaramaban a los primeros puestos de las listas.
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