Decía Nacho Canut con motivo del fallecimiento de Joe Borsani: «CBS tenía un pequeño paquete de bandas contratadas al filo de las expectativas que la Nueva Ola estaba provocando. Únicamente Sissí sintonizaban, por sus ropas llamativas y sus pelos teñidos en tonos fucsia, con los Pegamoides«. Esto nos da imagen de la gran losa con la que tenían que cargar los grupos de dicho sello, acusados rápidamente de impostura, y siendo sometidos a un ostracismo por parte de coetáneos y público que ciertamente les condenaba al fracaso. Algunas de las veces, detrás de esos prejuicios se perdía la oportunidad de disfrutar de grandes canciones, y Trastos de esas tenían alguna que otra.
Cierto también que CBS entró como un elefante en una cacharrería, hasta el punto de querer controlar a sus bandas asfixiando cualquier atisbo de personalidad, pero Trastos nacía en Madrid en 1978 (en plena ebulición de la real Movida), con Fernando Crespo al bajo, Tores Crespo a la guitarra, Miguel Ángel Lobato a los micrófonos, Luis Carlos Esteban a los teclados y Javier Lobato a la batería. Desde un primer momento contaron con el incondicional apoyo de Gonzalo Garrido desde Onda 2, que programaba una maqueta primitiva con «El loco de la Línea 5». Precisamente sería el locutor quien les pusiera en contacto con la todopoderosa CBS, que ven a Trastos como unos Tequila en ciernes y no escatiman esfuerzos. Así, en el mismo año saldrían a la luz dos sencillos –«El Poli te Ve / Rockers del 83» (CBS, 1980) y «Te Voy a Buscar / El Botellín» (CBS, 1980)– y finalmente todo un larga duración, «Trastos» (CBS, 1980).
Cierto es que varios elementos no contribuyeron mucho a lo que CBS consideró un fracaso comercial: desde la conservadora producción de Jorge Álvarez, a la presencia con calzador de los teclados de Luis Carlos Esteban, pasando por el saxo de Luis Cobos en «El poli te ve», posiblemente su mejor canción. Además, el tufillo que arrastraban por la pertenencia a la propia disquera, les llevó a protagonizar situaciones desagradables, como la relacionada con el célebre concierto a Canito, batería de Tos. Lo que inicialmente iba a ser un homenaje hacia el malogrado batería junto a Mermelada, Bólidos, Alaska y Los Pegamoides y demás grupos amigos que se dejaban pasar por el local de ensayo en Tablada, se ve un poco contaminado por el influjo de Onda 2 y con ello de la CBS. Así, declaraba Álvaro Urquijo en el programa Ráfagas de Pop: «Habíamos pensado hacer el concierto, pero para un puñado de grupos, que éramos los que realmente conocíamos a Canito. Cuando se empezó a dar un poco de bombo y platillo a la historia ya metieron mano, por un lado Mario Armero, con los Nacha y por otro, Los Trastos, que estaban con Gonzalo Garrido, y no les pusimos pegas por nuestra parte. (…) Los Trastos vinieron después, un poco de mano de CBS. Los que estábamos allí ninguno teníamos disco. Mermelada sí, pero no íban en plan de promoción. Lo que pasa que lo de Los Trastos no tenían mucho que ver con la historia». Todas estas suspicacias acabarían, como describe Fernando Márquez en «Música Moderna» (1981) en una improvisada votación a mano alzada, donde finalmente se dejaría participar a la banda.
Considerados como unos advenedizos, y con la retirada del apoyo de CBS tras las pocas ventas en comparación con la inversión realizada, Trastos acaban disolviéndose. Luis Carlos Esteban pasaría por otras formaciones, como Plástico o Olé-Olé, y de su mano llegaría la remasterización en CD de su único álbum, veinte años después.
El grueso de Trastos pone en marcha el efímero proyecto Actor.
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