Podría decirse que tras los fuegos de artificio y juegos electrónicos desplegados en su anterior trabajo, «Cántala» (Autoeditado, 2012)Añade este contenido, Le Parody explora la posibilidad de emplear todo ese artificio técnico apuntando a la música de raíz, reflejándose o utilizando elementos populares. Eso sí,
Disco de elaboración lenta gestada en el retiro de meses en el campo andaluz, en el campo de Jaén, en busca, no sólo de la mejor inspiración sino incluso como búsqueda de un sentido a la vida. Sólo en la etapa final de ese proceso de catarsis artística y existencial, aceptó la visita de colaboradores como Miguel Ángel Aguas, que terminó aportando bajo y de Begoña Olavarrieta que ayudó de forma definitiva en el apartado visual.
Por su parte Frank Santiuste aporta trompeta, Christian Fernández Mirón e shruti box y ukelele y Guille González el slap bass en el hipnótico «Peligroso criminal»
Sole ha encontrado en César Berzal el complemento ideal, que se encarga en sus Rec Disease Studio de hacer la que la artista andaluza considera la producción perfecta. Algo que en este caso en particular era de vital importancia, teniendo en cuenta que Hondo fue un trabajo que la propia artista catalogó de una locura en el plano técnico: «un ejercicio de filigrana tecnológica«.
El comienzo lo pone «Hemos venido a deshacerlo» que va evolucionando a partir de una estructura de capas y loops repetidos que terminan derivando en un aire folk. Por momentos incluso, alcanzado el punto de oscuridad adecuado, la propuesta suena cercana a la de, por ejemplo, Dead Can Dance.
«Dejadla sola» puede ser uno de los momentos más intensos del disco. Construida su letra, casi a modo de poema, a partir de frases que comienzan con las letras de la palabra «sola», puede probablemente entenderse como un alegato femenino, canto para la mujer… ligera, lúcida, libre. Estratégicamente situada entonces justo después de «Quise ser», con una letra en la que parece entenderse cierta concesión de ella para con él.
El uso de la electrónica para el desarrollo de elementos acuáticos se repite en un par de ocasiones, «El agua es clara» y «Río de lamentos», dos momentos más que sobresalientes.
«Cae cae cae» actúa como auténtico bálsamo para poner el punto y final de un gran disco cargado de una tremenda importancia personal de la propia Sole.