“Pertenezco, dentro de mi generación, al grupo que vive en continua revolución, en continua búsqueda y en continuo enamoramiento”. Así definía en una entrevista Soledad Sánchez Parody – Le Parody– su geolocalización musical y generacional. Toda esa continuidad dinámica está intrínsicamente relacionada con su preparación y carácter multidisciplinar: es licenciada de Bellas Artes por la Universidad Complutense y poeta, además de haber hecho alguna incursión por otras vertientes artísticas. Afincada en Madrid tiene, en cambio, raíces andaluzas (malagueña de nacimiento y granadina de adopción por el tiempo que pasó en la ciudad nazarí) e italianas.
Su faceta de escritora tuvo frutos tempranos en Tampoco Hablar a Solas (2005), un poemario que ganó el primer premio CMU Isabel de España de Poesía del 2006 y De Esperar a que se Aparte (Ediciones Trashumantes, 2008).
Preguntada por su primer contacto con la música ella no dudó en señalar cómo martirizaba a su madre haciendo ruido con la garganta y dando patadas al asiento delantero del coche. Habrá muchos que relacionen estos primeros arrebatos en la tierna infancia con su posterior militancia, años después, allá en 2008, en un grupo como Penne Wana Have. Considerado como “un grupo feminista, anticapitalista y profundamente sentimental”, su formación tenía por objeto el participar en Ladyfest celebrado en el Wurlitzer Ballroom de Madrid el 15 de mayo y disolverse al terminar. En aquella actuación interpretaron tres temas propios, «Bollera boreal», «Bolas chinas», «Heidi situacionista», y una versión del «Murciana marrana» el tema interpretado por el grupo ficticio Bomitoni con Alaska al micrófono en la película de Pedro Almodóvar, Pepi, Luci, Bom y Otras Chicas del Montón (1980). La actuación les valdría una invitación para tocar de nuevo en la sala Nasty unos pocos días después, en el marco del mismo festival, con lo que alargaron en una actuación su corta existencia. Eso sí, a Sole, el paso por tan efímero proyecto le pasaría cierta factura porque años después cuando algunos medios criticaban que la Comunidad de Madrid le hubiera encargado el taller musical para niños Cuerpo-Cable-Cuerpo-Cacharro a una quien había sido autoras de temas tan controvertidos.
Antes había cantado en un grupo que se llamaba Allison Falling y posteriormente también militaría en Mamut desde 2009 a 2011, un multitudinario grupo que hacía pop desenfadado y fresco que gustaba de incluir arreglos vocales desenfadados. Sole se encargaba del ukelele. Editaron un disco producido por Fino Oyonarte (Los Enemigos). A experiencias puntuales durante su estancia en Los Estados Unidos, donde siguió clases de composición fundamentales a su juicio para determinar su manera de elaborar música, e incluso en Serbia, se uniría el dúo Proyecto Personal cuando estaba ya en Madrid, justo antes de iniciar la trayectoria de Le Parody.
El proyecto en solitario surge de manera natural, casi como una continuación de su labor creativa previa: “Siempre he hecho mis canciones, desde muy pequeña. La cosa fue a más cuando me compré un sampler y pude hacer mis propias bases. Ahí sentí que eran canciones chulas, que podían enseñarse al mundo”. El paso siguiente fue, por tanto, la grabación de esos temas propios: “Grabar canciones y publicarlas en la red resultó ser como hacerse un tatuaje, algo que de pronto ves que ya va a ser de por vida, lo de hacer música” contaba para El Hombre Percha Indie Pop sobre la publicación en redes “Párala Vértigo” (2011), su trabajo de debut y por ende la puesta en marcha de su actividad independiente. Fue además la atmósfera especial que se vivió en el mes de mayo de dicho año lo que propició y animó a Sole a poner a disposición del gran público. Empapada del espíritu que rodeaba las protestas ciudadanas y la ocupación de la madrileña Puerta del Sol, la artista cree ver en ese gesto, en esa aportación, la única opción válida para con el resto de sus conciudadanos. Todo aquel ambiente que trajo el 15M fue en definitiva lo que le terminó de convencer de la necesidad de publicar sus composiciones, fruto de un gran amor por el folk y la música de raíz, como devolución de su parte a la sociedad que acababa de descubrir durante las protestas. Recuerda que en aquellos días tocaba con su compañera María Salgado y luego terminó uniéndose a la gente que se congregaba para mostrar su descontento.
Fue precisamente por aquella época cuando compró el modelo de sampler que luego ha terminado convirtiéndose en compañero casi inseparable.
Para la elaboración y grabación de esas primeras canciones incluidas en Párala Vértigo ( «Tip toe», «Love me», «Desiertos del Oeste» y «Pity party» ) contó con el apoyo de Gonzalo R. Flu, “un vecino al que lié para que tocara la trompeta en Le Parody”. Se grabaría en los Rec Disease Studios con César Berzal que se encargó de la totalidad de la producción. “Lo sacamos en un CD autoeditado muy sencillo, no tenía ni caja: Era el CD con una foto de Gonzalo y yo, el nombre del EP y Le Parody escrito con molde sobre el plástico que iba con el CD”, nos describe Sole.
Gonzalo dejaría el proyecto en marzo de 2012 tras aportar unos arreglos para un par de canciones, dando paso a la colaboración con Frank Santiuste. Juntos interpretarían los temas que compondrían su siguiente trabajo: “Cásala” (Autoeditado, 2012) oficialmente su disco de debut, y en el que también se podían encontrar las canciones de Párala Vértigo. Compuesto a modo de supuesta banda sonora. Para la ocasión Sole estuvo al cargo de ukelele, banjolele y samplers, mientras que Frank se encargó de trompeta, metalófono y coros. La producción fue cosa de César Berzal y Sole en el Rec Disease Studios.
Concebido como una recopilación de canciones lo cierto es que el trabajo adquirió una interpretación más concreta: “Al final, acabé dándome cuenta que podían contar una historia en forma de película sin imágenes”, le contaba a Alan Queipo para Mondo Sonoro. La utilización de samples, entre otras cosas, de trozos de películas contribuyó a la sensación de “falso soundtrack”.
Los primeros conciertos de Le Parody tienen escenarios variopintos: “Uno en casa, otro en una fiesta de la universidad, otro en una lavandería que ocupamos temporalmente en Malasaña donde vivía por entonces. Eran más bien intervenciones cortas. Pero el que yo recuerdo como mi primer concierto es el que dimos en La Faena II presentando el disco. Fue mágico, casi solemne”.
Su propuesta iría encontrando pronto buena aceptación empezando a recopilar por aquella época premios y distinciones: En 2013 gana el Festival de Jóvenes Talentos del Festival Internacional de Benicassim, es considerada artista revelación para Radio Nacional y la revista Jenesaispop; gana Proyecto Demo 2013; queda seleccionada como mejor maqueta de 2012 por la revista Mondo Sonoro (en su edición en Madrid) y resulta galardonada con el accésit premios INJUVE a la creación joven en la categoría de música popular (2012).
Fue una de las protagonistas en el programa Mapa Sonoro, en concreto del número 37 en el mes de febrero de 2014. En el mismo aparecía interpretando «Pity party (qué pena más grande)» y «Love me (la necesidad)» con un ukelele y una caja de ritmos en un cementerio de neumáticos en Seseña (Toledo).
Para la grabación de “Hondo” (Warner Music, 2015) , su siguiente disco, se retiró al campo, en Jaén, en la vega del Guadalquivir, en una zona situada entre Úbeda y Cazorla: “Estaba viviendo en Madrid y atravesaba un momento delicado, la vida aquí va muy veloz y a veces se hace dura. Necesitaba parar, pensar, cambiar muchas cosas. Así que me fui al campo”.
En su composición se utilizó una base extraída, entre otras, de música de discos de Bollywood que había comprado en un mercadillo de París. Unos sonidos, los de la industria cinematográfica india, por los que Sole ya había mostrado admiración: “Me encantan los sonidos, y sobre todo me fascina lo que representa Bollywood: una supuesta imitación barata de Hollywood, el gran mercado del cine, pero que al final resulta en algo tan único y genuino que constituye un género por sí mismo”. Contaba para la publicación Lado B: “La compré en un mercadillo de París y me puse a jugar con ella, a repetir pedazos y a hipnotizarme a mí misma, como cuando repites una palabra durante mucho tiempo y acaba perdiendo su sentido original. Eso hago yo con la música: la convierto en una cosa diferente de la que fue en su inicio”. Además, la utilización de las repeticiones y loops aumenta la sensación hipnótica de los temas, en los que, en vez de las frases lapidarias que había utilizado en Cásala, primaban los silencios: “De pronto me interesaban más los silencios que las palabras, empecé a recortar silencios de películas y vi que nunca eran realmente silencios. El silencio está siempre llenísimo de gestos: suspiros, chasquidos, respiraciones, pasos”, le contaba a Gio Franzoni.
El título también tenía su connotación, su conexión con lo que supone para ella el proceso creativo: “Hacer arte es como hacer una excavación: lo hacemos para ver qué sale, tanto en la vida como en la música”. Sole se rodeó de pocos colaboradores, de manera que la mayoría de los instrumentos que se oían son sampleos: “trocitos de melodías recortados de otras canciones y puestos en loop”. Sólo se salvaban la trompeta (tocada por Frank), el bajo (tocada por Miguel Aguas) y el ukelele y la voz de Sole. Guillermo González fue incorporado al proyecto por sugerencia de Frank para aportar el bajo en las presentaciones en directo. Su incorporación se produjo cuando los temas de Hondo ya estaban “cocinados”, pero llegó a tiempo para incorporar algún detalle como el slap bass en «Peligroso criminal». Christian Fernández Mirón quedó acreditado por incluir coros, shruti box y ukelele en algunos temas.
“El trabajo de componer consistió en ir juntando las piezas hasta que sonaba algo coherente, y luego construir los beats, que es la parte que más me gusta, y con esa base armada, ya pensaba en las partes analógicas, que en realidad están también todas bastante procesadas con pedaleras de efectos, desde la voz a la trompeta, pasando por el ukelele”, explicaba sobre el proceso con el que se generó el disco.
El disco vino acompañado por el videoclip para el tema «Hondo agujero», elaborado por Begoña Olavarrieta que visitó a Sole en su retiro en el campo de Jaén. “Grabamos unas imágenes dentro de la piscina y de pronto nos pareció que eran fotogramas como de un paseo en la luna”. La artista comentaba lo acertado de la temática del video ya que una de sus aficiones cuando no grababa era precisamente “salir por la noche a mirar a mirar las estrellas”. Contaba igualmente una de las anécdotas que vivió en su estancia allí y que hizo saber a Begoña antes de que se realizase el video clip “En un viaje de hongos alucinógenos que tuve mientras estaba allí me convertí en montaña y miré durante horas como se iba haciendo de noche y empezaban a salir estrellas”.
Un disco que presentaría, por ejemplo, en el programa de radio Carne Cruda. Pretendía ser un trabajo más compacto, con menos lecturas posibles y recovecos como tenía el disco anterior, en el que las canciones llevaban título y subtítulo, se interpretaban en inglés y español. Para su composición se hace uso del sampleo, y de la escucha de trozos de canciones en bucle para luego combinar todo como si se tratara de un rompecabezas. Las letras también tienen algo de ese mismo proceso de elaboración. Reconoce la existencia de un período en blanco, en el que no sabía exactamente qué decir y cómo decirlo, hasta que empezó a jugar con las palabras como si se tratara de un crucigrama uniendo trocitos extraídos de otros textos.
La comparación con el trabajo anterior revelaba la evolución en su sonido: “Han sido años muy intensos en todos los planos, musical, político, personal. Habría sido raro no evolucionar”.
La interpretación en directo del disco se realiza con la introducción de ciertos cambios con respecto a los conciertos del principio: “A lo largo de todas las giras que hicimos en estos años me di cuenta de varias cosas, que yo estaba muy atada en el escenario con tantos cacharros, el uke, los pedales, el sampler, y también que el carrillón siempre traía problemas, es un instrumento muy acústico entre tanta electrónica. Así que decidí suprimir el carrillón, y usar menos el ukelele para concentrarme en la parte electrónica y en mi voz, y poder bailar más en los conciertos. Todos los nuevos sonidos están ahí, dentro de mis dos cacharritos, que siguen cabiendo en la maleta: el sampler y el multiefectos de voz”.
Sobre la utilización de material de casi cualquier procedencia para la composición indicaba en un workshop que impartió en México: “Podemos crear música a partir de su reciclaje y dejar de limitarnos con cosas como el copyright”.
Siempre activa en el contacto con los más pequeños a través de talleres y actividades musicales, Le Parody participa durante el curso 2017-2018 en un proyecto que implica la colaboración con alumnos del C.E.I.P. Emilia Pardo Bazán de Lavapiés en Madrid. Dos de los profesores del cuerpo docente de dicho colegio logran el apoyo de la Fundación Carasso que les concede un proyecto Claves para la iniciativa que aúnan arte y educación. Le Parody oficia de artista residente sirviendo de puente de unión de los alumnos con el mundo de la música electrónica. Les hace experimentar con ella difuminando la separación entre las facetas educativas y artísticas. Como resultado se prepara el disco de libre descarga en bandcamp “Cancionero” (2018), en el que se presentan más de una veintena de canciones con letras aleatorias arropadas por melodías inventadas en algunos casos y copiadas en otros. Como dejan por escrito: “Le Parody puso la estructura, El Emilia las ideas, las melodías y las letras”.
La artista valoraría muy positivamente la experiencia, contando para Mondo Sonoro cómo le había posibilitado entender «que vivir de la música no es necesariamente grabar discos o dar conciertos, que hay otras posibilidades igual de valiosas o más«. Igualmente remarcaba lo valioso de trabajar con niños que terminan por pulverizar los posibles prejuicios con los que se inician ese tipo de proyectos.
“Porvenir” (Gran Sol, 2019), su siguiente entrega, es probablemente el trabajo definitivo de madurez. Grabadas las voces igualmente con César Berzal en los Rec. Disease Studio, en esta ocasión, sin embargo, Sole se encarga de la producción en lo referente al diseño sonoro. La mezcla, complicada y que determinó gran parte del sonido final corrió a cargo de David Carratalá en su estudio El Gabinete Hermético. El máster se encargó a Brian Sanhaji en Berlín: «Para mí era muy importante que la producción tirara al techno«, explica Sole. Como se explicaba en el libreto que acompañaba al disco, las letras se inspiraban en el cancionero tradicional andaluz, en cantes flamencos de los 70 y 80,… hasta en ecos de canciones de milicianas kurdas de Siria.
Los cuatro años que mediaban entre la grabación de este disco y el anterior, Hondo, posibilitaron a la artista la puesta en práctica de los que ella llamaba Le Parody Beats, que consistían en el refuerzo de la componente electrónica de baile en sus actuaciones comprobando el efecto que esto tenía en los espectadores. Durante meses trabajó en lo que, en un principio pensaba, iba a ser la adaptación del directo, pero que terminó derivando luego en otra cosa, de la que surgieron los temas de Porvenir. En el proceso de composición quedó también descartado bastante material: «Fue cuando empecé a hacer pruebas con sonidos más de club y se me fue un poco la mano. Apenas había voces… En realidad al volver a escucharlo me di cuenta que era algo que no me pertenecía, lo había compuesto de forma mecánica«, respondía en la entrevista que le hizo Luis J. Menéndez en Mondo Sonoro.
Iniciada su carrera artística firmemente convencida de la idoneidad de la autogestión y control de todos los apartados relacionados con la producción de su música y su posterior distribución, Sole no ha tenido problema en ir explorando distintas opciones. Para Hondo adoptó una fórmula mixta: «Salió con Warner pero no era un contrato discográfico en sí. Es largo de explicar. Tenían derecho a explotarlo y distribuirlo por un periodo concreto de tiempo. Funcionó más o menos sobre todo de cara a cierto sector de prensa y programación que escucha el nombre de una multi y te presta más atención«. De hecho admite que efectivamente funcionó para ser escuchada en determinados círculos. Para Porvenir, sin embargo, vuelve a acogerse a la autoedición montándose su propio equipo en el que Gran Sol se encarga de la distribución: «Me gusta la autoedición, son procesos bonitos y diría que hasta más rentables si cuentas con los medios adecuados. Pero también es muy cansado y solitario. Para los próximos discos he firmado con Everlasting y por primera vez le veo sentido a estar con un sello, gente que apoya económica y logísticamente y se involucra en las distintas fases creativas y de producción. ¡Veremos como va!«.
El capítulo de colaboraciones con artistas amigos en su curriculum es ciertamente extenso. Con Califato 3/4 editó el sencillo compartido “Puerta de la Cânne / La Puerta” (Raso, 2020), en el que ambos proyectos intercambiaban temas para remezclas propias.
BronquioAñade este contenido contó con la colaboración de Le Parody en su segundo EP editado en 2020, para la canción «Na», que acompañaron con un videoclip conjunto.
El paso por el Keroxen 2020, el festival que se celebra en El Tanque en Tenerife, dio lugar a «Agua Negra» (Bandcamp, 2022), una pieza compuesta en los cinco días en los que duró la residencia de la artista allí en la que Sole puso música y voz, Teresa Lorenzo y Javier Ferrer se encargaron de la danza y Alba G. Corral estuvo al tanto de la parte visual. Las letras de las composiciones fueron el resultado de adaptar textos extraídos de la obra del poeta canario Félix Francisco Casanova y el título del proyecto sale de una de sus poesías, inspirada a su vez en una pieza de Federico García Lorca.
Ruiseñora fue otro de los proyectos con los que Sole ha entablado colaboración. El resultado de la misma fue «Palio / Duelo» (Raso, 2021), un compartido que giraba en torno a la muerte. «Es un tema que nos toca y atraviesa mucho (Elia perdió a su padre, Atilio a su madre y su hermana, yo a una abuela a la que estaba muy muy unida) y que pensamos que es bastante tabú«, nos confiesa abiertamente. De hecho el disco anterior, Porvenir, estaba dedicado a la memoria de su «nonna». Sobre la elaboración de esta colaboración con Ruiseñora explicaba: «Atilio se puso a componer una especie de revisitación de marchas de Semana Santa y decidimos colaborar y darle forma«.
Le Parody ha llevado su propuesta más allá de nuestras fronteras en numerosas ocasiones. Lo ha hecho sobre todo reivindicando el frecuentar la red mundial underground que no transita obligatoriamente por el circuito de festivales. Ha sido de esta forma cómo ha tocado en ciudades europeas de Inglaterra, Alemania, Ucrania o Portugal, americanas de EE.UU., Bolivia, Paraguay, Chile o Argentina y en Filipinas.
También ha establecido puentes con el mundo de la danza. A finales de 2022 participó junto a La Pharmaco, la compañía de danza de Luz Arcas en un espectáculo que aunaba voces, cantes y ambientes en un despliegue de danza y electrónica. Participaba igualmente Rocío MárquezAñade este contenido interpretando unas coplas que cerraban el trabajo. La parte instrumental quedó recogida en bandcamp bajo el nombre de «Trilla» (Bandcamp, 2022) de cuya mezcla se encargó Carasueño en Lar de Maravillas (Zaragoza). El espectáculo se representó el 19 y 20 de noviembre en el Teatro Ibérico de Lisboa y el 10 y 11 de diciembre en La Cuarta Pared de Madrid.
Le Parody se ha consolidado firmemente como su proyecto que instrumentaliza la electrónica bebiendo de la música popular, muchas veces copla y flamenco, para crear atmósferas, voces y ecos. Son varios los grupos y artistas con los que ha establecido sólidas alianzas al compartir gustos y maneras similares.
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