Dos sevillanos del barrio de La Macarena, que a pesar de la coincidencia de apellidos no eran familia, José Moreno -Josele- y Luis Moreno Salguero -Pibe- se suman a otro sevillano de Triana, Eduardo Rodriguez Rodway para unir sus destinos musicales en 1967 bajo el nombre de Los Payos. Antes todos ellos habían emprendido la aventura musical europea. Josele y Eduardo, los dos guitarristas del grupo, habían intentado fortuna en Francia, donde Josele ejerció como cantautor en algún festival importante; por su parte, Luis, el percusionista, había tocado durante un par de años en Estados Unidos.
Lo suyo eran las suecas y decidieron formar un grupo musical para trasladarse a aquel país de donde procedía alguna de sus novias. Para ello se pusieron a ensayar con ahínco, componiendo Josele y Pibe la mayor parte del repertorio. Se agenciaron un seiscientos con el que pretendían llegar al país nórdico, particular paraíso recurrente del españolito de la época. No obstante, Alfonso Eduardo Pérez Orozco, importante locutor musical, les disuade de su empeño y les presenta al productor Alain Milhaud que ve un gran futuro en eso de cantar rumbas con arreglos modernos. Se trasladan a Madrid y se instalan en el piso del locutor. Su desparpajo, cachondeo y originalidad pronto les abre las puertas de algunas salas madrileñas y Rafael Trabuchelli les ficha para Hispavox en cuanto les oye.
En 1968 aparece su primer single. Su cara B “La sueca” se escucha en las emisoras con asiduidad y supone una buena inyección de ánimo para el trío. Antes de acabar ese año tienen el acierto de grabar “Adiós Angelina”, un tema compuesto por Bob Dylan para Joan Baez, que Los Payos rumbean con toneladas de gracia. Ese disco ya va a situarse entre los diez primeros del hit parade nacional. Por esas fechas, el grupo va a convertirse durante breve tiempo en cuarteto con la entrada del cordobés Rafael León –Rafaleón– en el grupo.
Con esta renovada formación van a grabar en 1969 su tercer sencillo: «María Isabel / Compasión» (Hispavox, 1969). Y se va a armar la mundial. 38 semanas en el top 10, de ellas once ocupando el nº1, nueve semanas encabezando la lista de popularidad de Los 40 Principales, indiscutible canción del verano 69 y se calcula que muy cerca del millón de discos vendidos solo en España. El single fue publicado en casi toda Europa y fue un multitudinario éxito en América. Aquel verano cientos de miles de turistas extranjeros regresaron con «María Isabel» en su maleta. Los Payos actuaron en Francia, Gran Bretaña y en el invierno de 1970 hicieron una larga gira americana. Para entonces Rafaleón ya había dejado el grupo, en el que tan solo estuvo seis meses, para emprender una carrera en solitario. Al rebufo de “María Isabel”, Los Payos volverían a ocupar puestos principales en las listas con sus siguientes sencillos: “Mi pequeña Anita” y “Señor Doctor”, ambos estuvieron varias semanas entre los cinco primeros de la lista de ventas.
A partir de 1971 siguieron siendo grandísimas figuras, pero no volvieron a dar con la tecla del éxito. En 1972 son enchiquerados en una redada de la Brigada de Estupefacientes junto a Miguel Ríos, Henry Stephen, Iñaki Egaña y otros músicos por fumarse algún que otro canuto. Son ingresados en el hospital siquiátrico de la cárcel de Carabanchel donde les aplicaron un tratamiento de choque que seguramente no consiguió su objetivo de apartar a los famosos artistas de tan pecaminoso vicio. Este incidente aireado por la prensa, junto al preocupante descenso de ventas, desencadenara la disolución. Los tres van a iniciar carreras bien distintas, pero todas ellas coronadas por el halo del triunfo.
En los directos, el trió estaba acompañado por un grupo llamado Los Soñadores, en el que militaba un grandioso batería llamado Tele Palacios, con el que poco después formaría Triana, pero antes marcharía a Madrid para formar el trio Tabaca.
Luis Moreno se retira por un tiempo para convertirse después en el batería del grupo Alameda. Josele va a montar con Paco Aguilar el dúo Yerbabuena. Tras darse cuenta que la gente les seguía más por sus chistosas intervenciones que por sus canciones, ambos emprenden carreras largas y exitosas como humoristas.
Los Payos tomaron de Peret el aire de rumba desenfadada, pero ellos la envolvieron con arreglos e instrumentaciones pop, iniciando lo que podemos denominar rumba moderna. Tuvieron la enorme fortuna de contar con un arreglista como Waldo de los Ríos y un productor como Rafael Trabuchelli. Ellos abrieron un camino por el que seguirían Los Amaya, Rumba 3, Los Chichos, Los Chunguitos y tantos otros, todos ellos deudores de este trió sevillano cachondo, imaginativo y capaz de contagiar su ritmo a los públicos más diversos.
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