Para entender la génesis de este grupo es mejor dejar hablar a su cantante y líder Javier Benavente, que en una entrevista realizada para el libro de Salvador Domínguez «Los Hijos del Rock» (Iberautor, 2004) explicaba: «A la muerte de mi hermano Eduardo, tras dos años de estar totalmente perdido, formé junto al mejor amigo suyo, Antonio Morales -guitarrista de Parálisis Permanente en su última formación-, Academia Parabüten. Hicimos una primera canción de homenaje a Eduardo y aquello fue un revulsivo para ambos. DRO confió en nosotros y junto a colaboradores y amigos hicimos nuestro primer mini LP«. Aquella primera formación de Academia Parabüten (palabra donde la diéresis no es un error ortográfico ni de mecanografía) estuvo integrada, además de por los dos citados, por Emilio (guitarra), Carlos Torero (batería), Gloria (teclados y acordeón) y Juan Luis Ambite, que compartió brevemente este grupo con los Pistones, en el bajo. Como invitado de lujo, la presencia de Jaime Urrutia, de Gabinete Caligari. Es decir, todo un all stars de La Movida.
Con esta formación grabaron un single, «Muñeca» (DRO, 1985), que sonó mucho por las emisoras, y enseguida un mini-LP, «Las Cosas Claras» (Tres Cipreses, 1985). Es preciso aclarar que la etiqueta Tres Cipreses era un subsello de DRO. Dulce Quesada, directora de Landia Management y esposa de Micky, el de Micky y Los Tonys, llevó con acierto la contratación y dirección comercial del grupo que empezó a sonar, y mucho, en el panorama musical español. Su sonido era heredero de Parálisis, aunque más dinámico y menos gótico que el del grupo del malogrado Eduardo. Canciones ásperas de letras intimistas, ritmos contundentes y guitarras de serrucho que sembraban un cierto desasosiego expectante en el oyente y que venían refrendadas por unos directos atractivos.
Pero el doble problema es que el citado mini-LP no colmó las expectativas comerciales que el single inicial había sembrado y casi todos los miembros de la banda andaban metidos en otros proyectos económicamente más boyantes. Eso hizo que en 1986 Javier Benavente, como principal responsable de la banda, se encontrase solo y con un contrato firmado que cumplir. Entonces rehizo la banda con otro peso pesado de la música madrileña: el guitarrista de Tequila, Julián Infante; completando el grupo, ahora cuarteto, Mario González (bajo) y el viejo conocido de Parálisis Permanente, Toti Arbolés, en la batería.
Javier y Julián compusieron la mayor parte de los temas de un segundo LP: «Esas Chicas» (Tres Cipreses, 1986). Se marcaron una presentación televisiva en directo del disco en el programa «Aumbabaluba» (TVE 2), que dirigía Carlos Tena. Este segundo LP aparecería firmado simplemente por el nombre Academia, aunque en directos siguieron apareciendo con el nombre completo. Aquel verano de 1986 no les faltaron actuaciones, pero este segundo disco pasó por las estanterías de las tiendas y por los platos de las emisoras de FM sin pena ni gloria, por lo que a finales de aquel año Academia Parabüten desparecía, dejándonos un par de trabajos de estimable calidad y un honrado intento de mantener incólume el espíritu de los pioneros de La Movida cuando ésta ya tocaba a su fin.
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