En diciembre de 2023 el sello Madmua nos sorprendió gratamente con la reedición de los dos singles que constituyen la discografía de Los Cirros. Enseguida recordé que este conjunto fue uno de los primeros que vi en directo, allá por 1971, en un baile en la sala Canciller, al que acudí junto a algunos compañeros del instituto.
Este grupo, desconocido del todo y que no consta en guías y catálogos discográficos de música pop española, llama la atención porque uno de sus componentes andando el tiempo sería Fiscal General del Estado y Ministro de Justicia en el periodo 2007-2009. Es precisamente él quien en muchas de las entrevistas se encargó de citar su pertenencia a este conjunto y evitar así que su recuerdo se perdiera del todo.
El grupo nace en Madrid en 1965, pero sus componentes proceden de Arenas de San Pedro (Ávila). Se conocían desde niños y al coincidir en la capital como estudiantes universitarios decidieron formar un conjunto musical. Para ello aportó cada uno 1500 pesetas con las que dieron la entrada para comprar unas guitarras Jomadi (junto a la Invicta las más baratas del mercado) y una batería en la tienda Leturiaga, lugar de peregrinación obligada para todo grupo incipiente de la época. Los amplis procedían del ingenio casero y de la citada tienda. Con ese endeble instrumental pagado a plazos debutan en su pueblo el 7 de agosto de 1965.
Los componentes del grupo fueron Francisco Hernández (cantante), Antonio García y Antonio Martín González (guitarras), Alfredo Martín González (acordeón y teclados), Mariano Fernández Bermejo (bajo y posterior ministro) y Angel Luis Díaz (batería).
A finales de 1966 forman parte de una delegación musical que actúa en Fernando Poo (actual Guinea Ecuatorial), entonces provincia española.
Lentamente van mejorando en equipo y actuando en los veranos por las provincia de Ávila y Madrid. Como casi todos los grupos del momento su repertorio se basa en versiones de temas ingleses; sin embargo, Los Cirros también componen sus propios temas, sobre todo desde la llegada al grupo de Antonio Martínez de Leiva (guitarra).
Presentan maquetas y proyectos a diferentes discográficas madrileñas, encontrando siempre un no por respuesta. Finalmente logran interesar al sello Pax. Este era el sello del obispado (actual Conferencia Episcopal) y en su totalidad se dedicaba a editar discos de música religiosa (coros parroquiales y conventuales) y de cantautores cristianos como Ricardo Cantalapiedra. Tan solo el grupo donostiarra Los Amis editó algún disco más o menos pop en ese sello y siempre cuidando los mensajes religiosos en sus letras. Por fin Los Cirros logran editar un disco con temas propios: “Hay Muchos como Yo” (Pax, 1969). Aparecen también en algún programa televisivo gracias a su amistad con José María Iñigo.
Aunque el disco no obtiene ninguna repercusión, ellos deciden tomarse más en serio su aventura musical y comienzan a actuar asiduamente en Madrid, concretamente en los clubes de las cadenas Consulado y Mónaco. En esa época ensayan en una vieja carbonería de la calle Apodaca. Adquieren fama de grupo fiable con buen sonido y se hacen con un nombre en el circuito madrileño merced a sus buenos directos. Como en las salas de juventud solían actuar dos grupos (normalmente un grupo de soporte y otro ya más conocido), Los Cirros tienen ocasión de telonear, entre otros muchos, a Los Brincos, Dúo Dinámico o las primeras actuaciones madrileñas de Los Diablos.
Pronto van a grabar un segundo sencillo con dos canciones propias cargadas de guiños sicodélicos y calidad más que aceptable. “Lack a Day / Saudade por una Ilusión” (Pax, 1970). Este segundo tema, más conocido como “El ave” será su canción de referencia en los siguientes años. Se producen algunos relevos en la formación, pasando por ella José Portomarín y Felix Castro (batería).
Continúan su actividad durante las temporadas 71 y 72, dedicando normalmente los veranos a las ferias y fiestas de las localidades castellanas y pasan el resto del año actuando en las salas madrileñas. Aquellos universitarios debutantes en 1965 van finalizando sus estudios en los primeros años 70, comenzando su vida laboral, preparando oposiciones, cumpliendo con algún deber militar aplazado y el grupo se ve abocado a desaparecer, dando su último concierto el 5 de agosto de 1973 en su localidad natal. En los años 90 se reúnen un par de ocasiones para actuar en Arenas de San Pedro y en 2000 vuelven a grabar algunas de sus canciones.
Madmua Records publica en el extraño formato de doble single y tirada reducida su “Cirros” (Madmua, 2023), un recopilatorio que además de sus dos discos históricos incluye alguna de las canciones de la sesión de grabación del 2000.
Por su calidad, Los Cirros fueron bastante más que uno de los conjuntos de pueblo que llenaron de música moderna el mapa de España en las décadas 60-70. Sus grabaciones han sido a menudo incluidas en recopilatorios dedicados a los mejores conjuntos sicodélicos españoles.
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