A principios de los años 80 la música popular española estaba llegando a su punto de ebullición, después de haber estado cociéndose al ritmo impuesto por las corrientes contraculturales que crecieron con el abono proporcionado por el fallecimiento de Franco. A la dichosa Movida Madrileña -por ser un término excesivamente usado- se le iban sumando poco a poco distintos movimientos en el resto de España. El más representativo de todos fue La Movida Viguesa, que se podría decir que empezó cuando el grupo Mari Cruz Soriano y los que Arreglan su Piano cambio su nombre en 1981 a Siniestro Total. Siniestro Total empezó como un trío formado por Miguel Costas (voz), Alberto Torrado (guitarra eléctrica, bajo y coros) y Julián Hernández (sintetizador). Al trío se les unió rápidamente Germán Coppini, que sustituyó en las voces a Miguel Costas, quién pasó a la guitarra y coros, mientras que Alberto Torrado se quedó solo con el bajo y coros y Julián Hernández se pudo encargar de la batería. Con esta formación grabaron su primer disco “¿Cuándo se Come Aquí?” (DRO, 1982).
En ese mismo año Germán Coppini empieza a colaborar, al principio sólo como mero entretenimiento, con el compositor y multi-instrumentista Teo Cardalda. El dúo decide llamarse Golpes Bajos y empieza a componer canciones, Coppini las letras y Cardalda la música. Ya en 1983 se presentan a la 1ª edición del concurso de maquetas de la revista Rock Espezial (actualmente Rockdelux) quedando en primer lugar. Gracias a este éxito Coppini empezó a pensar seriamente en la posibilidad de abandonar Siniestro Total para dedicarse a tiempo completo a Golpes Bajos.
Los hechos se precipitaron cuando, invitados al programa de televisión La Edad de Oro de Paloma Chamorro, a Coppini se le “olvida” mencionar en la entrevista el hecho de que también era miembro de cierto grupo llamado Siniestro Total. Esto hizo que Miguel Costas, Alberto Torrado y Julián Hernández decidieran invitar a Coppini a abandonar el barco y dedicarse en exclusiva a su nueva y exitosa banda. Lo cierto es que la distancia entre los planteamientos musicales de Golpes Bajos y Siniestro Total había hecho que Coppini cada día le dedicara más tiempo a Golpes Bajos y menos a Siniestro Total. El divorcio artístico ya estaba allí y lo único que hicieron los miembros de Siniestro Total fue precipitar los acontecimientos.
Con Germán Coppini pudiéndose dedicar a tiempo completo había llegado el momento de que él y Teo Cardalda dotaran de mayor entidad al grupo, sumando a sus filas el talento musical de Pablo Novoa y Luis García. Ya como cuarteto empezaron la grabación de lo que sería su primer mini-LP homónimo, “Golpes Bajos” (Nuevos Medios, 1983), para el que graban de nuevo, ya como cuarteto, tres de las cuatro canciones anteriormente incluidas en la maqueta que presentaron al concurso de la revista Rock Espezial («No mires a los ojos de la gente«, «Malos tiempos para la lírica» y «Estoy enfermo«), a las que se le añadieron dos canciones nuevas (“Lágrimas” y “Tendré que salir algún día”). La otra canción de la maqueta (“Fiesta de los maniquíes”) la reservaron para lo que sería su primer LP. En este primer trabajo quedan perfectamente reflejadas casi todas las características de lo que se puede considerar la idiosincrasia de Golpes Bajos. Las letras de Germán Coppini retratan con suma habilidad sentimientos como la paranoia, la soledad o el pavor de los adolescentes (y post-adolescentes) incomprendidos a relacionarse socialmente. La música no se queda atrás con una atractiva mezcla de sonido nuevaolero con ligeros toques funk y cierto gusto por las sonoridades exóticas.
El primer EP de la banda fue todo un éxito y ya en 1984 salió su primer y único LP, “A Santa Compaña” (Nuevos Medios, 1984), donde retratados como campesinas gallegas, Golpes Bajos termina de perfilar lo que son sus características. Germán Coppini añade a sus letras referencias literarias (en temas como “Hansel y Gretel”) y elementos de la mitología gallega como en la canción que le da título al disco. Musicalmente, profundizan en su sonido dándole mayor cuerpo a las sonoridades exóticas con percusiones abiertamente brasileñas y ampliando su abanico musical, incluso con toques de canción ligera al incluir una versión de “Come Prima” compuesta por Mario Panzeri (letra), y Vincenzo Di Paola y Sandro Taccani (música).
En 1985 Golpes Bajos publica lo que sería su último trabajo antes de disolverse: el mini-LP “Devocionario” (Nuevos Medios, 1985). El filón se estaba agotando y los primeros en darse cuenta fueron los propios miembros del grupo. Germán Coppini escribió para este mini-LP unas letras más cripticas y misteriosas pero que también resultaron ser más pretenciosas. Siguieron avanzando en las sonoridades exóticas pero sus mayores hallazgos ya los habían hecho en su primer trabajo y su único largo.
Después de Golpes Bajos cada uno siguió su camino con desigual fortuna. Coppini colaboro primero con Nacho Cano, y luego empezó una carrera en solitario con resultados bastante pobres para lo que se podría esperar de su talento. Cardalda realizo primero un maxi experimental –“Desfigurat” (Nuevos Medios, 1986)– para una coreografía de César Gilabert, y luego formo Cómplices (en un principio se llamarón Duendes) junto con su pareja María Monsonís, con gran éxito de público pero con resultados bastante exiguos desde una perspectiva artística. Como productor también ha emprendido una exitosa y prolífica carrera, pero quizás la trayectoria artística más consistente haya sido la de Pablo Novoa, que después de militar en Aerolíneas Federales, se ha convertido en uno de los músicos de sesión más respetados de España, trabajando con intérpretes de toda condición, desde Mastretta hasta Josele Santiago. Por último, Luis García pasó a tocar el bajo para el grupo Semen Up.
Como último episodio en la vida de Golpes Bajos, hubo un breve retorno en 1998, cuando Germán Coppini y Teo Cardalda reformaron el grupo con nuevos músicos. El resultado está recogido en un documental rodado por Juanma Bajo Ulloa y en el LP “Vivo” (Nuevos Medios, 1998), bastante mediocre para lo que tendría que haber sido. La magia de los 80 se había perdido, y los pobres resultados comerciales de la reunión hicieron que se quedara todo en una resurrección temporal de la banda que tal vez habría sido mejor que nunca se hubiera producido.
Germán Coppini fallece la Nochebuena de 2013 en Madrid a los 52 años, debido a una afección hepática.
En 2018 Iván Ferreiro decide rendir homenaje a la banda con «Cena Recalentada» (Warner, 2018) y Xavier Valiño escribe su historia: «Escenas Olvidadas. La Historia Oral de Golpes Bajos» (Efe Eme, 2018).
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