Elefantes

Elefantes

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Grupo de pop fusionado que tuvo un cierto éxito comercial gracias a unas composiciones optimistas y pegadizas

Aunque no todas eran totalmente optimistas ni alegres, al igual que sus comienzos. Los Elefantes comenzaron a duras penas a mantener el equilibrio sobre sus cuatro patas en 1994. Los primeros paquidermos en encontrarse fueron Shuarma y Jordi Ramiro, cantante y batería. Ambos tenían ya antecedentes musicales pero desafortunados (cercanos al rock ‘n’ roll y al heavy). Una oportuna coincidencia en el Reading Festival unió a Jordi con un antiguo compañero de grupo, Hugo Toscano. Ya tenían guitarrista. Como casi siempre, el más escurridizo es el bajista. Lo intentaron con un tal Gelo, que incluso participó en la primera grabación de “Elefantes”, una maqueta que contenía las canciones «No hay», «Para nada», «Las flores del mal», «Intro», «Duérmete» y «La muerte». Pero al parecer sus gustos no iban en esa dirección y el tal Gelo se dio la vuelta. El segundo intento fue con Julio Cascán. Su inexperiencia no fue un obstáculo para encajar en el grupo que por fin, estaba completado.

El 13 de octubre de 1995 está marcado en el calendario de los fans como el del primer concierto de Elefantes, en la Sala Aspid de Barcelona. Su nombre comenzó a hacerse conocido por el circuito de Barna, merced a unos temas convincentes y unas versiones acertadas. Ahorraron un dinerillo y rompieron el cerdito-hucha para grabar una segunda maqueta y financiarse un EP. Contenía temas como “Pretendes”, “Dónde estoy”, “El payaso”, “Ves luz” o “Tú vida”. Así que un año después, y con la producción del líder de Tradicional Tourist, Cece Giannotti, el grupo graba su primer EP, «Elefantes» (La Col, 1996), mezclado en Boston y lanzado por la discográfica La Col Records. También se empezaba a definir la imagen del grupo, cercana al glam actualizado y personalizado, siendo Shuarma el más extravagante de los cuatro.

Tras la sección “estética”, sigamos con la prodigiosa historia de Elefantes. Próxima estación; “El Hombre Pez” (AZ, 1997). La publicación del EP contribuyó a aumentar la fama del grupo, aunque con una incidencia relativa. La poca paciencia empezó a enrarecer las relaciones internas. Sin embargo, la difícil convivencia del conjunto no tuvo como consecuencia la desaparición sino al contrario, la aparición del primer disco en 1998. Autoproducido por ellos, “El Hombre Pez” no destaca por su calidad sonora, pero contiene temas como “Y sin repirar”, “Más que tú a yo” o “El pez II”. El simbolismo en sus letras es claro, al igual que una intención poética que en próximas entregas, será más acusado. En esta época de cambios, AZ Records los fichó y el hasta entonces manager, Alberto García, abandonó la nave. Las ventas son inexistentes en este tiempo de dificultades, el grupo se hace fuerte. Dos nombres; Jaime de Burgos y Enrique Bunbury. El primero, se incorpora como el elefante pianista. El segundo, tras verles en directo, los propone producir su siguiente disco y ayudarles en encontrar una discográfica más seria: Hispavox.

Un año; 2000. Un número; 13. Un color. “Azul” (Hispavox, 2000) es el gran paso del grupo. El videoclip impactó a los telespectadores resacosos de Los 40 Principales. Una imagen cuidada, una historia, la colaboración de Bunbury, un sonido oscuro, elegante. Shuarma es un clon de Bowie, en apariencia y en voz. Y la canción, “Azul”, posiblemente la mejor del grupo, un himno post-glam lleno de sensibilidad, densidad y misterio. Una siniestralidad que, sin embargo, no volverá a ser indagada por el grupo. El disco es un compendio heterogéneo de trece temas rock  y pop fusionado con un aroma mediterráneo e incluso folclórico. Un sabor al rock setentero cercano al «Ziggy Stardust» (Virgin, 1972) de Bowie o a unos Led Zeppelin edulcorados. Apoyaron de diversas maneras artistas de gran talla, como Clara Montes, Marilia Casares, Morti, Dani Nel-lo o Jaime Urrutia. Telonearon a su gurú, Bunbury en la gira del 2000. Los medios por fin les hacen caso, el público se entrega, las ventas se disparan y el grupo lo consigue. Merecidamente, pues “Azul” es uno de los mejores discos del año. «Me he vuelto a equivocar», «Se me va» o «Me gustaría poder hacerte feliz» son otros de los temas que motivan mi afirmación. El álbum tiene una secuela; “Azul (en acústico)” (EMI, 2001), quizás algo precipitado, pero no por ello desdeñable.

Su siguiente paso es también muy importante. El ubicuo Phil Manzanera, ex-Roxy Music (grupo cercano a Elefantes, al menos en concepción) y Quimi Portet (ex-Último de la Fila) producen el tercer largo. Dos referentes que sintetizan también el giro musical del grupo (una mezcla de glam-rock e incluso progresivo de los Roxy y del aroma mediterráneo y popero de El Último de la Fila). Resultado: “La Forma de Mover tus Manos” (EMI, 2003). La calidad musical, la variedad de paisajes sonoros aumenta considerablemente, la excelencia en la producción es ejemplar, y las composiciones se complican con buen resultado. La manera tan diferente y personal de cantar de Shuarma, con sus recodos, meandros, su gitanería y sus arabescos, le hacen único y especial. Para algunos, quizás exagerada o excesivamente explotada, para otros, la mejor voz del pop español actual. El optimismo, el canto a la vida, al amor y sobre todo la devoción por la mujer se hacen carne en temas como el popular “Que yo no lo sabia” (con un videoclip divertido y original), la deliciosa “Por verte pasar” y la sevillanera “Me falta el aliento”.

Temas que redundan en la popularidad del grupo, que alcanza sus mayores cotas de comercialidad sin renegar por ello de la calidad. Elefantes se plantan en el panorama español como un grupo original, independiente, con un sonido distinto y, aunque parezca increíble, comercial. Sólo este hambre de ventas justifica la salida de “La Forma de Mover tus Manos y Otros Paisajes” (EMI, 2004), un doble CD que es también cuestionable, y también defendible, gracias, entre otras cosas, a la mejora del tema “Que yo no lo sabía” contando con la ayuda de Antonio Vega y, como no, a la inclusión de temas nuevos.

El grupo no se amedrenta y vuelve al estudio, tras una gira extensa y festivalera, que deja un muy buen sabor de boca en quienes han tenido la suerte de verlos en directo. Llega el 2005 y con el listón en las alturas, es lógico titular el disco “Somos Nubes Blancas” (EMI, 2005). Tanto el nombre como la imagen remiten a los anuncios de compresas, y el contenido también se suaviza un tanto, en sonido y en actitud. Sigue siendo un sonido propio, siguen tocando diferentes palos, diferentes músicas, y también siguen un tanto dependientes del absorbente carisma de Shuarma. Con esa filosofía tan zen, “Somos Nubes Blancas” es una parada en el camino, una tranquila reflexión que podía preludiar mejores tiempos. Producido por Joe Dworniak (Radio Futura, Jarabe de Palo, etc), contiene buenos cortes como “Al olvido”, “Somos nubes blancas” o “Abre más ancho el camino”, todas coreables. Pero quizás la decepción, la pérdida del norte o la ausencia de motivaciones hizo que este fuera el último regalo de Elefantes.

El 15 de diciembre de 2005, a través de un comunicado en su página web, Elefantes anuncian su disolución, con su gira de despedida correspondiente. Tras ella, y a través de su sello EMI, se edita un doble CD recopilatorio + DVD a modo de broche final, «Gracias» (EMI, 2006). En el primer CD se repasa su discografía desde «Azul» y se obsequia a los fans con un tema inédito, «Música en mil direcciones». El segundo CD recoge el último concierto de la gira, celebrado el 6 de mayo de ese mismo año en la sala Razzmatazz de Barcelona, del cual se hace también eco el DVD, qua aparte incluye videoclips y demás material promocional.

El camino, difícil, glorioso, único y finalmente, calmado, llegaba a su fin. La bella metáfora de los elefantes que acuden juntos a morir al mismo lugar ilustra la gira de despedida del grupo, la publicación del directo retransmite esa sensación agridulce. La sensación de un grupo con un sonido distinto y asentado que tiraron la toalla tras diez años de carrera y siete discos publicados. Los proyectos de los integrantes de Elefantes se inician; Shuarma comienza desde cero una nueva andadura en solitario, Julio Cascán combina las labores en la producción con una carrera musical profesional. Jordi Ramiro da clases de percusión, y Hugo gestiona un estudio de grabación, aparte de iniciar un proyecto junto a Sofía Monreal llamado Naranja Toscano.

Álbumes:

Larga duración:

Somos Nubes Blancas

2005

Efectivamente, unas nubes que estropean el cielo discográfico de . Bueno, creo que he exagerado, sus discos no son celestiales,...

La Forma de Mover Tus Manos y Otros Paisajes

2004

No tienen consideración. Si hace dos años sacaban una versión acústica de , ahora van y reeditan tan solo un...

La Forma de Mover tus Manos

2003

«Sonam Sut», un in crescendo en el que los tambores, la guitarra española, los arabescos vocales de y por fin,...

Azul

2000

Estamos en el año 2000 viendo los 40 en Canal Plus. Nos quedamos sedados con Luis Miguel y pero de...

El Hombre Pez

1997

, su primer disco, es un buen inicio, pero era hora de dar el paso decisivo en su carrera. Con...

Corta duración:
No existen álbumes de corta duración relacionados a este grupo.
Recopilatorios y directos:

Gracias

2006

El 15 de diciembre de 2005, a través de un comunicado en su página web, Elefantes anuncian su disolución, con...

Reediciones:

Azul (en acústico)

2001

reeditan el disco un año después. Todas las canciones, las mismas, pero en acústico (¡ah!, y también que cambian el...

Grupos:

Una vez finiquitados los conciertos de ,...
En 1997, la campaña publicitaria de una...
Uno de los grupos más influyentes en...
Enrique tenía doce años y cinco mil...

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