En 1967 tres músicos manchegos emigran. Luis Cobos (saxo y flauta) y Serafín Alberca (trompeta) procedían de la Filarmónica Beethoven, banda de música de Campo de Criptana, y Alfredo Lozaya (guitarra) venía de Mora de Toledo. Tras diversas probaturas en Sevilla, se establecen en Madrid, donde entran en contacto con un grupo llamado Mermelada. En la capital de España triunfaban Canarios y Pop Tops. De Estados Unidos llegaban los discos de Bload, Sweat and Tears y Chicago; todos ellos grupos amplios en los que la sección de viento resultaba fundamental. Van sumando elementos al proyecto: Ernesto-Tito– Herrero (batería), Ramón –Moncho– Mayo y un segundo trompeta, Rafael López. Pero faltaba un buen cantante, que pronunciase bien el inglés, a poder ser negro como el de los Pop Tops. Todas estas características las reunía el nicaragüense Danny McKanlly. A principios de 1969 Conexión era ya una realidad. Posteriormente reforzarán la sección de viento con el saxo barítonoTomás Zazo –Tommy– y el organista José Luis Lenguazco.
Ensayan en un sótano en plena plaza de Tirso de Molina y su cuartel general es la discoteca Stones, donde actúan a menudo. La banda suena como un cañón: potente, arrasadora y con trilita en sus coros y su sección de viento. Los arreglos de Luis Cobos, el auténtico ideólogo de la formación, suenan elaborados y cargados de matices clásicos. Con estos argumentos, pronto fichan con el sello Movieplay, presentándose en sociedad con el single “Strong Lover / West Soul” (Movieplay, 1969), puro spanish soul como entonces se le denominó. Antes de finalizar 1969, consiguen su primer éxito con “I will pray”, un soul ralentizado con aires de góspel eclesiástico que comienza a marcar el estilo personal de la banda. Precisamente esta denominación de banda, hoy empleada a diestro y siniestro, reemplaza a la de conjunto o grupo, cuando los instrumentos de viento comienzan a llenar los escenarios del rock.
Su tercer sencillo trae como reclamo principal “Un mundo sin amor”, un alegato en forma de balada contra el capitalismo. Conexión se adueñaba de las pistas de las disocotecas y comienzan a ser un serio rival para Canarios, sobre todo porque hacen la misma música, pero en español. Normalmente graban las caras A en castellano y dejan el inglés para las caras B.
Tras «Un mundo sin amor» van a sucederse los cambios. Sale del grupo Tomás y después siguen el mismo camino José Luis y Moncho, que van a ser sustituidos por Luis Miguel Fornés y Rafael Ríos. Éste último será el nuevo guitarra de Conexión, pasando entonces Alfredo a encargarse del bajo. En aquel 1971, Luis Cobos va a ser reclamado por la patria -que por entonces reclamaba mucho- y circunstancialmente será sustituido por Cuqui.
En 1972 van a conseguir su mayor éxito con “Preparad el camino al señor”, una canción religiosa procedente de la comedia musical «Godspell» (Stephen Schwartz y John Michel Tebelak, 1970) que traslada distintas escenas de la vida de Cristo al Nueva York de esos años. Conexión editará dos versiones, en inglés y en español con un vocalista contundente, unos aceptables coros y un tratamiento instrumental muy influenciado por el rock sinfónico. La respuesta comercial es inminente, alcanzando los primeros puestos del hit parade y convirtiéndose en uno de los grupos más solicitados en directo.
El éxito alcanzado por fin sin medias tintas con “Preparad el camino al señor” les inclina a continuar por la senda del góspel sinfónico y las letras de contenido espiritual y religioso. Su siguiente disco “Harmony” (Movieplay, 1972),editado también en su doble versión inglesa y española volverá de nuevo a los primeros puestos de las listas. Precisamente, con este título: “Harmony” (Movieplay, 1973) editarán en 1973 el único LP de su carrera en el que la banda se muestra ya como un grupo de rock sinfónico.Poco antes se producirá un cambio fundamental en su formación, entrando como guitarrista, César Fornés. Hubo algún otro efímero componente en la batería por motivos militares y durante algunos meses tocó con ellos Javier Esteve, líder de grupos como Cerebrum o Araxes, pero la formación básicamente perduró durante toda su carrera, contribuyendo esta continuidad al excelente sonido del grupo en vivo.
En 1973 pondrán en el mercado su último single “Niños del Edén” (Movieplay, 1973) también en la consabida doble versión idiomática. Todavía con buenas ventas y con un caché aceptable, la banda se va a disolver en 1974, sobre todo debido a las intenciones de varios de sus componentes de iniciar proyectos muy distintos.
Una vez roto el grupo, Tito Herrero, César y Luis Fornés tocaron con Miguel Ríos y participaron activamente en la grabación de su LP “Al Andalus” (Polydor, 1977). Más tarde, encontraremos a Luis Miguel Fornés en Agamenón.
A partir de 1978, Luis Cobos iniciaría una muy conocida carrera como arreglista y director de orquesta, vendiendo una barbaridad de discos. Ha ocupado y ocupa puestos directivos en la SGAE, AIE y Academia de las Artes y las Ciencias de la Música.
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