A principios de los 70 la canción protesta estaba en cada esquina. Unos musicaban a poetas exiliados, otros componían proclamas cantadas y una tercera vía protestaba con armas tan españolas como infalibles: la sátira y el cachondeo. Descendientes de Quevedo y amamantados en las generosas ubres de La Codorniz, en 1970 surge un grupo más o menos folk llamado Las Madres del Cordero y liderado por un jovencito de tendencias ácratas llamado Moncho Alpuente. Se alían con la compañía de teatro Tábano y ponen en pie el espectáculo Castañuela 70, que pone en solfa la casposa y reprimida vida española de la época a partir de la crítica a personajes genéricos perfectamente reconocibles. El espectáculo levanta ampollas en la derecha de toda la vida y, a pesar de su éxito, acaba por se retirado de la cartelera; sin embargo, aquellas Madres del Cordero graban un single aclamado por la progresía y olvidado por periodistas y eventuales consumidores de discos.
En 1972, Moncho Alpuente continúa aquel proyecto, cambiando algunos de sus primeros compañeros de fatigas y mutando el nombre por el de Desde Santurce a Bilbao Blues Band. Junto a Moncho, aquella inefable banda que ni era de Bilbao ni, por supuesto, se dedicaba al blues, estaba formada por Jordi Pi, Javier Estrella y Álvaro Ibernia y el propio Moncho.
Graban en 1972 un single para el sello Explosion con “El ídolo”, una mordaz visión de los cantantes del momento con ese inolvidable estribillo: “Y cuando llega el verano, vuelvo a la rumba otra vez”. El disco lo ponen algunos disc-jockeys en sus programas de radio y no hace ni las diez de monte en cuanto a ventas, aunque la fama de Desde Santurce a Bilbao Blues Band va en aumento y actúan asiduamente en universidades, colegios mayores y alguna fiesta patronal.
En 1973 pasan a ser quinteto, al marcharse Jordi y Javier y entrar en la formación Antonio Piera, Joss Martin y Felipe Montes.
Con esta formación saldrá a la venta su obra más conseguida: el LP “Vidas Ejemplares” (Explosión, 1973), una colección de canciones, varias de ellas procedentes de aquella Castañuela 70, que suponen un revulsivo en la adormecida música de la época, donde el grupo cuenta con ayudantes de lujo como Massiel, Vainica Doble, Hilario Camacho o Luis Eduardo Aute. Este disco va a venderse poco para desgracia de sus autores e intérpretes, pero va a poner en marcha un nuevo estilo que, a falta de nombre mejor, podríamos definir como pop cachondo en el que pronto surgirán nuevos practicantes como Ramsés, Isaías y Pantaleón, La Trinca o Desmadre 75. Las características del estilo serán las letras satíricas y humorísticas aderezadas con músicas en las que vale casi todo: rock, charlestón, folk, tango, formas de música clásica y lo que se terciara. El LP da lugar a una serie de actuaciones en el Teatro Magallanes, un pequeño local que siempre defendió la nueva cultura popular.
Del citado LP se pone en circulación un single con “El hombre del 600” como número fuerte que se venderá bastante bien e incluso será un medianamente serio aspirante a la canción del verano en aquel 1973. Al año siguiente, se produciría algún cambio en la formación, entrando Emilio Souto,que procedía de Tabaca, y Jean Pierre Torlois.
Sin abandonar del todo los circuitos más o menos underground, comienzan a actuar en televisión y discotecas, como la madrileña J J. No siempre sus galas son saludadas con agrada. En algunas ocasiones, la censura y la policía se cargan un espectáculo que les huele a rojerío.
Famosa es la reseña que un periódico alcarreño publica sobre las consecuencias de una actuación en Guadalajara: «Detenido el punteo de ‘Santurce a Bilbao Blues Band’. Finalizada la última actuación del grupo ‘Desde Santurce a Bilbao Blues Band’, el punteo del mencionado conjunto musical fue detenido por agentes de la Jefatura Provincial de Policía de Guadalajara. Puestos al habla con el comisario-jefe de policía, amablemente nos ha manifestado, que la orden de detención provino de la superioridad de Madrid y que no estaba relacionada con la actuación de ‘La Santurce’ en Guadalajara. Mediada la actuación de la referida banda musical, la policía (Nos ha dicho el comisario) comunicó al punteo la orden de detención que habían recibido, aunque, pese a ello, le permitieron finalizar el recital».
De la última multa (luego indultada) impuesta al grupo da cuenta ABC en su edición de 19 de noviembre de 1975; es decir, justo un día antes de la muerte del dictador.
Poco más dio de sí este grupo. Se disolvería a principios de 1976 ante los diferentes proyectos vitales de sus componentes, que, en aquellos momentos, poco tenían que ver con la música. Moncho Alpuente, volvería algún tiempo más tarde a la palestra pop como Moncho Alpuente y Los Kwai.
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