José Juan González tocaba y componía en un grupo de garage de Tarragona y de un buen día para otro empezó a llevar al local de ensayo canciones deprimentes y densas que al resto del grupo como poco les resultaba chocante. En algunos conciertos incluso se tocaban, ante el estupor de la audiencia. Entonces, es cuando decidió que o bien la culpa era de las canciones, o bien del contexto. Apostó por esta segunda opción, y dio forma a Espaldamaceta.
Espaldamaceta es ante todo, un cantautor clásico y puro hasta el extremo. Ya desde sus comienzos empezó a llamar la atención en Myspace con dos composiciones: «Ahora que la mierda ya me llega hasta los ojos» y la estremecedora versión del «Mil millones de veces» de Los Planetas, grupo con el que no comparte geometrías sonoras, pero con el cual en cierto modo se sentía en deuda por poner el castellano en el sitio que se merece dentro del panorama musical español.
Mencionando referentes como Silvio Rodriguez o Nick Drake (incluso le han comparado con Víctor Jara o Serrat), pero también con reminiscencias a la melancolía en la voz de cantantes más actuales como Thom Yorke o Jeff Buckley, y arropado tan sólo por unos sencillos acordes de una guitarra de nylon comprada de segunda mano hace unos años, sus canciones empiezan a ser comentadas en los hervideros indies, y, por insistencia de un amigo suyo, finalmente y felizmente ven la luz en 2008 de manera autoproducida y distribuída por Bankrobber: «Madera y Poca Luz» (Bankrobber, 2008). El disco supone un disparo a quemarropa pero llama la atención la no inclusión de la versión planetera que tanto había dado que hablar. Quizás precisamente por ello al año siguiente ve la luz el corto «Cae Algo al Suelo» (Bankrobber, 2009), siguiendo las mismas geometrías sonoras.
Al profesor de primaria en Vinyols i els Arcs se le ha abierto un nuevo panorama con la buena acogida de su trabajo, la inclusión en el programa Artistas en Ruta, asi como las actuaciones en festivales como el Primavera Club o el BAM, y aperturas de conciertos de artistas de la talla de Damien Jurado o Francisco Nixon.
Ya sea en auténtica soledad, cantando a pulmón frente al respetable y tan sólo con el abrigo de su guitarra, o acompañado de amigos en el escenario, la de José Juan es una propuesta suicida, que se ha abierto paso felizmente entre este mundo necesitado de una pizca de locura. Y de cordura. Necesitado, en definitiva.
El momento creativo por el que pasa el tarraconense es de lo más prolífico, y de nuevo nos sorprende con un nuevo trabajo, «Miedo al Silencio» (Bankrobber, 2010), en el que aparte de contar con los coros de los chicos de Manel en «Cocina sin comida» -Arnau Vallvé produce el disco-, el acompañamiento de María Rodés en una bonita versión de «The partisan» de Leonard Cohen, y unos vientos en «Volveremos a quedar», José Juan sigue prefiriendo tocar sólo y lograr emocionar así de esta manera.
Una fórmula que sigue funcionando y que tiene cuerda para rato, ya que de hecho de las canciones sobrantes de las sesiones de «Miedo al Silencio», se rescatan otras once para dar forma a una segunda parte cuyo nivel no decae –«Miedo al Silencio, Segunda Parte» (Bankrobber, 2010)-, y que pone de relieve su momento creativo y estado de gracia.
En 2013 llega “Baile Masái” (Gandula, 2013), un trabajo más sofisticado en el que se adentra en el rock con texturas electrónicas y post rock.
Comentarios