Alameda pertenece a la segunda ola del rock andaluz; sin embargo, todos sus componentes habían pertenecido desde mucho antes a bandas que, de algún modo, habían sido promotoras de este género, que tantos y tan buenos discos produjo en la segunda mitad de la década de los 70.
Queriendo o sin querer, Alameda es un auténtico supergrupo desde su concepción. En 1977, las dos cabezas pensantes de Tartesos, Pepe Roca (guitarra y cantante) y Manolo Marinelli (teclados) inician su andadura para formar este nuevo grupo. Pronto entrará en él Rafael Marinelli (teclados), hermano de Manolo. Antonio Moreno -Tacita- que habían formado parte de Nuevos Tiempos, y Manolo Rosa (bajo) que venía del desaparecido grupo Flamenco. Poco antes de la grabación de su primer disco, Antonio dejará el puesto al excomponente de Los Payos, Luis Moreno Salguero (batería y percusión).
Un grupo con esos componentes enseguida llamó la atención del productor Gonzalo García Pelayo, factótum del rock andaluz, que producía simultáneamente a Triana, Cai, Medina Azahara y otros grupos de la especialidad. El quinteto viaja a los estudios Audiofilm, en Madrid, donde van a grabar a principios de 1979 su LP «Alameda» (Epic-CBS, 1979), que será presentado en el Teatro Alfil de la capital, cosechando un éxito apabullante. La crítica se cebó un tanto con dicho álbum, tildándolo de copia de Triana, pero el público lo compró en cantidades importantes. Además los sencillos, con «Amanecer en el puerto» y «Aires de la alameda» como cabezas de cartel, se vendieron como rosquillas, logrando el segundo meterse en el top 10 nacional, algo que para un grupo progresivo suponía un éxito casi sin precedentes.
Lo cierto es que la música desarrollada en aquel primer disco aportaba al estilo la lectura más comercial de la bulería, la copla y la rumba. Una bocanada de aire que salía de los tablaos para enredarse en las cuerdas metálicas de la guitarra eléctrica y las capas de teclados de los Marinelli hasta hacer vibrar las cuerdas vocales de Pepe Roca reconvertido en cantaor. El propio cantante explicaba años más tarde la simbiosis que supuso para toda una generación de músicos que compraban discos de rock inglés y norteamericano, pero que durante toda su infancia se habían criado oyendo copla en la radio de su casa. De este modo el fenómeno del rock andaluz era simplemente inevitable. Sea como fuere el primer disco de Alameda despachó por encima de cien mil copias.
Esas ventas desmesuradas hicieron que pronto grabaran un segundo LP, preparado con prisas y que, aunque posee detalles musicales y de producción, muy estimables, carece de temas con el gancho de los anteriores. «Misterioso Manantial» (Epic-CBS, 1980) supuso hasta cierto punto un fiasco tras las expectativas creadas en su primer disco.
En 1981 tocaron fondo con su tercer largo: «Aire Cálido de Abril» (Epic-CBS, 1981) en el que comienzan ya a apartarse un tanto del andalucismo reinante en los dos anteriores. Las ventas seguían cuesta abajo y la sombra del excepcional primer LP pesaba en exceso.
Al año siguiente grabaron su último disco de esta primera fase del grupo. Un trabajo concienzudo y bien hecho en el que ponen música a textos de Juan Ramón Jiménez con arreglos orquestales a cargo de David Thomas y con la guitarra flamenca de Enrique Melchor llenando de vida varios de sus cortes; pero a esas alturas el rock andaluz era ya casi un dinosaurio extinguido. Tan sólo un año después, Alameda decide disolverse.
1992 fue un año clave en la historia reciente de España. Uno de los eventos fundamentales tuvo lugar en Sevilla con la celebración de la Exposición Universal. Pepe Roca y Manolo Marinelli, junto a otros músicos, fueron invitados a recrear el rock andaluz en ocho conciertos memorables, uno en cada capital andaluza con un apoteósico final en Sevilla. Ambos deciden reemprender el camino y con Rafael Marinelli y varios invitados de lujo graban en Barcelona «Dunas» (Horus, 1994), una colección de nuevos temas que reinventan un estilo que se creía perdido para siempre. Este disco no pasa desapercibido para los viejos aficionados y la banda vuelve a mostrar sus intensos directos y su calidad incuestionable de músicos curtidos en mil batallas.
Esta segunda etapa durará hasta 1999, fecha en la que fallecerá Manuel Marinelli. Pero también este trágico acontecimiento será solo un punto y aparte, pues Rafael Marinelli y Pepe Roca reharán el grupo en 2008 para volver a meterse en un estudio de grabación y parir su último trabajo: «Calle Arriba» (Fonográfica del Sur, 2008) con el que darán bastantes conciertos junto a la cantaora Toñi García, que ya a mediados de los 90 había colaborado con Alameda, y otros músicos.
Alameda representa la cara más amable y comercial del rock andaluz. Un grupo continuador, pero no clónico como algunos pretendieron en su momento, de los míticos Triana y que produjeron uno de los mejores álbumes de este género con el disco que marcó su debut.
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