Uppercut vienen de Ourense, ciudad de funcionarios, jubilados, caciquismo y clima extremo. Pero pasan de todo eso y hacen música que se puede etiquetar como post porque va después de cosas que ya pasaron, como el rock o el hardcore. Si el post-rock y el post-hardcore ya pasaron es un debate más complicado, pero en general su música no incita a reducirla a términos concretos, sino más bien a imágenes diferentes en la cabeza de cada oyente. Su propia biografía parece un cut-up caótico de lo que podrían ser palabras clave para definirlos, como perros, nervios y onomatopeyas rítmicas constantes: “(…) Golpes desde abajo. Se les va la luz amigo. Tócalo alto. Pum pum pum pum. La cuestión es: pum pum y luz amigo. pum gente, amigo, y los perros…”.
Si atendemos a lo tangible, Uppercut son Óscar Vázquez (batería), Carlos (bajo) y David Soprano (guitarra). Comenzaron en 2008, y desde 2013 son miembros fundadores de Discos Porno, el sello ourensano (con otros miembros destacados como Monstruo y Uzumaki) que invita en su lema a prescindir de los autómatas y hacerlo tú, algo que desde luego ponen en práctica. Hasta ahora, sus canciones han sido mayoritariamente instrumentales y en ellas la guitarra trabaja haciendo dibujos de una imaginación desbordante y atmósferas etéreas, mientras el bajo y la batería construyen ritmos gruesos y potentes. A veces, todos se unen para variar las dinámicas hacia lo fuerte apoyándose en riffs de aires stoner o hacia lo suave acercándose a los momentos más relajados de Fugazi.
Sus influencias son dispersas a más no poder. Óscar es un multiinstrumentista de talento que viene del hip hop y el mundo de las orquestas, y se adivina en las estructuras de Uppercut lo juguetón de los discos instrumentales de Beastie Boys. De ahí quizás su gusto por los juegos de palabras para titular sus temas (“Lacones tejanos”, “Técnica de caldo”), algo que tienen en común con Unicornibot. Además, es frecuente que trabajen con la sensibilidad de quien samplea y recojan ritmos del funk o la música latina para aplicarlos a lo que hacen (se aprecia en “Guacamolo”).
De Carlos se comenta que tiene, a pesar de su juventud, una de las colecciones de discos más impresionantes de Galicia entre los aficionados al free-jazz: un enorme póster firmado por Ornette Coleman preside su local de ensayo. David viajó durante años por Europa trabajando en empleos de todo tipo. Entre otras cosas, fue operario en una fábrica de galletas, botones de hotel y camarero en un restaurante erótico. Probablemente de ahí viene el que también titulen con nombres de actrices porno a varios de sus temas (“Holly Michaels”, “S. Grey vs. V. James”), guiñando quizás un ojo a su sello. En esa época pasó largas etapas tocando en la calle y en solitario, por lo que se acostumbró a acompañarse a sí mismo usando loops para crear ambientes y distintos dibujos rítmicos, algo que hoy es una de las señas de identidad de Uppercut: parecen realmente más de tres personas.
Hasta ahora su fórmula se ha concretado en tres cosas. Su primer disco, el LP «Uppercut» (Uppercut, 2012), fue autoeditado digitalmente por el grupo a finales de 2012, previamente a la aparición de Porno, que después lo editó y distribuyó fisicamente. Es ya una cosa seria que muestra la música abierta que ellos hacen. Sus temas se prestan a descripciones pretenciosas de contradicciones: violencia delicada, bonita potencia, cuchillos suaves, etc. Es música ambigua por su riqueza en matices, entre los preciosos punteos iniciales de “Una pieza” y la agresividad final de “Tekepone”. Al no cantar se evita el dirigir las interpretaciones de algo que solo es música y probablemente escapa al control de los propios Uppercut. No es un disco redondo (la producción le resta poderío y no todos los temas están al mismo nivel), pero si un debut realmente prometedor.
En 2013 apareció el split «U+U» (Uppercut, 2013), compartido con los vigueses un ojo a favor de la protectora de animales Os Biosbardos y grabado en directo en el Liceo Mutante por Tuyono Estudios. Incluye “Tekepone”, ya aparecida en su debut, y “Holly Michaels”, parte del siguiente LP «Crujida» (Porno, 2014), con lo cual sirve de puente entre los dos trabajos.
«Crujida» (Porno, 2014) recoge todo lo positivo del disco de debut del grupo y lo lleva un paso adelante en todos los aspectos: mejora el sonido, mejora la composición y especialmente mejora la cohesión del trabajo como conjunto. El penúltimo tema, “Técnica de caldo”, avanza el que puede ser el próximo cambio del grupo, ya que incluye por primera vez letra y voz sin restar un ápice al carácter evocador y ambiguo de su música. Por ahora continuan presentando el disco y explorando su vertiente más punk, que en sus grabaciones solamente se intuye.
David Soprano pone en marcha el proyecto paralelo Abuela Te Quiero! en 2017, con los que edita un primer trabajo homónimo.
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