Nos encontramos a principios de 1981. Los restos del grupo Albatros lamen sus heridas y acaban de perder a su batería, que se ha ido al grupo Glamour. Ellos son Carlos Solís (bajo), José Manuel Moles (guitarra) y Vicente Chust (guitarra y teclados) y fieles a su nombre, quieren renacer. Hasta el chalet de Vicente, en El Vedat de Torrent, a unos kilómetros de Valencia, se acerca Puchí Balanzá para hacer una prueba. Tiene apenas dieciocho años y poca experiencia, pero mucho apellido. Es hermano de Tico Balanzá, batería como él, que ha tocado en los grupos de Gualberto, Pau Riba, Eduardo Bort, etc. Puchi va a ser uno de los primeros baterías españoles que va a unir a los tradicionales platos y tambores, elementos electrónicos como los roto toms, y las cajas de ritmo programables. Esto configurará unos ritmos en estudio y directo realmente novedosos. Al grupo le faltan voces y van a entrar dos chicas en la formación: Pepa Villalba, como voz principal y la austriaca de padres españoles, Sissi Alvárez-Osorio, para hacer coros y echar una mano con los sintetizadores. Vídeo está en marcha. Y el tecno-pop es el estilo de referencia para todos los nuevos grupos.
Sablean a las novias y graban una maqueta muy currada en los estudios Doublewtronics. El grupo comienza a actuar y a pasear la maqueta por sellos y emisoras. El productor Julián Ruiz va a oírles a Valencia y queda realmente impresionado, fichándolos para Hispavox. Pero el tiempo pasa, y sigue pasando, y nada ocurre. Afortunadamente para ellos, Hispavox les da la carta de libertad sin mayores trámites. El grupo convence a Tino Casal y Luis Soler para que se pasen por Valencia a oírlos en directo. A la semana siguiente, firman contrato con Zafiro en un hotel valenciano.
Por fin, aparece su primer sencillo con dos temas compuestos por Carlos Solís, “La Noche no es Para Mí” (Zafiro, 1982). La canción pega en toda regla: en 1983 alcanzará el nº 1 de Los 40 Principales y el nº 2 en la lista de ventas. Y eso con un único y primer single. Su imagen está calcada de los grupos de nuevos románticos de un mundo digital, como los ingleses Duran Duran o Ultravox. Tienen un buen directo y su front woman, Pepa Villalba, se mueve con soltura. Se les ve como una alternativa a Mecano y Olé-Olé.
Se edita un maxi single con el mismo tema estrella –«La Noche no es Para Mí / Pacto Diabólico / Fría y Automática» (Zafiro, 1983) – y el LP “Videoterapia” (Zafiro, 1983), producido por Tino Casal. Van a convertirse en el buque insignia de La Movida Valenciana y va a ser el primer grupo de aquella región en conseguir un disco de oro por las ventas de un long play, con más de 50.000 ejemplares vendidos. Canciones como “Fría y automática” o “Víctimas del desamor”, que también ocupará la cabecera de Los 40, se oyen a todas horas por las FM. Esta última canción saldría en formato de sencillo «Víctimas del Desamor» (Zafiro, 1983).
Pero pronto van a surgir malos rollos y José Manuel va a abandonar a principios de 1984, debido a diferencias estéticas y personales con otros miembros del grupo. Ese año editarán su segundo largo, “Código Secreto” (Zafiro, 1984), también producido por Tino Casal. Textos pródigos en metáforas y alegorías, desarrollos melódicos y rítmicos excesivamente repetitivos hacen que el público no acabe de encajar su propuesta. En Valencia venden muchísimo, pero en el resto del estado no funciona igual. Acompañando al LP el grupo editaría «Planeta 5000» (Zafiro, 1984) y «La Ventana» (Zafiro, 1984).
Poco después de terminar la grabación del disco, Puchi Balanza contrae la tuberculosis y debe dejar el grupo. En principio va a ser algo temporal, pero al final será definitivo. Puchi se verá en la estacada al no permitírsele regresar a su grupo una vez sanado de su enfermedad. Su puesto lo va a ocupar José Payá, precisamente aquel batería de Albatros que al principio de esta narración, los había dejado para irse con Glamour.
Ya no son el ojito derecho de Zafiro y tardarán dos años en volver por los estudios de grabación para hacer “Relatos de Diez Mundos” (Zafiro, 1986), que será producido por Luis Fernández Soria. Este tercer LP supone una evolución y contiene temas muy interesantes. Sin embargo, la discográfica se arruina en esa época y decide cortar el presupuesto antes de llegar a las mezclas. Se editó malamente, deprisa y corriendo y sin más promoción que la que el grupo se pudiera buscar por su cuenta. No obstante, Video se muestra en su madurez en pistas como “Tú eres tú o Edgar Allan Poe”, ”Déjate pegar” y “Sueños mágicos, sueños ácidos”, por citar solo algunas. En este disco, descubrimos a Vicente Chust como cantante. Con el tirón del disco se editan además «Mucha Palabra, Poca Acción / Límite» (Zafiro, 1986) y «Sueños Mágicos, Sueños de Amor» (Zafiro, 1986).
Vídeo se ve obligado a buscarse una nueva compañía discográfica. No es ese el único problema. En 1987 abandona el grupo Sissi, que será sustituida por José Soriano. Van a recalar en el sello madrileño Twins, que dirige Paco Martín. Allí editarán su cuarto LP: “Una Brisa de Amor” (Twins, 1989), con producción de Joaquín Torres, de Los Pasos. Se les dijo que este disco sería lanzado también en el extranjero, pero lo cierto es que pasó injustamente inadvertido en nuestro país y, por supuesto, no cruzó ninguna frontera.
El 30 de diciembre de 1989, justo un día antes de morir la década, Vídeo ofrecía su último concierto en Valencia y echaba el cierre a una década de buena música tecno. Algunos de sus componentes siguieron vinculados a la música, como José Manuel Moles, que se convirtió en productor de grupos valencianos, entre los que brilla con luz propia Presuntos Implicados. Formará parte de varios grupos, tales como el efímero Tabata Ley con los que ganaría el Festival de Benidorm, 1995. Puchi Balanzá también se dedicó a la producción de nuevos grupos. Ambos formarán parte de esa desquiciada cuadrilla llamada Los Inhumanos.
Unos cuantos años después, el grupo se reforma como trío contando con una nueva vocalista, Nita, y lanzando un nuevo álbum: «Dosmilonce» (Comboi, 2011).
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