Armonías vocales para una propuesta pop rock que llega cuando la década de los 70 tocaba a su fin. Eso fue Albatros, un suspiro con aromas a Crosby, Stills, Nash & Young, a campos de naranjos y a The Eagles.
La génesis del grupo hay que buscarla en el Instituto El Cid, de Valencia, donde en 1977 Vicente Chust (guitarra y voces) y José Manuel Moles (guitarra y voces) están a punto de finalizar el bachillerato. Pronto conocerán a Carlos Solís (bajo). Ese año comienzan a ensayar los tres en Torrent, donde vive Vicente. Lo de encontrar batería fue más complicado y por aquel improvisado local desfilan varios baqueteros hasta quedarse con Pablo Morlán, aunque también tocó asiduamente con ellos José Payá.
Preparan una maqueta casera y gracias al concurso de algunos amigos consiguen hacerla llegar hasta las manos del productor más importante del momento, Gonzalo García-Pelayo, que, aunque enfrascado en sus producciones de rock andaluz, aprecia la calidad del grupo. Gonzalo los mete de cabeza en el estudio de grabación para lo que será su único LP homónimo, «Albatros» (Movieplay, 1979). El disco va a tener una producción muy cuidada, participando en él músicos de la talla del saxofonista Pedro Iturralde. Fue grabado en los estudios Sonoland, de Madrid, con dos reconocidos técnicos de sonido a los mandos: Pepe Fernández y Ángel Gil. También la edición va a ser más lujosa de lo habitual, con funda interior coloreada, una portada de cuidada estética y fotografías muy bien escogidas. A pesar de todo eso, el disco sin poder ser considerado un gran fracaso, vendió mucho menos de lo esperado, si bien el single «De vuelta a casa» se asomó en algún momento a los puestos bajos de algunas listas de éxitos.
La Movida Madrileña explota en 1980 y pilla un tanto desprevenidos a Albatros y, en general, a toda la escudería de Gonzalo García-Pelayo, cuyas propuestas musicales iban por caminos bien distintos. El grupo, en vista de la tibia acogida de su disco, decide desaparecer por un tiempo y dar por finalizada su carrera antes de finalizar 1980. Ya en ese momento por la cabeza de algunos de sus componentes bullía la idea de cambiar de estilo. Eso se produciría en 1982 al formar el grupo Vídeo, con el que por fin conseguirían la fama de los escaparates y las ondas de radio.
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