Es mucha la experiencia que atesora Fela Borbone en el arte de la fabricación casera y artesanal de sus propios instrumentos. Ya desde sus comienzos en tierras asturianas con el dúo que formó con un amigo, tocando una guitarra que él mismo confeccionó con unos palos en cruz y una sola cuerda (“Eramos malísimos, peor todavía que Ulan Bator Trío”) o Hipo-Huracanados, la constante siempre fue la de construirse los instrumentos con los que tocar. Aunque en repetidas ocasiones dijo verse obligado a ello por la falta de dinero, seguramente primó mucho más la habilidad que de siempre mostró para estas labores, en las que se combinaba la utilización de materiales desechados y electrónica básica. Se confiesa autodidacta, con antecedentes familiares de talleres electrónicos de los que sin duda aprendería los rudimentos necesarios para construir, reponer y reparar las guitarras y bajos utilizados.
De esta guisa confeccionó el material básico con el que hacer música cuando, una vez que él y Paloma Borbone se fueron a vivir a Valencia, formaron el núcleo de la saga Borbone: los grupos Royal Canín, Ulan Bator Trío y Los Borbones. Estas tres bandas fueron, en realidad, diferentes nombres para tríos en los que Fela se encargaba de guitarra y voz, Paloma del bajo y coros, y la batería era cosa, bien de Manolo Borbone o de Lourdes Borbone cuando el primero tenía que abandonar el grupo por cuestiones laborales. Con todos ellos hizo rock and roll, punk-rock crudo, que resultaba aún mucho más sucio por los tintes que las piezas de luthiers del siglo XX conferían a sus composiciones. Con Ramones y los Cramps como referentes, facturaron canciones de letras escatológicas, con abundantes referencias a monstruos y criaturas demoníacas habitantes de sótanos y oscuridades. Grabaron sólo con Ulan Bator Trío, dos sencillos –“Stereo Hi-Fi” (Alehop!, 1996) y “Bailando el Caga Traga” (Alehop!, 1997)– y un larga duración: “Vinilísimo” (Alehop!, 1998). De Royal Canín sólo quedó alguna cinta cassette y de Los Borbones algún tema como contribución a recopilatorios.
Converso convencido de este tipo de fabricación electrónica publica su “Rock and Roll por el Puto Morro”, un manual indispensable para todo interesado en este tipo de técnicas. Uno de ellos es Olaf Ladousse, miembro de Solex y cerebro del combo experimental Los Caballos de Dusseldorf, laboratorio de pruebas de sonidos emitidos por juguetes y cacharros similares modificados electrónicamente: los doo-rags. El manual, editado de modo similar a un fanzine, y vendido entonces por unas 200 pesetas de la época, explicaba cómo construirse un bajo como el de Sid Vicious, o cómo ejecutar el que denominó “pedo de Satán”, mediante pellizcos de las cuerdas de una guitarra a las que se intercala una pila o generador antes de alcanzar el amplificador. Auténtica biblia con la que demostrar que para hacer rock and roll, basta con un poco de ingenio, sin que haga falta gastarse grandes cantidades de dinero en instrumentos de primerísima calidad.
Extinguida la llama de estas formaciones, Fela se lanza a una carrera en solitario bajo el nombre de Felón y su Mierdofón. Y es que para entonces ha sofisticado los aparatos musicales que construye hasta límites insospechados: ha diseñado un dispositivo al que llamará mierdofón, formado por un ordenador Amstrad CPC 6128, un modelo ya anticuado de 8 bits y 128 K de memoria RAM, que en los 80 pobló la Tierra, en lo que a computadores personales se refiere, junto con otros especímenes similares como el Commodore o ZX Sinclair Spectrum. Este dispositivo se encarga de tocar instrumentos de percusión (latas, bidones y bandejas) mediante pequeños bastoncillos impulsados por electroimanes, emitiendo además una serie de pitidos. Para rematar incluía luces y monitor. El software que controla todo este despliegue consiste en un programa en BASIC y código máquina al que Fela bautizó como Brasatrón. Puede además descargarse gratis desde su myspace ya que es útil para hacer música independientemente del mierdofón.
Además, Fela toca una “superguitarra”, marca de la casa, que está dotada de dos pastillas formadas con bobinas de relé e imanes de neodimio (extraídos de una unidad de disco duro), una de las cuales está situada especialmente cerca del puente del instrumento. Tal y como lo describe el artista, el resultado global podría calificarse de “pachanga roboroquera”. Lo ha presentado en sociedad en más de una ocasión en foros de electrónica casera, no especializados necesariamente en cuestiones musicales, aportando todos los datos prácticos posibles. A nosotros, no sin cierta emoción propia del padre de la criatura, nos completa la descripción de las diferentes versiones o generaciones de mierdofón: «La primera pesaba mas de 150 kilos, era complicada de montar y transportar. Las baquetas eran accionadas por una combinación de motor eléctrico y solenoide. A los pocos meses vino la segunda, 26 kg con maleta. Las baquetas eran controladas por electroimanes. Y en el 2009 llega la versión mas ligera y plegable, unos 18 kg con maleta. Las baquetas son accionadas por cabezas de disco duro. Los mierdofones son cada vez mas feos, pequeños y suenan peor, siguiendo las tendencias de la industria«.
Para los amantes de las fechas, Fela nos concreta el momento concreto en el que se produjo su debut en solitario: «El primer concierto con el Mierdofón lo dí en el 2º Dracula Funtastic Carnival (precisamente el festival organizado por su compañera de aventuras musicales Paloma Borbone), en Otoño del 2006, con el primer prototipo que aún no estaba terminado, y las canciones a medio ensayar«.
Saca con Alehop!, en 2008, un sencillo de cuatro canciones “La Alegría de Cantar” (Alehop!, 2008) grabado en Gijón en los estudios de Jorge Explosion (Doctor Explosion), con la colaboración en la producción de Mike Mariconda. Fela conoce a Jorge desde hace tiempo y según nos cuenta, su estudio, Circo Perrotti, «es uno de los más reputados estudios de grabación vintage de Europa«. Trabajo que muestra a Fela en plena forma, con todo el espíritu e intensidad de etapas anteriores -de hecho incluye una versión del tema “Fuego en las cloacas” que grabó con Ulan Bator Trío en el sencillo “Bailando el Caga-Traga”-, con momentos especialmente duros como “Dinero por el culo”.
Pero quizás destaque este trabajo por contener el tema con el que Fela se presentó como candidato para representar a España en el concurso de Eurovision de 2008. Ese año, para disgusto de muchos seguidores puristas de dicho certamen, el representante español se iba a decidir por votación popular, y Fela, ni corto ni perezoso presentó sus credenciales y el tema “La alegría de cantar”, que da además título al sencillo publicado. La canción, con una sospechosa dosis de pretendida felicidad simplemente por ver salir el sol, ciertamente se ajusta a los parámetros que uno esperaría para este tipo de competiciones, pero al modo y presentación de alguien que ha pertenecido a la saga Borbone.
Se confeccionó un video de presentación de la canción, se diseñó un logo mediante un fichero .gif animado, pero no se consiguió ganar: Fela quedó en el puesto 128 con 1755 votos, por delante de grupos como La Monja Enana (que recibió 615 votos), pero por detrás de Los Petersellers (que fueron los 105 con 2476 votos), La Terremoto de Alcorcón (que fue la 79 con 3952 votos), La Prohibida (la 34 con 10973 votos), L-Kan (duodécimos con 25974 votos) o La Casa Azul (que quedaron los segundos con 67706 votos). ¿Una propuesta la de Fela demasiado irreverente para tan “insigne” concurso? Bueno, el ganador ese año fue Rodolfo Chikilicuatre, y su “Baila el Chikichiki” que se llevó casi 110000 votos…
Superada la decepción, Fela sigue engrosando su repertorio y continúa con su apretada agenda de conciertos, no sólo aquí sino en giras por el extranjero. En una de estas últimas, por Alemania y Bélgica, coincidió con su banda amiga de Los Caballos de Dusseldorf, con la que compartió medio de locomoción durante el tour. Ante nuestra curiosidad al respecto de los escenarios que le han visto actuar más allá de nuestras fronteras, nos desgrana jugosos detalles de sus andanzas europeas: «La segunda version del Mierdofón ya podía viajar en avión, y lo construí expresamente para actuar con el grupo de teatro Holandes Odd Enjinears en el festival Feest ad Werf (Utrech). A partir de entonces suelo ir a tocar dos o tres veces al año a ese pais, ya sea en festivales como el Sleaze Fest o en antros locales. Este año le ha tocado a Alemania aguantarme como ‘banda de la casa’ en el bar Wowsvile (Berlín) y colaborando an algún festival como Sandbox o 48 Stunden Neukoln, con éxito apocalíptico«.
A la espera de nuevo disco, nos adelanta que tiene ya grabadas algunas canciones de sugestivos títulos: «Me corro en las patatas«, «En tu cabeza«, «Fiesta si, fiesta así«, «Raro como el coño de una ornitorrinca«… y otros que aún no tienen nombre. Probablemente salgan en otro sencillo, pero nos dice no tener prisa alguna en editarlos. Así las cosas, ir a verlo en directo es de lo más recomendable, aunque a tenor de lo que manifiesta en su myspace a lo mejor, no hace falta que te desplaces: anuncia próximo concierto en tu casa el día 28 de diciembre. Agárrate.
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