En 1964 se funda en Granada un quinteto denominado Los Ángeles Azules que pronto destaca en aquella ciudad y en los bolos veraniegos que hacen por la Costa del Sol. Graban algunos discos sin encontrar ninguna repercusión fuera de su región. De todos modos, su afición a prueba de bombas les hace seguir en la brecha y jugársela. Alfonso González -Poncho- (cantante y batería), Carlos Alvárez (guitarra solista y segunda voz), Agustín Rodríguez (guitarra rítmica y coros) y Paco Quero (bajo y coros) abandonan sus estudios para dedicarse en cuerpo y alma a la música.
En las Navidades de 1966 el rey mago de Hispavox, Rafael Trabuchelli, les deja un contrato en sus zapatos y fichan por este sello. A principios de 1967 graban un primer single «Escápate / ¿Has Amado Alguna Vez?» (Hispavox, 1967) con versiones de Georgie Fame y Dave Clark Five. Será con «98.6«, versión del tema del cantante Keith incluida en el single «98.6 / Me Haces Sentirme tan Dichoso» (Hispavox, 1967), con el que entren en el top 10 nacional y el nombre de Los Ángeles empieza a escucharse por doquier.
Siguieron grabando versiones y en 1968 vuelven a dar en la diana con “Dime, dime”, versión de “Bend me shape me” de American Bread. Simultáneamente comienzan a colocar en las caras B algunos temas propios compuestos por su líder, Poncho González. Su sonido en esos momentos se basa en un esplendido juego vocal, un buen directo, cierto aire beat en las instrumentaciones y unas melodías que entran de lleno en el pop más comercial que se hacía en esos momentos por el mundo, sin desmerecer en absoluto de los grandes grupos y solistas británicos de la especialidad. Una música sin estridencias, con buen gusto, excelente afinación vocal y ritmos sostenidos. Cuando uno escucha con detenimiento sus canciones descubre que, al margen de gustos, nada sobra ni falta en ellas. También el productor Trabuchelli hizo lo suyo para lograr ese aura de perfección formal que rodeó siempre al grupo.
Van a lograr con “Mañana, Mañana” (Hispavox, 1968) tal vez el mayor bombazo de toda su carrera, aunque por muy poco no sería nº1 absoluto de ventas. Pero ese mismo año el tararí de la corneta militar va a trastocar todos los planes. Paco y Agustín deben defender a la patria de recónditos enemigos y son sustituidos por Pepe Robles y Santiago Villaseñor respectivamente. Pepe va a componer algunos temas para Los Ángeles y al regreso de Paco, formará, siempre de la mano de Trabuchelli, el fantástico grupo Módulos. Antes de que termine la década tienen el dudoso honor de ser elegidos para tocar en la puesta de largo de la nieta de Franco. Se ganan con todo merecimiento el apodo de Los Beatles Españoles con el que los locutores de la época presentan sus canciones en las emisoras de radio de todo el país. Ese mismo intenso año debutan en la gran pantalla con «Un, Dos, Tres, Al Escondite Inglés» (1969) de Iván Zulueta en la que participan otros grupos del momento: Los Bravos, Shelly y Nueva Generación, Los Íberos, etc.
El mismo Pepe recuerda la personalidad de Poncho González en una entrevista: “Poncho era un hombre inteligente, muy diplomático, con gran sentido del humor y buen músico. Además era muy serio en sus planteamientos a la hora de dirigir su grupo. Él componía todos los temas, aunque al entrar yo, compusimos tres o cuatro canciones juntos”.
Reagrupados los cuatro miembros originales, rodarán la película “A 45 Revoluciones por Minuto” (Pedro Lazaga, 1969) en la que también intervinieron Juan Pardo, Ivana y Fórmula V.
Antes de finalizar la década van a manufacturar dos de sus mejores sencillos “Mónica” (Hispavox, 1969) y “Momentos / Pequeñas Cosas” (Hispavox, 1969). En esos momentos, Los Ángeles era uno de los conjuntos más populares de nuestro país y casi todo el material que grababan salía de las manos y la cabeza de su líder, Poncho González.
Estrenan década viajando a Cuba para actuar en el Festival de Varadero y ganándose multitud de fans en la isla y en otros países centroamericanos. También hacen versiones en inglés de algunos de sus éxitos que son publicadas en media Europa.
En 1972 uno de sus fundadores, Agustín Rodríguez deja el grupo para ser inmediatamente sustituido por José Luis Avellaneda -su verdadero nombre era José Luis García Román-. El cambio de guitarra rítmica y los vientos musicales de aquellos años 70 hacen que los temas de Los Ángeles se tornen más acústicos con planteamientos cercanos al folk rock de grupos como América o Crosby, Stills, Nash & Young. Siguen grabando con regularidad, pero sus discos ya no se venden tan bien como antes. El sencillo “Raquel” (Hispavox, 1975) va a devolverlos fugazmente a las listas de ventas.
El 26 de septiembre de 1976 cuando el verano echaba el cierre, un Seat 124 se estrella en Motilla del Palancar. El día anterior habían actuado en Tarragona, habían parado en Valencia para dormir un rato y ahora se iban camino de Madrid. Poncho González y José Luis Avellaneda fallecen en el accidente, Carlos Alvárez sufre graves lesiones que le mantendrán largo tiempo hospitalizado. Paco Quero se salva gracias a que era ese día el encargado de trasladar el equipo a Granada en el furgón del grupo tras finalizar los compromisos veraniegos. Aquello supuso una auténtica conmoción para todos los conjuntos españoles que finalizaban otra ajetreada temporada.
En 1992, Carlos y Agustín junto a otros músicos rehacen el grupo y efectúan algunas grabaciones que no tienen continuidad. El 18 de noviembre de 2006 en el teatro granadino Manuel de Falla, su ciudad les rinde un multitudinario homenaje en el que los tres ángeles vivos, con el hijo de Poncho a la batería, vuelven a subirse al escenario.
Nadie como Los Ángeles ha sabido en España aplicar al pop las armonías vocales. Es un juego de palabras facilón, pero realmente esta gente cantaba como los propios ángeles.
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