En Barcelona, a finales de 1962, se crean numerosos conjuntos músico-vocales. Uno de ellos se llama Los Finders, pasando pronto a britanizar su nombre como The Finder’s. Sus componentes son los guitarras: Alberto Vallés y Robert Castro, el bajista Andrés Sánchez, el batería Vicenç Rondoni y el cantante Ferran Alert Prieto, conocido como Álex. Pronto llaman la atención de Belter, que en esa época fichaba a grupos de corte similar, como Los Gatos Negros. Su debut discográfico es atípico. Su sello prepara un disco con temas de la película “La Escapada” (Dino Risi, 1962). En dicho disco –«Del Film La Escapada» (Belter, 1963)– figuran tres canciones cantadas por Peppino di Capri y para el cuarto aprovechan una canción de ese mismo film grabado por The Finder’s: “Guarda come dándolo” traducida como “Mira como bailo yo”.
A principios de 1964 publican su primer disco completo y ahí se agravan las disensiones que había en el seno del grupo. De forma bastante traumática deciden partir los trastos. Por un lado Alberto y Andrés siguen con el grupo. Por otro, Álex, Vicenç y Robert fundan Álex y Los Findes. Ambas formaciones rehacen su carrera inmediatamente. The Finder’s van a parar a Columbia, completando su formación con tres nuevos elementos: Miguel de Borja (batería), Miguel Esteban Reina (cantante) y Pedro Caño (guitarra rítmica). Graban “Tobacco Road / Gritar mi Alegría/ Di si es Verdad / Nunca te Olvidaré” (Columbia, 1964), sin duda, el mejor disco de su carrera. Mientras tanto, los disidentes Álex y Los Findes ficharán por Marbella. Pero los primitivos The Finder’s siguen teniendo contrato en vigor con Belter y el sello catalán les obliga a anular su compromiso con Columbia y volver al redil. La vuelta no es nada gloriosa, pues Belter les coloca de cantante a una tal Jezabel y los reduce a mero grupo de acompañamiento. Con el nombre de Jezabel con The Finder’s lanzarán un nuevo baile de moda: “El Giro” (Belter, 1965), que sería a la postre el disco más casposo, pero también el más vendido, de la historia del grupo.
Poco o nada tienen que ver las grabaciones de The Finder’s con la música que ellos desarrollaban en directo: rock y rhythm and blues con profusión de versiones de The Animals y Rolling Stones, que nunca llegarían a plasmarse en los vinilos. Ya sin Jezabel, el puesto de cantante lo ocupa José Martínez –Popos-. También abandona la nave el bajista que había sido uno de sus fundadores y es sustituido a finales de 1965 por Joan Pares. Realizan nuevas grabaciones con canciones comerciales alejadas de su estilo natural y compuestas por compositores de la casa. En 1966 pasan una larga temporada actuando en Madrid. El cantante se enrola en un grupo madrileño. De vuelta a casa, hay que buscar un nuevo cantante. Realmente hay que reconocer que en esto de los cantantes a The Finder’s les toca la china y ninguno les dura más de una temporada. Ahora la voz la va a poner Josep Bisbal, que procedía del modesto grupo Los Walkers. Hasta donde hemos podido averiguar ya no hubo más cambios, aunque para su último disco vuelven Miguel Esteban Reina al micrófono. El grupo estira su actividad hasta 1968, despidiéndose de la actividad en abril de 1968 con un EP que contiene dos temas del Festival de Eurovisión de ese año, precisamente los dos que ocuparon los primeros puestos: “La, La, La / Congratulations” (Marfer, 1968).
Una historia de un buen grupo más de los muchos que proliferaron en la España de los 60, que se vieron obligados a grabar casi siempre una música que por formación, estética y gustos no le correspondía. Tras su disolución casi todos abandonaron la música, aunque casi una década más tarde encontramos al guitarrista Pedro Caño en La Salseta del Poble Sec. Miguel Esteban Reina se convierte en un trotamundos de la música y parece ser que grabó algún disco en Italia con otro nombre. Otro de los cantantes, Popos, se fue a vivir a Mallorca y trabajó en la isla en numerosos grupos y orquestas de baile.
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