Linces Pop

Linces Pop

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La historia de una ilusión

Las raíces de Linces Pop hay que buscarlas en el colegio La Salle de Santiago de Compostela en 1964. Mientras aprende unos cuantos acordes de guitarra en la rondalla de la escuela, el niño Chema Ríos funda el conjunto Los Ridoka (iniciales de Ríos, Domínguez y Carlos) con dos compañeros. En ese momento el panorama musical está dominado por los Beatles en todo el orbe, y además, en Europa y España triunfan las cantantes como Gigliolla Chinquetti, Marie Laforet o Conchita Velasco, a las que el trío versiona en el salón de actos del colegio. Pronto se incorpora Miguel, hermano de Chema, también a la guitarra española, mientras que los otros cantan. Chema y Carlos también actúan como dúo bajo el nombre de Karios, aunque esta formación tendrá una efímera existencia. Poco después, Chema y Miguel se unen a otro compañero de La Salle, Emilio Quicler, a quien sus padres le han regalado una batería Raf por la festividad de Reyes. Emilio, junto con el vocalista, también lasaliano, Tony Viña, abandonan así un primer esbozo de conjunto llamado The Caterpillars que nunca llegó a materializarse. Tony, Emilio y Chema agregarán a Alfonso Fariña a la guitarra solista y a Paco Quinteiro al bajo hacia la primavera de 1967, produciéndose el debut de Los Linces en junio de ese año.

Las primeras actuaciones las llevan a cabo con equipo prestado, pues sus guitarras eléctricas, de marca Invicta, son de poca calidad. Ya han dejado atrás las canciones de cantantes melódicas y ahora se sienten más influidos por bandas británicas como The Rolling Stones o The Beatles, o españolas como Lone Star y, especialmente, Los Salvajes. El local de ensayo es el ático de la vivienda de los padres de Quicler, en la Rúa Caldeirería de Santiago, en donde también celebran acalorados guateques. La familia de Quicler, en particular doña Charo, madre del batería, es un factor clave en la formación y consolidación del conjunto, ya que no solo apoya al mismo a la hora de ensayar y conseguir nuevo material, sino que además les proporcionará vistoso y variado vestuario para las sesiones de fotos y actuaciones, y también avituallamiento y apoyo moral en las salidas que realizan. Además, la familia contaba con una casa en la localidad coruñesa de Porto do Son, donde el grupo pasaba los veranos y que fue escenario de muchos de sus recitales. Esta circunstancia habría de jugar un importante papel en beneficio de la popularidad del conjunto en el futuro, como veremos. En lo que resta de año, Linces aparecerán principalmente en colegios e institutos de Santiago, pero enseguida ampliarán su rango de acción a otros escenarios compostelanos, como el del Aeroclub, en el cual llegarán a ser banda residente, el Salón Teatro, cuyos conciertos matinales de los domingos siempre estaban concurridísimos, o el Hostal de los Reyes Católicos, donde funcionan como complemento yeyé de la orquesta de turno.

1968 comienza con el primer cambio en la formación, al ser sustituido Paco por José Luis Moure al bajo. Este instrumento será, en palabras de los propios Linces, el más volátil, ya que será ocupado por cuatro músicos diferentes en el espacio de cuatro años. Por estas fechas, se hacen con mejor material al adquirir una batería Ludwig, un bajo Höfner y una guitarra Wem de 12 cuerdas y una guitarra eléctrica Galanti, además de amplificadores Vox. Uno de los conjuntos que hasta ese momento prestaban su instrumental a Chema y compañía eran Los Thanos, que, liderados por Bibiano Morón, estaban considerados como una banda de origen proletario y la competencia directa de los más “pijos” Linces. Sin embargo, dicha rivalidad se daba solamente a nivel musical, y se escenificaba en las encarnizadas “batallas de bandas” del Salón Teatro, en las que los fans de uno y otro conjunto les aplaudían o les abucheaban según su preferencia. El año 1968 se caracteriza por ser el primero de tres años muy prolíficos en actuaciones para Los Linces, que hasta mediados de 1971 tocan por toda Galicia y parte de la provincia de León, amenizando bailes en hoteles, casinos, festivales y salas de fiestas. En septiembre deja el grupo Moure y se integra Andrés Carbajo a las cuatro cuerdas, pero el ritmo de actuaciones, lejos de decaer, se incrementa vertiginosamente en 1969.

Sin dejar de actuar en salas, hoteles y casinos, se dejan ver en concursos y certámenes, pero también en festivales benéficos e incluso en las fiestas del Apóstol, en las cuales llegan a actuar junto a Massiel, quien se encontraba en la cima de su carrera tras el triunfo en el Festival de Eurovisión del año anterior. La prensa local y gallega suele dedicarles algún artículo con asiduedad, destacando su juventud y desparpajo. Lo que empezó como una diversión que les ayudaba a socializar y relacionarse con chicas, tarea delicada teniendo en cuenta la época de represión que vivieron, les permitió descubrir multitud de localidades gallegas y madurar sin complejos hacia la edad adulta. Su chófer, Juanito, les guiaba a las actuaciones que les conseguían los músicos y empresarios Manuel Muñiz y, especialmente, Castiñeiras, ambos vinculados a conocidas orquestas de baile santiaguesas. Todos ellos eran mucho mayores que los componentes del grupo, que pasa a llamarse Linces Pop en el verano de 1969, cuando conocen la existencia de una orquesta en Villagarcía con el nombre de Los Linces. Asimismo, un conjunto de la localidad asturiana de Avilés fundado en 1964 ostentaba la misma denominación.

En 1970, y justo después de incorporarse Guillermo Pardavila al bajo en sustitución de Andrés, participan en el programa de Televisión Española Campo Pop, presentado por Alfredo Amestoy. Se trataba de un concurso organizado por el Ministerio de Información y Turismo, y estaba destinado a la red de los 4.000 teleclubs que operaban en aquel momento en el Estado. La finalidad del mismo era la de encontrar al mejor conjunto “pop rural”, que sería escogido de entre los 9.300 pueblos de menos de 10.000 habitantes de toda España. Realmente, el programa no era más que un instrumento de propaganda del régimen, que intentaba mostrar una pretendida modernización del ámbito rural y su población juvenil. Ha de recordarse que en 1970 sólo existían dos canales de televisión en España, ambos controlados por TVE, y que dicho espacio televisivo fue emitido por el primer canal. Esto sirvió para promocionar aún más a Linces Pop, que representaron a Porto do Son (Puerto del Son en aquella época) gracias a su conexión con la villa, y a muchos de tantos desconocidos conjuntos desperdigados por la piel de toro. Linces Pop no ganaron la final, en la que tomaron parte diez conjuntos músico-vocales españoles (entre ellos los pontevedreses Cunter’s), pero es una auténtica delicia verles enfundados en abrigos de señora y chupas de cuero mientras interpretan «Whole lotta love», el éxito de Led Zeppelin, al tiempo que se adentran en el puerto a bordo de un pesquero. Además, en esta grabación puede escucharse lo que ellos denominaban cameloff (de ‘camelo’), el “idioma” que utilizaban cuando fingían cantar en inglés, lenguaje que no conocían por ser el francés la lengua extranjera que se enseñaba en las escuelas por aquel tiempo.

Led Zeppelin son una de las nuevas influencias que Linces Pop estaban abrazando en esa época, a la que hay que sumarle la de Creedence Clearwater Revival, un grupo americano que dejó una profunda huella en muchos conjuntos santiagueses de finales de los años sesenta. Linces Pop siguen actuando en curiosos eventos como el Baile de los Vampiros organizado en Yohakin (hoy Disco Ruta), la fiesta organizada para los pilotos de aviación del Aeroclub, o una presentación del cantautor asturiano Víctor Manuel en el club Don Juan de Santiago, hasta finalizar el año. A partir de 1971, Tony dejará el conjunto, cuyas preocupaciones pasan ya por centrarse en estudiar las respectivas carreras universitarias e intentar compatibilizarlas con amenizar bailes, regresar a altas horas de la madrugada y subir los pesados amplificadores y el resto del equipo al viejo ático del nº 54 de la Caldeirería, donde no había ascensor. Esta dinámica, unida a la adquisición de nuevas responsabilidades, laborales o estudiantiles, provoca la disolución de Linces Pop en cuestión de meses.

No obstante, tras formar otros conjuntos circunstanciales, Chema resucita la marca Linces en 1972 para aprovechar que el nombre seguía teniendo tirón, y, siendo el único miembro de los originales, reclutará a nuevos músicos para la banda, de los cuales habría de destacar en el futuro Emilio Cao. Esta nueva singladura de los Linces se extenderá hasta 1974.

En el año 2012 se produce una reunión de Linces Pop que cuenta con los componentes originales Tony Viña a la voz, Emilio Quicler a la batería y Chema Ríos a la guitarra solista, mientras Guillermo Pardavila, que había sido bajista entre 1970 y 1971, reaparece a la guitarra eléctrica. Antonio Yáñez, del grupo coruñés Extrema Urgencia (en el cual también toca Chema) es reclutado como bajista para una única actuación en un festival benéfico celebrado en La Salle, el antiguo colegio de Tony, Chema y Emilio. Paco, que llevaba un tiempo enfermo y que había estado desconectado a nivel personal y musical los últimos 44 años, fallece poco tiempo después. Ya en 2015, tiene lugar una nueva reunión de Linces Pop, y al núcleo formado por Tony, Emilio, Chema y Guillermo se une el bajista Alfonso Espiño (Los Chavales, Mega Purple Sex Toy Kit). En abril participan en un festival de conjuntos compostelanos de los años sesenta junto a The Music Stars y Los Potes, que se celebra en el Teatro Principal de Santiago con el cierre estelar de Lou Reyes. Ese mismo verano regresan a Porto do Son, donde se les homenajea con el motivo de haberse redescubierto la grabación para televisión de 1970, de nuevo popular gracias a la progresiva digitalización del archivo de TVE, que el ente recupera en programas musicales como «Cachitos de Hierro y Cromo» o «Música Ligerísima». En enero de 2016, Linces Pop hacen realidad un viejo sueño: la publicación del LP «Lo que el Viento no Se Llevó» (Autoproducido, 2016), grabado durante el año anterior, en el que su sonido duro se ve aumentado y suavizado por distintas colaboraciones, entre las que cabe destacar las de los antiguos Linces Andrés Carbajo, José Luis Moure y Alfonso Fariña.

Actualmente son médicos, abogados, empresarios, pero también padres de familia e incluso abuelos, pero su pasión por la música sigue intacta, y mientras su energía lo permita, Linces Pop seguirán actuando para las viejas y las nuevas generaciones de aficionados.

Álbumes:

Larga duración:

Lo que el Viento no Se Llevó

2016

Este disco es la historia de una ilusión.  no pudieron grabarlo en su momento, durante aquellos años intensos de finales...

Corta duración:
No existen álbumes de corta duración relacionados a este grupo.
Recopilatorios y directos:
No existen álbumes de recopilatorios y directos relacionados a este grupo.
Reediciones:
No existen álbumes de reediciones relacionados a este grupo.

Grupos:

Alfonso Espiño (Santiago de Compostela, 1976) lleva...
Banda de Pontevedra que terminó derivando en...
Banda pop-beat de Santiago de Compostela.
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