Vídeo va a sucumbir al síndrome del segundo LP. Tras el exitoso “Videoterapia” (Zafiro, 1983) van a grabar éste, tirando la casa por la ventana. Producción de Tino Casal, que además diseña la portada, lo último en medios técnicos y hasta un ingeniero de sonido inglés especialmente desplazado para encargarse de los mandos de la consola. Pero poca imaginación para un grupo que parece intentar parecerse lo más posible a sí mismos en los arreglos y que desgrana unas letras un tanto incomprensibles. Pepa Villalba y Sissi tienden más al griterío que a la vocalización y hasta las curradas percusiones electrónicas parecen un tanto caricaturescas. En suma, falta frescura y sobra demagogia sonora. Y eso no hay invento electrónico que lo solucione. En este disco el grupo se ha convertido ya en quinteto tras la salida de José Manuel Molés, que no fue sustituido. Esto va a hacer que los teclados adquieran una presencia que no habían tenido en el disco anterior.
El disco comienza muy bien con una vibrante y comercial “La ventana”, pero poco a poco se va diluyendo en un mar de androides musicalizados y tiki takas digitales. Temas como”Invocando los sueños” “Ella llora” o “Entre la madera y el metal” fían todo a los recursos electrónicos, a la mesa de mezclase y a una letra poco pretendidamente intelectual.
Por no cargar en exceso contra él, podemos citar “Extraña presencia” con unas percusiones muy efectivas y un aire de semibalada sideral que rompe un poco la igualdad entre sí de otros temas. También en el mismo tempo se mueve “Con la noche en los talones”. Cierra el disco un despliegue de ondas de sintetizador que da título a este segundo largo de Vídeo. Se agradece que esta última pista apenas dure un minuto.
El disco funcionó bien en los comercios valencianos, pero patinó en el resto de España y supuso un frenazo en la meteórica carrera del grupo.