Paulo Pascual Castro tiene una amplia trayectoria en bandas como Foggy Mental Breakdown o Camarada Nimoy. Hace unos años se volcó con el theremin y puso en marcha este proyecto personal llamado Modulador de Ondas… “Me acerqué a él por primera vez hace años a través del cine, escuchando las bandas sonoras de películas como Spellbound, The Day the Earth Stood Still, Ed Wood, etc. Me compré uno pequeño y experimenté mucho, aunque lo usaba de manera muy puntual en una banda en la que tocaba. Con Camarada Nimoy me hice con un Moog y la cosa empezó a mejorar, empecé a trabajar más su lado melódico y cobró más importancia en el grupo, pero realmente fue en 2016 cuando empecé con mi proyecto de Modulador de Ondas cuando me volqué a estudiar y aprender el lenguaje del instrumento y su técnica, que es tan difícil como gratificante. Encontré en mi camino un instrumento estupendo para las melodías solistas de mis composiciones instrumentales, tanto que di el paso de comprarme otro modelo más avanzado construido a mano por un luthier alemán (Dominik) volcarme a estudiar en él y hacerlo el protagonista de mi primer LP en solitario”.
Con respecto a las influencias que marcan su sonido, Paulo comenta que “estoy en un momento que no racionalizo demasiado cuales son los ingredientes de esta aventura, me dejo llevar por un río que me va dejando en muchas orillas conocidas y desconocidas. Me funciona mejor y me da más satisfación esto que marcar un itinerario previo para hacer una ruta. De todas maneras, todo lo que uno escucha, funciona como influencias, sería ingenuo no reparar en esto. Creo que me ha marcado mucho por ejemplo el disco ‘An Electric Storm de White Noise’ (Delia Derbyshire, Brian Hodgson y Mark Jenkins) la electrónica de Messer Für Frau Müller, los discos en solitario de Leonard Nimoy, los maravillosos sonidos y atmosferas de Timber Timbre, el surf pop contemporáneo de bandas como La Luz, las melodías de los Growlers, la psicodelia de The Entrance Band, el minimalismo de Yann Tiersen, las aventuras sónicas de la Tropicalia (ya desde sus inicios con O’Seis) el colorido y exótico mundo de Lex Baxter, Martin Denny, etc y he escuchado de chaval muchísimo a los clásicos -Kinks, Beatles, Stones…-. Una vez me contaron que cuando soñamos, las caras de las personas que vemos, nunca son inventadas, siempre son los rostros de la gente a la que vemos, vimos, o simplemente nos cruzamos un día por la calle y después no reconoceríamos, pero en nuestra cabeza, en los sueños ahí están. Creo que con las influencias musicales pasa algo parecido a la hora de componer.
Tengo una visión de la música muy cinematográfica, cuando grabé temas con la acústica y slide me sentía como dando un paseo por una de las guapas localizaciones de ‘Doctor en Alaska’ por ejemplo 🙂 me influyen series, películas, paisajes… muchas cosas además de otros músicos”.
En 2018 llega su primer trabajo, “Planeta Theremin” (Autoproducido, 2018). Un disco que llega tras una grabación intensa, “vino en un momento de nuestra vida alucinante, el embarazo de María y la llegada a este mundo de nuestra adorada Iris. Pensar en la grabación de ‘Planeta Theremin’ es pensar en esto, estuvo muy unido. Estoy convencido que mucha de la luz que tiene este trabajo viene de ahí. Fueron sesiones a veces duras, y no siempre podíamos finalizar lo que queríamos y había que adaptarse a las horas libres. El técnico de sonido Alber, nunca había grabado un theremin y eso fue muy bueno, no hubo ningún tipo de concesión en temas de afinación, se trató como si fuese otro instrumento. Alber me exigió más que yo y eso lo agradezco ahora cada vez que escucho el disco”.
Tanto en el directo, acompañado por Macarena Montesinos (violonchelo) y Uxo Pousa (theremin), como en el disco, hay diversidad de instrumentos como el chelo, guitarra acústica… lo que permite generar atmósferas ricas en texturas… “Después de haber estado dando conciertos sólo con mi guitarra, theremin y loopstation decidí grabar el disco con colaboraciones puesto que no me atraía la idea de limitarme en exceso por el formato que fuese a llevar después, y creo que fue un acierto. De hecho, la idea de llevar estos temas al directo en formato trío ha salido después, la instrumentación va a ser diferente a la del disco y eso me parece muy interesante.
Sin quererlo me di cuenta después de que no hay ningún otro disco editado en el estado que tenga esta instrumentación y que integre así un theremin con otros instrumentos, espero que aparezcan más y se normalice su uso, que no se asocie únicamente a ‘sonidos raros, de extraterrestres, etc.’ ( y lo dice un fan de la temática espacial). En el disco, el 80% es guitarra y theremin, aunque sí, trato siempre de generar texturas con color, aunque sea con cosas muy simples. Ahora en directo esto va a ser distinto; es maravilloso tocar con una chelista de la altura de Macarena Montesinos y con un thereminista con el talento y técnica como es Uxo Pousa”.
Javier Diez Ena editaba unos meses antes ‘Theremonial: Dark & Exotic Theremin Music’ (Discos Alehop! / Beat Generation, 2017)Añade este contenido, dejando claro que en nuestro país cada vez tiene más peso este instrumento… “A nivel internacional está en un proceso de expansión, sí. Internet sirvió para que los pocos thereministas que había en el mundo supiesen unos de otros. Echo en falta quizás que haya más músicos con proyectos propios que interpretes, como pasa con los demás instrumentos. Javier Diez sacó su disco cuando yo llevaba un tiempo tocando temas en formato unipersonal, con una loopstation y las visuales de mi compañera María. Fue una sorpresa agradable saber de un thereminista en España que editaba un disco en solitario. Además, lo que me parece muy interesante es que tras la escucha de tan sólo 10 segundos del ‘Theremonial’ de Javier y de ‘Planeta Theremin’ cualquiera puede comprobar que no hay parecido alguno: esto es una gran prueba de las muchas posibilidades que tiene este instrumento. En España no hay muchos thereministas, casi contados con los dedos de una mano. Mi experiencia es que en directo la gente lo aprecia muchísimo, de hecho es alucinante que siga sorprendiendo tanto y que te vengan a preguntar mil cosas sobre él después de una actuación siendo un instrumento electrónico de principios del siglo XX. No me quiero imaginar lo que pasaría por la cabeza de la gente de la unión soviética cuando en los años 20 del siglo pasado veían a Léon Theremin tocarlo delante de ellos demostrando las ventajas de la electrificación en aldeas sin luz”.
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