Interterror constituyen, junto quizás la primerísima etapa de Seguridad Social, uno de los mejores exponentes del punk facturado en los primeros años 80 en tierras levantinas. Para sus canciones decidieron emplazar el mensaje de no hay futuro y desesperanza completa propias del género en burdeles, trincheras y campos de concentración de la Segunda Guerra Mundial, el escenario perfecto para sus historias llenas de batallones de desertores y derrotados. Y junto a este tenebrismo, un mensaje claro de inadaptación total para con los esquemas sociales que les imponían sociedad, estado, Iglesia y demás instituciones, contra los que no tuvieron empacho alguno de llamar a la rebelión.
La formación de Interterror comienza a estabilizarse con la entrada de Víctor Acnex, que venía de Guerrilla Sub, en 1981, para hacerse cargo de la batería. Quien ocupaba dicho puesto en la banda, El Pelirrojo, tuvo que dejar las baquetas para incorporarse al servicio militar, y en principio la sustitución sólo iba a durar lo que la permanencia en filas del mismo. Sin embargo, Víctor terminaría siendo el titular de la plaza hasta el final de la trayectoria del grupo. Miguel Coll Llopis se encargaría de la guitarra y Francisco Javier García Boix -El Enano Infiltrado- que había tocado en una banda llamada Crisis, del bajo. Sería El Enano precisamente el que cantara en la maqueta que grabase el grupo en 1982 en el Micro Estudio, unas instalaciones situadas en la calle Pintor López de Valencia que contaban tan sólo con un 4 pistas. La cinta incluía los temas “Los héroes están cansados”, “Antisocial”, “IRA” y “Suicídate”.
Sin embargo, el cantante principal terminaría siendo Guillermo Escribano -Willy-, bajista también en Guerrilla Sub, que se incorpora poco después a Interterror. Es al comprobar su buena voz, cuando se restructura la banda, pasando El Enano a ocuparse sobre el escenario exclusivamente del bajo.
Contaba este último en entrevista al fanzine Bazofia que para el nombre se inspiraron en literatura fantástica, concretamente en un libro en el que se hablaba de la III Guerra Mundial desarrollándose en frentes originados en “pequeños movimientos revolucionarios terroristas”.
Por su parte Víctor, cuando le preguntamos por aquellos primeros días de la banda, se acuerda de las motivaciones que tenían: “Éramos punks; o sea, imagínate lo que nos movía; cada uno a su manera era simplemente una manifestación de rebeldía y la música era una forma de canalizar nuestras ideas”. Para los ensayos se reunían en unos caseríos de la ciudad valenciana: “Estaba medio en ruinas que no tenían ni váter. Allí teníamos de vecinos a Seguridad Social. Los ensayos eran super divertidos, más que nada es porque nos juntábamos siempre bastante peña. También teníamos a Cómplices de vecinos. El local también servía de picadero y era el lugar habitual donde el Enano y yo dormíamos cuando nos escapábamos de casa”.
El primer concierto que dieron fue en la sala NCC de Valencia, una discoteca que, como cuenta Víctor, “por las noches tenía un ambiente de gente más mayor y bohemia relacionada con el mundo de la cultura y por las tardes hacía conciertos de rock”. Por la misma pasarían bandas como Siniestro Total o Parálisis Permanente.
Interterror tocó en directo a lo largo de su existencia unas cuantas veces. Compartió escenario con Gabinete Caligari en Pamplona, con los norteamericanos Millions of Dead Cops en la sala Imperio de Madrid, en una actuación que terminó con pelea entre seguidores valencianos que habían venido con la banda y algún elemento del público que se había dedicado a insultarlos en lo que tocaban. También coincidieron con Barricada o con Los Rebeldes. Con estos últimos compartieron mánager, Ramón Bertrán.
Contaba Willy, el cantante, en el blog Superpunk jugosas anécdotas acontecidas en alguna de las actuaciones en directo de la banda: “Nosotros solíamos llevar símbolos anarquistas en nuestros conciertos. Un día en una sala abarrotada en no sé qué pueblo, se me ocurrió pedirle desde el escenario un cigarro a uno del público, y claro, no llevaba fuego. Entonces se acerca un tío de entre la gente y me da un mechero que tiene la cara de José Antonio Primo de Rivera grabada. ¿Qué te parece mi mechero?, me dice. Yo intento encender el cigarro, pero hacía tanto calor que se había humedecido la piedra, así que se lo devuelvo y le digo: ‘que ya no funciona’. Juro que creí que me iba a pegar, se puso rojo como una langosta, dio media vuelta y se fue. Más tarde me enteré por el dueño de la sala, que, ese tipo llevaba pistola”.
Fue el dueño de la antes mencionada sala NCC, ToniPep Rodríguez Selles, responsable además del sello RS Editora, el que tras verles actuar les ofrece grabar un disco. Es así que entran en los estudios Tabalet en 1983, en una sesión en la que grabarían todo el material que terminaría dejando Interterror en su tiempo de vida. De entrada, con dos temas girando alrededor de la II Guerra Mundial, el ejército alemán y su labor genocida, se conformaría el primer disco del grupo: “Adiós Lili Marleen” (RS Editora, 1983). La versión de la mítica canción sobre la prostituta alemana cobró, en manos de los valencianos, una energía especial que de alguna manera les asociaría para muchos de forma definitiva con dicho tema.
Además de este primer disco, la banda tiene planeada la edición de un trabajo más largo. Para ello, aparte de las versiones en inglés y alemán de “Adiós Lili Marleen” y los dos temas del sencillo, en Tabalet quedó un master con varios cortes más. Sin embargo, las cosas se tuercen entre el mánager de la banda, el ya mencionado Ramón Bertrán y el responsable de RS Editora, con lo que el material queda temporalmente archivado en el olvido.
En ese intervalo de espera del ansiado LP ve la luz la cinta “Vivos o Muertos” (La Rata Pirata, 1983), que registraba uno de los tres o cuatro conciertos que dieron en la sala Zeleste de Barcelona en junio de 1983. El Enano explicaba en entrevista que la banda entonces se veía en «un momento óptimo de fuerza«, y que con esa edición casi pirata se trataba de difundir el material y la pegada de Interterror. La mala calidad del sonido hizo que el grupo desistiese de hacer muchas copias de la cinta, no llegando la tirada siquiera al medio centenar de unidades.
Willy indicaba mucho tiempo después lo poco gratificante que resultó la grabación: “Grabar fue una dura experiencia. Éramos prácticamente unos niños, y nuestros contactos con el mundo discográfico fueron de lo peor. En algunos momentos, cundió el desánimo de verdad, porque nunca llegamos a pensar en grabar seriamente hasta que vinieron a proponérnoslo, y acabaron aprovechándose de nosotros. Cosa que nunca entenderé, porque hablábamos de cifras pequeñas”.
No fue el único problema serio que tuvo que vivir Interterror, ya que precisamente durante la sesión en los Estudios Tabalet tuvo lugar el enfrentamiento entre El Enano y ToniPep, motivado por lo que, a ojos del primero, era una injerencia en la dinámica del grupo. En concreto se rebela contra las maniobras del productor para cambiar la letra de la canción “Felices días en Auschwitz”, el contundente tema que sería la cara B del sencillo que editaría la banda. En una letra, compuesta por él mismo, como la mayoría de las que tenían, El Enano se refería de forma macabra y funesta a la estancia de unos prisioneros en un campo de concentración nazi. En una de las estrofas sin embargo, con idea de equipar todas las masacres ocurridas en la época de la Segunda Guerra Mundial, se refería del siguiente modo: “Una esvástica, el martillo y la hoz / no importa quién sea mi ejecutor”. ToniPep, el responsable del sello, próximo al Partido Comunista, interviene para que la crítica se centre exclusivamente de un lado y consigue que la canción quede: “Una esvástica, un pelotón / no importa quién sea mi ejecutor”.
El resultado final trae consecuencias, y en el seno de la banda se produce inevitablemente una fractura. Víctor se sincera con nosotros cuando le preguntamos por aquel momento, fundamental para el devenir del grupo: “Lo del productor fue una encerrona, muy bien calculada, sabiendo que todos teníamos mucha ilusión con el disco, se aprovechó de nuestra juventud y falta de madurez. Fue al final de la grabación cuando ya estaba prácticamente todo hecho. El Enano fue el único que defendió a capa y espada no ceder, los demás cedimos. La verdad es que en esa época quien tenía las ideas más claras era él. No le dimos importancia el resto del grupo en ese momento… pero es esa sensación de que algo no va bien; luego te das cuenta y sientes rabia e impotencia. Es como una espina clavada que tengo. Me prometí que algo así no sucedería nunca más. Lo que me pareció totalmente absurdo es que actuara como lo haría una multinacional. A partir de ahí pensé: ¿Dónde coño nos hemos metido?”.
Disconforme pues con la manera en la que el mánager está llevando el grupo y en lo que lo está convirtiendo, El Enano deja Interterror en 1984. Su marcha deja herido de muerte al grupo, no sólo por su peso a la hora de la composición de las letras, sino porque, tal y como lo contaba en la ya mencionada entrevista a Bazofia, dejaba en evidencia que algo en la dinámica interna entre ellos había dejado de funcionar como debía: “Hubo diferencias de opiniones, en los caminos que queríamos tomar y decidí irme del grupo. (…) Interterror siguió unos cuantos meses más, ellos siguieron tocando pero evidentemente cuando cada uno tiraba hacia su lado, carecía de sentido, la banda éramos todos y cuando hubo ya esa desunión la banda se acabó, compusieron pocos temas más y desapareció”.
Para cubrir la vacante al bajo, se recluta a Guillermo Rodríguez, proveniente de la banda mod barcelonesa Sprays, que también llevaba, al igual que Los Rebeldes, el mánager de Interterror. Pero como ya se indicaba unas líneas antes el proyecto dura poco, componiéndose tan sólo alguna canción como «La ley«, un tema que aunaba pop con el vigor de The Clash. Víctor, poco convencido con lo que él entiende como reblandecimiento del sonido de la banda, decide unirse a La Resistencia, el grupo que acababa de formar por su cuenta. La nueva baja termina de rematar Interterror.
Miguel y Willy pondrían en funcionamiento un proyecto llamado Noviembre Rojo, en clave de post rock oscuro, que también contaría con Víctor a la batería en algún momento, un poco antes de que se integrara en la disciplina de Mar Otra Vez con Luis González (Caballero Reynaldo) y Corcobado.
Ya disuelta la banda, Alfonso Olcina, un empresario que ha puesto en funcionamiento el sello Citra (en principio para dar salida a los trabajos del grupo Manía, en el que milita Magi, su novia tejana), se interesa por el material que ha quedado sin editar de Interterror. Se pone en contacto con ToniPep, que es quien tiene el master de lo grabado, y saca el mini LP “Interterror” (Citra, 1985) con nueve canciones, versión en directo de “Adiós Lili Marleen” incluida. Quedarían fuera, eso sí, las lecturas en otros idiomas del tema y la canción “Blanca luna sobre el cementerio”.
El disco, uno de los grandes momentos del punk ibérico de los 80, y con cuya edición no se gratificaría al grupo ni con una sola copia del vinilo, se reeditaría tiempo después en un par de ocasiones. Primero en 2000, por mediación de Tonto Records, apareció “Sublevación” (Tonto, 2000), que ponía de nuevo en la calle al LP junto al directo registrado en la cinta “Vivos o Muertos”.
El seguidor de la banda también tendría ocasión de hacerse con material en directo con “Los Héroes Están Cansados” (Bazofia, 2001), una recopilación de demos y canciones grabadas en diferentes localidades. En concreto contenía la primera maqueta que grabase el grupo en 1982, media docena de temas sacados de la mesa de sonido del concierto que dio la banda en la sala Espiral en La Eliana (Valencia) en 1983 y otros pocos de una actuación el mismo año en Burjasot (Valencia).
Algo más tarde, en 2003, Radikal 1977 Records recuperaría el sencillo de “Adiós Lili Marleen”, «Adios Lili Marleen» (Radikal 1977, 2003) por un lado y el LP, por otro, junto al concierto de La Eliana en «Interterror» (Radikal 1977, 2003).
Si bien La Resistencia reaparece en 2013 con un concierto en su ciudad natal, con Interterror no existen planes similares de ponerlos de nuevo encima de un escenario. Willy contaba no sentirse ya identificado con las canciones de hace más de 20 años, lo que resulta casi definitivo dada su condición de cantante de las mismas.
A pesar de ello, los sucesivos esfuerzos por pequeñas compañías de sacar del coto exclusivo del coleccionimo exquisito el material de una banda fundamental para entender cómo se interpretó en nuestras latitudes el punk llegado del Reino Unido, muestran bien a las claras el interés que despertó Interterror en los seguidores del género.
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