Family Folks es una formación viguesa que es su propias palabras hace “folk cósmico, rock de raíces y gasolina para el alma”. En ella nos encontramos a Bosco Hill (voz, guitarra 12, banjo, ukelele, mandolina, dobro, violín), Rubén Xuarez (voz, guitarra eléctrica, guitarra acústica, banjo y mandolina), Jorge Lorre (voz, bajo), Rufus ‘El Guarro’ (voz, batería, percusión) y Xabier Vieitez (teclados).
Se trata de un proyecto en el que participa mucha de la vieja guardia de Vigo y alrededores, con músicos provenientes de bandas como Foggy Mental Breakdown, High SierrasAñade este contenido, The Allnight Workers… “En Vigo y otras localidades de la provincia siempre ha habido mucha interacción e inquietudes entre miembros de distintas bandas, algo que ha propiciado un enriquecimiento a todos los niveles de la música que se factura desde aquí. Simplemente tomando como referencia por ejemplo a los músicos que han pasado por Foggy Mental Breakdown –la banda con la comencé en esto allá por 1991, prototipo de grupo seminal– se llega tirando por uno u otro hilo a formaciones como Merry MelodiesAñade este contenido, Trem FantasmaAñade este contenido, Los Tres Sudamaricones, Brandell Mosca, Eladio y los Seres Queridos, Killer Barbies, High Sierras, Transilvanians, The Soul Jacket, Camarada Nimoy, Modulador de Ondas, Vindaloo Rockets, Las Bo Derek’sAñade este contenido o Siniestro Total, por citar algunas de las más representativas. Si a eso le sumamos los proyectos de Jorge Lorre y Rufus El Guarro, aún se abre más el círculo (The Allnight Workers, Hijos Bastardos de Peter Lorre, Dead Wood, Los Wavy GraviesAñade este contenido…)” informa Rubén.
“Teniendo la increíble fortuna de estar rodeados de músicos fuera de serie aquí en Galicia, y siendo aún más afortunados de tener a muchos de ellos entre nuestros amigos, desde que empezamos Family Folks hemos querido potenciar ese espíritu de colaboración, esa promiscuidad musical; y cada persona que se apunta a acompañarnos en conciertos y grabaciones nos aporta matices que no encontraríamos en una formación más rígida, aparte de lo que disfrutamos escuchando y aprendiendo de las diferentes colaboraciones. Es muy enriquecedor, y un estímulo para seguir creciendo como músicos” apunta Bosco.
Todo comienza en la playa de Samil en 2014 como nos cuenta Bosco, “Family Folks nace de un encuentro fortuito, en la playa de Samil, en verano de 2014, entre Rubén y yo, aunque previamente ya nos conocíamos de conciertos y juntanzas nocturnas. Como melómanos incurables que somos, nos pusimos a hablar de discos y más discos, y la química hizo el resto. Teniendo nuestras respectivas bandas inactivas en ese momento, nos propusimos quedar para quitar telarañas a los instrumentos, y en seguida empezaron a surgir canciones. En Abril de 2015 dimos nuestro primer concierto, en formato dúo, y a partir de ahí, todo empezó a crecer sin parar”.
Rubén recuerda que “todo surgió y fluyó rápidamente: empezamos montando versiones de Bob Dylan, Tom Waits, Dave Van Ronk, Grateful Dead o William Elliott Whitmore entre otros, y al poco tiempo nos vimos inmersos en una abundante cosecha de temas propios, la mayoría de los cuales acabarían en nuestro disco debut”.
En cuanto a sus influencias, Bosco afirma que “en conjunto, tenemos claras las referencias e influencias: Reivindicamos sin pudor a Ronnie Lane Slim’s Chance o la ‘Rolling Thunder Revue’ de Bob Dylan como precursores del espíritu Family Folks. Ya a nivel individual, las influencias son más variadas, pero complementarias. En mi caso hay artistas como Tom Waits, Nick Cave, Odetta o Mark Lanegan que llevan acompañándome muchos años, lo que entiendo que acaba por influenciarte de algún modo, independientemente del estilo musical que practicas…”. Por su parte, Rubén indica que “no podría dejar de citar a Beatles, Rolling Stones, Byrds, Gram Parsons, Neil Young, Dylan, Kinks, Roky Erickson, Lou Reed, Love, Ben Vaughn, Nikki Sudden, Flamin´ Groovies (y mil más) que han estado siempre entre mis favoritos”.
Su primera grabación “All the Lost Causes” (Gaztelupeko Hotsak, 2016) es un trabajo brillante que destaca por un intimismo que desprende calidez y sencillez. “’All The Lost Causes’ fue un caos maravilloso. Nuestra intención inicial era grabar un disco sencillo, a dúo, tipo folk neoyorquino de los sesenta, e incluyendo alguna colaboración puntual, algo que se nos fue completamente de las manos… Cuando nos quisimos dar cuenta, teníamos a trece músicos participando en el álbum. Tuvimos la ayuda de Mauro Comesaña (The Soul Jacket), que, aparte de incluir gran parte de la percusión del disco, ejerció de director artístico, y Óscar Liboreiro, que con su infinita paciencia, consiguió cohesionar el puzzle que habíamos montado” explica Bosco. Rubén, por su parte, afirma “coincido con Bosco, en lo de que si realmente había un concepto inicial (aunque cada uno de nosotros seguramente tenía una idea diferente pero no excluyente), al entrar las colaboraciones en juego, acabó sonando totalmente diferente. Lo único que teníamos claro es que el disco debería permitirnos defenderlo en directo sin demasiadas florituras, ya que por aquel entonces seguíamos siendo un dúo, por ello le pedimos a Óscar que las cuerdas y las voces predominaran, aunque al final vistos los muchos matices aportados por los invitados, decidimos que al carajo, que eso había que aprovecharlo y finalmente sin buscarlo acabamos convirtiéndonos tras la grabación del segundo disco en una banda de cinco miembros”.
En su segundo LP, el doble vinilo “The Anvil Sea” (Gaztelupeko Hotsak, 2018), se percibe una clara evolución, con ecos psicodélicos y celtas. Bosco explica esta evolución: “Al unirse Jorge y Rufus el Guarro (Los Wavy Gravies, Dead Wood) como sección rítmica fija, y al poder contar con Xabier Vieitez (The Soul Jacket) en más canciones, el sonido es más compacto que en el primer LP; y al contar nuevamente con Oscar a los mandos, pudimos dotar a las canciones de texturas más complejas. Además, contamos con instrumentos y arreglos diferentes a ‘All the Lost Causes’, y se perciben otras influencias con claridad: tradicionales gracias a la zanfoña de Javi Casmans (Dead Wood), o experimentales gracias al theremin de Paulo Pascual (Modulador de Ondas), por poner algún ejemplo”. Rubén, por su parte, indica que “Al igual que con ‘All the Lost Causes’, para ‘The Anvil Sea’ tampoco había un guión previo, excepto que en esta ocasión ya éramos un cuarteto y las canciones estaban construidas desde una base acústica a la que Jorge y Rufus le ensamblaban una línea rítmica. Algunos de sus temas (‘Rainy monday morning’, ‘For a while’, ‘Hell ‘O’ Hell’) fueron interpretados por primera vez en el estudio, en un intento de aprovechar al máximo ese momento del que disponíamos para grabar. Finalmente nos encontramos con catorce temas propios a los que añadimos dos que se habían quedado fuera del primero disco por falta de espacio físico en el vinilo. Hablamos con nuestro sello Gaztelupeko Hotsak sobre la posibilidad de editar un disco doble para poder sacar todas las canciones en vinilo sin tener favoritismos con la edición CD, ¡y accedieron! Las bases rítmicas se grabaron en la casa rectoral de Nantes (Pontevedra) y en diferentes momentos y lugares fuimos luego completando el puzzle con el resto de instrumentos y voces, y por último las colaboraciones”.
Con respecto al futuro, Bosco nos da pistas, “hemos grabado un par de canciones para un single compartido con el músico inglés Tim Holehouse, y estamos ensayando canciones para lo que será nuestro tercer álbum, en el que queremos girar a un sonido más directo y eléctrico, aprovechando la compenetración que hemos alcanzado como quinteto. Nuestra idea es acercarnos más al rhythm & blues, al rock ‘n’ roll, al soul; facturar un disco más crudo y sencillo, más similar a nuestro sonido en directo, aunque vistos los antecedentes, no podemos asegurar nada…”. Rubén apunta que “la incorporación de Xabier Vieitez (teclados) como miembro oficial –aunque como colaborador está en los dos álbumes que tenemos editados– nos ha llevado a una tendencia más eléctrica, en la que el banjo y la mandolina siguen presentes pero en menor cantidad de temas. Seguimos sorprendiéndonos a nosotros mismos cada vez que uno enseña una canción nueva al resto, y eso hace que el futuro esté muy abierto. Creo que ser imprevisible es algo muy positivo en nuestro caso”.
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