Uno de los más populares grupos que en los años 60 nacieron en la Ciudad Condal fue Los Stop. Lo suyo eran las canciones alegres, refrescantes, sin complicaciones, con una buena dosis de pachanga y alejadas de cualquier veleidad moderna.
El grupo se forma hacia 1964 con el nombre primigenio de Donald Duck y su principal reclamo era la guapa chica que tenían como cantante, autobautizada Cristina, aunque su verdadera nombre es María del Carmen Arévalo. Poseía una potente voz de gran fuerza y timbre descarado que pronto la hizo destacar. Como todo conjunto en formación sufre cambios y se va fogueando en bailes y fiestas populares. Sus compañeros son, en principio, Juan, Alfonso, Tony y Paco. En 1966 la casa Belter se fija en ellos tras ganar un concurso radiofónico. Pero el nombre no gusta a sus nuevos jefes y es cambiado por Los Stop, que al fin y al cabo era una de las pocas palabras inglesas entendidas por el común de los españoles. Para entonces, el conjunto lo integran, además de Cristina, Joan Comellas (órgano), Josep María Serra (guitarra), Andrés Gallego (batería) y Rafa (bajo).. Belter era por entonces el sello que albergaba los intérpretes más populares para un público de escasas exigencias estéticas. Su objetivo de marca era casar lo cañí y lo moderno en un solo producto. Por allí andaban, entre otros, Conchita Velasco, Los 4 de la Torre, Los 3 de Castilla y su gran estrella, Manolo Escobar.
El primer disco de Los Stop contiene cuatro versiones de éxitos internacionales: “El Último Tren a Clarksville / El Forastero Mr. James / Catedral de Winchester / Un Hombre y una Mujer” (Belter, 1966). Se escucha bastante por radio y ayuda bastante al despegue del grupo. Enseguida van a ganar el Festival de Fortuna, un evento de segunda fila con la canción “Casi Nada” (Belter, 1967). Con este último tema se alzan con el triunfo en el Festival de Música de Fortuna. El sello se da cuenta que tiene entre las manos un excelente negocio y saca al mercado discos y más discos de Los Stop. Algunos de estos discos traen grabaciones repetidas, pero en apenas unos meses se convierten en un conjunto puntero.
Ese mismo año van a conseguir dos éxitos consecutivos de grandes proporciones: “Tres Cosas (Salud, Dinero y Amor)” (Belter, 1967) y “El Turista 1.999.999” (Belter, 1967), con el que participarán en el Festival de Mallorca. Ambas competirán por el título de canción del verano y venderán ejemplares a porrillo. Precisamente por el último de los citados recibirán el Premio de Cultura Hispánica, a pesar de haber pasado a los anales como una de las canciones más horteras de la historia de la fonografía española. Por si todo este trajín festivalero y discográfico fuese poco, participan en la película “Pero en qué País Vivímos” (José Luis Sainz de Heredia, 1967) en el que hacen de grupo de acompañamiento de Conchita Velasco.
Fabrican discos a destajo, destacando su buena versión de “Molino al viento”, original del italiano Little Tony. En enero de 1968 ponen en la calle su primer largo: “Los Stop” (Belter, 1968). Vuelven a ser serios aspirantes al disco del verano con: “Yo te daré». Son dos años trepidantes en los que el conjunto no tiene ni un día libre.
A finales de ese año surgen algunas desavenencias y la atractiva Cristina lo abandona. Algunos de los chicos siguen en el barco y aún grabarán algún disco más con una nueva cantante llamada Miriam. Por esa razón su vocalista y líder no puede usar el nombre que ella más que nadie ha contribuido a difundir, formando el grupo Cristina y Los Tops. Pronto comenzará una larga carrera en solitario.
Los Stop en sus dos años de trepidante existencia fueron la avanzadilla de otros grupos catalanes de música fácil y comercial que triunfaron justo cuando ellos se iban, como fueron Los Diablos, Los Albas y un largo etcétera. La actividad incesante a la que se vieron sometidos los quemó con gran rapidez sin permitirles ningún tipo de evolución.
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