A tenor de lo que se dijo de ellos, Shit S.A. fueron un grupo de “tíos raros, unos pasados de vueltas, gente que iba contracorriente y cometía toda serie de excesos con todo tipo de substancias y situaciones”. Sirvieron sin duda como alternativa a lo que se convirtió en habitual en la escena punk de los 80 en Barcelona. Su origen tuvo algo de accidental, ya que se formaron casi con la única intención de participar en un festival que se estaba organizando. Se vieron casi forzados a grabar algún tema al aceptar participar en recopilatorios internacionales del momento y su legado ha llegado en realidad hasta nuestros días de la mano de documentos como “Harto de Todo. Historia Oral del Punk en la Ciudad de Barcelona 1979-1987” (BCore, 2011) de Jordi Llansamà y del CD “(1983-1985) The Boski’s Cut” (BCore, 2008), con material de distintas grabaciones y directos, acompañado de un libreto con detalles de la historia de la banda.
Certificado el final de Attak y por tanto el fiasco de entrar a tocar como posible segundo guitarra, Boski comienza a ensayar con Marc García a finales de 1982 en una caseta situada en un cementerio de coches en la carretera de Espluges. Probarían con varios baterías diferentes (el mismo Javier Ribas -Dimony-, batería de Attak, incluido) pero el proyecto no termina de cuajar, sobre todo, cuando, tras un par de ensayos, sufren incluso el robo de la guitarra y el amplificador que dejan guardados en tan precario local. La cosa se hubiera quedado así, como intento frustrado, de no ser que al poco tiempo, a principios ya de 1983, Marc hace saber a Boski que se está organizando una especie de fiesta de carnaval con actuaciones de bandas. Deciden entonces que tienen que participar como fuera en el evento. “Teníamos que montar una banda para hacer algo, así que pensamos en llamar al Wells, que había estado cantando en Ruidos Molestos”, contaba Boski en “Harto de Todo”.
Santiago Casellas –Wells– les conocía a los dos por amigos comunes con los que había militado antes en grupos anteriores y de frecuentar los mismos bares. De hecho es en la barra de uno de ellos, El Corzo, donde contactan con Manel Puges (Clinic Humanoids) proponiéndole lo de poner en marcha un grupo con el que participar en ese carnaval. Accede casi de inmediato con la única condición de ser él el que decida el nombre del grupo: Shit S.A. “El Marc y yo nos miramos e hicimos cara de estar haciendo una concesión acojonante, pero nos las pelaba porque en el fondo no pensábamos montar una banda; simplemente queríamos hacer un bolo y desfasar”, reconocía mucho después Boski.
Con la banda estructurada con Boski a la guitarra y voz, Manel a la batería, Wells como voz principal y Marc al bajo, lo que necesitan, y a toda prisa, es hacerse con equipo y la posibilidad de hacer al menos un par de ensayos antes de tocar. La solución que se les ocurre entonces pasa por Kangrena, el grupo en el que milita Quoque, el hermano de Boski. Eran por tanto, a pesar de la pequeña rivalidad que se estableció entre ambos por aquello de tratarse de grupos con un hermano en cada uno de ellos, la banda ideal en la que apoyarse. Les pedirían el favor, ofreciéndoles a cambio la posibilidad de incluirlos en el cartel de la actuación de aquel día. Kangrena, a diferencia de muchos otros grupos de la época, disponían de una casa en la que vivían todos en El Masnou donde podían además ensayar. Es por ello que, apenas tres días antes del concierto, se presentan allí “para hacer un poco de ruido”. El objetivo es el de confeccionar un repertorio lo más nuevo posible con el que presentarse ante el público. Salen así temas como “Mom’is blooding”, “No music/no life” (compuestos previamente entre Wells y Boski), “Jango Edwards was here”, una version de “Died” de Attak y material preparado de los primeros escarceos entre Marc y Boski en la caseta del cementerio de coches.
Durante el ensayo, que a juicio de Manel supuso el nacimiento de hecho del grupo, también graban muchos de los temas que tocan. Lo hacen en la segunda toma, reservando la primera para acordar lo que dura cada parte y cómo entra cada uno. “Alguno de los Kangrena pulsaba el botón REC de la grabadora y le dábamos caña”, sigue contando Boski en su relato en la información que acompañaba al CD de BCore. El grupo además se venía arriba, tocando cada vez más fuerte y haciendo caso omiso a las indicaciones de sus anfitriones para que paren. Diríase que la intención, más que de grabar nada, era sencillamente juntarse para desparramar. Como resultado consiguen que los componentes de Kangrena cancelen el segundo ensayo que habían acordado inicialmente para el día siguiente.
En el cartel anunciando el evento para el día 12 de febrero de 1983, aparecían los nombres de Dog Clown, Minoría Local, Kangrena, Shit S.A. y Ultimo Resorte, que entraron a última hora por invitación de Kangrena. El local en el que se había organizado el carnaval era un bar llamado Ca I’Ignasi en la zona de Graçia. En el sótano había un almacén que se tuvo que limpiar y acondicionar quitando las cajas de bebidas y metiendo un cable desde la parte de arriba para asegurar corriente eléctrica para la actuación. El apaño fue realmente precario y no se pudo evitar que durante el concierto se fuera la luz en varias ocasiones, cada vez que alguien se tropezaba con el cable y desconectaba la instalación. La actuación de Shit S.A. fue probablemente la más sonada de la velada, y gran parte de culpa la tuvo la decisión que tomó Wells en un momento dado, de pasarse un cable por el cuello y dejarse caer desde lo alto de unas cajas de cerveza. “Saltaron unas chispas de la hostia y todo quedó a oscuras, con la gente chillando y jaleando como si estuvieran viendo un espectáculo de leones y cristianos”, contaba Boski. La versión de Manel de los acontecimientos era muy similar: “Un bolo fantástico; fue un caos brutal. Recuerdo que saltó la luz cuando el Wells se intentó ahorcar de un cable eléctrico. Toda la peña empezó a gritar a oscuras y a intentar chorizar las bebidas que tenían en el bar”. A pesar de todo el revuelo que se levantó, Boski parecía partidario de poner las cosas en su sitio sin mitificarlas injustificadamente al definir aquel evento sólo como “una fiesta privada de Carnaval que se nos fue de las manos”. La calidad de la cinta que grabaron de la ocasión no fue todo lo buena que podría haber sido, ya que la grabadora de cassette utilizada quedó colocada en una posición bastante desafortunada entre la batería y el altavoz del bajo.
Unos meses después del carnaval, ya en primavera de 1983, y animados por la experiencia de ese primer concierto, el grupo comienza a ensayar en un local situado en un sótano de la calle Aldana que la humedad y las pulgas hacían más bien insalubre. Fue por esa época que la banda recibe el refuerzo del saxo de Pep Castells (posteriormente en Skatalà). “Realzaba los ambientes free-punk que nos salían sin querer”, anotaba Boski. Manel por su parte sonaba mucho más caústico: “El Pep vino un día al local y flipamos con lo bien que tocaba. Luego no había manera de quitárnoslo de encima”. Con su apoyo, pero sin el bajo de Marc, que se había tenido que ir poco antes del verano dieron algún concierto como el del centro social de jubilados al que solía ir la madre de Wells para practicar bailes de salón. Shit S.A. lograría poner a bailar a un público de lo más variopinto, ya que se habían mezclado acompañantes de la banda con los habituales del lugar, composiciones de lo más radical, sin que el respetable pusiera pega alguna.
La ausencia del bajista titular se alargó más de lo previsto y el grupo se vio obligado a contar con los servicios de Cassaneuf, amigo desde los 15 años, que a pesar de ser originalmente guitarrista y de no estar demasiado familiarizado con el repertorio de la banda, cubriría con solvencia la baja de Marc. Fue él por ejemplo el que tocó en la actuación de Shit S.A. en la sala Zeleste del lunes 15 de agosto de ese año, 1983. Parece ser que aprovecharon que el encargado de la programación de conciertos del local había flexibilizado la prohibición que se había impuesto para que no tocasen bandas de punk. Poco preocupados por dejar buena impresión con un comportamiento ejemplar, planificaron desde el primer momento el destrozar una televisión en el escenario en lo que tocaban “No te drogues con la TV”. Sin embargo acabado el set de canciones que tenían planeado algo acuciados por los responsables de la sala que les apremiaban a terminar, se percatan ya de vuelta en el camerino de que se les ha olvidado el aparato allí. “A toda hostia lo plantamos sobre el escenario y enchufamos los instrumentos. No recuerdo si el Wells la rompió con una llave inglesa, un pie de micro o con qué, pero sí que recuerdo que la cabrona no se dejaba romper la pantalla, y le costó un huevo conseguir que reventase”. De hecho sólo lo consiguió tras pegarle fuego con una botella de alcohol con la que por poco también se quema él, al mojarse sin querer los ojos. Wells recordaba aquella ocasión como una de las mejores maneras de congraciarse con el portero de la sala, que nunca hasta entonces le había dejado entrar: “Le pegué fuego a un televisor y casi quemo medio Zeleste. Partí la pantalla de la tele con los pies descalzos. A partir de aquel día ya me dejaron entrar. Al portero, que era calvo, le debió impresionar”.
Para comienzos de 1984 ya habían recuperado la formación original con el regreso de Marc. Fue entonces que Ferrán (guitarra entonces en Anti/Dogmatikss) y su hermano Joni D (que llegaría a ser cantante ocasional del mismo grupo posteriormente), al cargo de Anarchi Records, les informan de que el sello alemán Weird System andaba preparando un recopilatorio internacional de punk y les habían encargado buscar bandas interesadas en participar. Como indica el último la relación con algunos de sus componentes viene ya de los tiempos de Attak: “Yo entrevisté a algunos exAttak cuando ya tenían claro que iban a tirar adelante Shit S.A. y allí nació una relación que nos llevó a intentar que fueran la tercera banda de Anarchi Records y, al final, a meterlos en el aquel recopilatorio”. Remolones a pesar de la oferta que se les está haciendo, los componentes de Shit S.A. les responden que no tenían pensado grabar nada, que no era ésa la intención con la que se había formado la banda. Los hermanos insisten indicando que no tenían que preocuparse por el estudio porque eso era algo de lo que se ocupaban ellos, la banda tan sólo tenía que preparar los temas. Aún y todo, todavía mostrarían ciertas reticencias: “Ellos nos dijeron que se encargarían de la grabación y nosotros, como gilipollas, en vez de estar contentos empezamos a discutir sobre el tema de los royalties” decía Boski en “Harto de Todo”. Claramente arrepentido, lo indicaba en similares términos en la retrospectiva escrita para BCore: “Imaginad lo capullos que éramos, que en vez de estar contentos de que alguien tuviera tanta fe en nosotros como para dejarse la pasta, nos pusimos a la defensiva hablando de royalties, no fuera a resultar una especie de timo de la estampita”. Con todo, la banda terminaría entrando en los estudios de Santi Picó que, prácticamente sin experiencia de trabajar con bandas de punk, les advirtió desde el principio que grabar en una tarde iba a ser misión imposible, y que de hacerlo, el resultado sería “una mierda del copón”. Efectivamente tuvieron que volver al día siguiente para añadir “coros y ruidos extraños”, proceso en el que colaboraron miembros de Kangrena y Skatalá. En la sesión quedaron registrados temas como “Fuckin’ Shit”, “Revive tu vida”, “Abortos”, “No music / no life”, “Roure”, “Ponzoñosos gusanos” o “Quique es mi amigo”.
De la misma, los dos primeros se destinaron para el recopilatorio del sello alemán: “Life is a Joke vol. I” (Weird System, 1984) en el que participaron también grupos de Australia, Sudáfrica, Italia, Brasil, Inglaterra, Finlandia o EE.UU. Una de aquellas bandas, los italianos Razzia, compartirían cartel en el casal dels Transformadors en enero de 1984. También utilizaron el tema “Abortos” para otro recopilatorio internacional, el que confeccionó la revista Maximum RocknRoll, el doble vinilo “P.E.A.C.E.” (Maximum Rock’n’Roll, 1984), en el que aparecían asimismo Kangrena. Su participación en dicho volumen se produjo por mediación de Maribel, hermana de Mimo de Subterranean Kids, y que terminaría llevando la programación de Zeleste. Estos recopilatorios constituyeron todo lo que apareció editado en vida de la banda. “Fue una casualidad porque ningún manager nos hubiera aguantado. Nosotros pasábamos de todo”, decía Wells.
Ferrán y Joni D invitarían también a finales de enero de 1984 al grupo a tocar en la fiesta del fanzine NDF en la sala Zeleste, pero a pesar de estar anunciados, Shit S.A. no llegarían a actuar por los disturbios protagonizados por el público antes de que empezasen a tocar: “Dos micros, un pie de micro, un par de mesas y varias sillas rotas” fue el parte de guerra. A mediados de ese mismo año, sin embargo, se producen dos de las pocas actuaciones de la banda fuera de la Ciudad Condal, en concreto en Granollers y en un festival celebrado en Zaragoza. Precisamente para desplazarse a la capital maña tuvieron que ir a buscar a Wells a su casa. Boski, que iría con él en talgo, tuvo que meterlo en el tren en calzoncillos. El cantante apenas recuerda detalles concretos de aquella actuación que dieron en un pabellón polideportivo todavía a medio construir; sólo haberse dirigido directamente a un bar nada más cobrar por el concierto y gastarse todo invitando a los parroquianos allí congregados.
Llega un momento en el que Manel quiere dejar de tocar la batería porque le supone demasiado esfuerzo. Reclutan entonces a Bolo (Frenopaticss y posteriormente en varias bandas como Subterranean Kids), testigo y protagonista activo de casi todo lo que se cocía por entonces en los 80 en Barcelona, y que conocen del bar Fantástico y de verlo entre el público en sus conciertos. Con él a la batería y Manel como segundo guitarra, el sonido de la banda cambia, en concreto la velocidad (mucho mayor ahora) con la que tocaban: “El Boliche nos aceleraba a todos, haciendo que nos centrásemos más en lo que eran las melodías y los ambientes, pues para el ritmo ya se bastaban él y el Marc”. El fichaje para las baquetas contaba tiempo después acerca de la razón de esta transición una vez que se produce su entrada en Shit S.A. justo cuando los norteamericanos MDC fueron a tocar a Barcelona. “Ya estábamos escuchando a bandas americanas como DRI y Poison Idea o suecas como Shitlickers o Anti-Cimex, todo más duro, más agresivo”.
Una muestra de la misma es el concierto al final de octubre de 1984 en la sala Zeleste. A tenor de lo que escribe Boski, no fue de todas formas, su mejor actuación: “El Boliche y el Marc eran los únicos que controlaban. El Manel y yo aún nos pisábamos las guitarras a uno a otro”. En aquella ocasión interpretaron “Bolinga”, que luego entraría a formar parte del repertorio de Skatalà. En la misma sala llegarían a tocar con Pete Shelley, el líder de los Buzzcocks, al que atemorizaron en los camerinos al dar buena cuenta de la barra libre que se les había preparado allí.
En 1985 Shit S.A. trasladan su campamento base a un local compartido con L’Odi Social, situado en la calle de les Mosques. El lugar era pequeño y estrecho, y los conciertos improvisados que allí hacían para los colegas que iban a verlos terminaban interrumpidos por la Guardia Urbana, que tras constatar que se estaban excediendo los decibelios permitidos interrumpían la música. “Y nos metían una multa… que no pagó nadie nunca, creo yo. Yo al menos no pagué ninguna. Era una pasta, unas 25.000 pesetas”, recordaba Boski. En marzo de ese mes grabarían con un radiocasete enorme, aprovechando el micro que llevaba incorporado, una serie de temas de los que constituían por entonces su repertorio. La cinta, que circularía bajo el nombre de “Más Sucio no Puedes Ser” (1985), tiene amortiguaciones repentinas en el sonido debidas a que alguien se cruzaba entre la banda y la grabadora. Con colaboraciones a las voces de los bajistas de L’Odi Social y de Skatalà, tenía títulos como “Stop viejas”, “Cagando y vomitando todos a la vez”, “Fuckin’ shit” o el ya mencionado “Abortos”, en cuya letra decían: “Mamá, mamá, no me dejes salir / cósete el coño para no parir”. La maqueta ponía de manifiesto cómo el cambio de batería se había traducido en una aceleración considerable en su música.
El grupo daría un concierto en verano de 1985 en la Plaza Cataluña con Decibelios antes de disolverse finalmente. Bolo tiene presentes todavía algunos detalles del evento: “No recuerdo si fue el último concierto o no. En el cartel se equivocaron y pusieron Ship S.A. Tocar en un sitio tan céntrico y con la plaza a rebosar, abriendo el concierto, fue entre gracioso y excitante. Versionamos ‘Fighting in the streets’ de los Cockney Rejects y me encontré con algunos de los primeros punkis valencianos que conocía ya rapados”.
Preguntado sobre el final de la banda, Bolo, prudente como suele a la hora de marcar claramente su llegada tardía a su formación indica: “Tensiones supongo… Yo fui el último en entrar y ya había algunos malos rollos pululando por el ambiente”. Boski refrenda esa versión: “Shit S.A. acabó por rebotes y piques personales (…) Al final no hacíamos bolos y dejamos de ensayar”. Manel ya había puesto en marcha Skatalà en el momento de deshacerse la banda y fue allí donde centró sus esfuerzos.
Es con la digitalización de los temas extraídos de las cintas con grabaciones de la banda que hace Boski a principios de 2007 con idea de pasárselos a Wells, desplazado por entonces a las Islas Canarias, con lo que se empieza a gestar la recuperación de material de Shit S.A. Por aquellas fechas el guitarra recibe la llamada de Jordi Llansamà (fundador en 1990 de BCore) interesado en hablar con él de los 80 para la elaboración de su libro “Harto de Todo”. En su encuentro Boski le entrega el CD para que se hiciera una idea de la música de la banda. A los pocos días vuelven a hablar y es entonces que se acuerda la edición de una versión reducida, por cuestiones de espacio, en la que se publica aquello de mejor calidad.
Shit S.A. lograron dejar su impronta en la escena de Barcelona, sobre todo por su actitud, diferente al resto: “grupo punki al que todos los otros punkis de Barcelona miraban de forma dierente (…) De hecho mucha gente no nos consideraba punkis” escribía Boski. No llevaban las pintas habituales que se le suponía a un grupo de sus características: no tenían “crestas, imperdibles o pantalones escoceses”. Pero por el contrario tenían costumbre de hacer gala de extravagancias de todo tipo, como la de pasear por la calle “con un pijama rosa de dibujitos infantiles y una auténtica mandíbula inferior humana colgada del cuello”.
Siempre cercano a ellos, Joni D. reflexiona sobre la banda: “La originalidad de Shit S.A. radicaba en todo lo que los envolvía, en lo musical, en lo literario (letras) y en lo estético. Eran punks que no seguían la moda punk. Creo que iban mucho más allá de lo que pudiéramos ir ninguno de los otros punks de aquellos años. Eran más personales, eran Shit S.A. y no tenían ningún complejo por no aparentar ser punks y por hacer música que iba más allá de los tres acordes-estribillo-tres acordes”. Manel rememoraba: “Los Shit S.A. estábamos bastante aislados. Éramos como una peña y no íbamos con todos los grupos. Además éramos más mayores y no íbamos disfrazados de punkis con las cadenas”. Wells guarda su particular visión: “Los Shit S.A. éramos bonzos (…) A saco con todo, una descarga de energía. No éramos punks, éramos kamikazes de la vida”. En el aspecto técnico, es Boliche el que traza la trayectoria de la banda de forma cronológica: “Los temas del principio me parecen más emblemáticos. Al acelerarlos en plan hardcore empezamos a sonar mucho más similares a otras bandas. Shit S.A. al principio eran muy creativos, las letras de Wells eran súper buenas, muy identificativas de la propia banda. Tenían mucha personalidad (…) Es una banda a la que creo que no se le ha hecho justicia”. En conversación con el batería nos responde: “Siempre hay un antes y un después y Shit S.A. ya estaban desde el principio. Quizá pasaban más desapercibidos porque iban vestidos de una manera más normal que nosotros, los más jóvenes en aquel momento, sin chupas de cuero, tachuelas…, pero tenían toda la actitud y un agujero enorme en el estómago, porque no sé dónde les cabía tanta cerveza. Supongo que al escuchar otro tipo de música y bandas hizo que su estilo fuera más personal, o eso me parece, sonaban frescos y personales”.
Comentarios