Digámoslo de primeras para que nadie se lleve a engaño. A este «Fiesta» (Elefant, 2011) se le pueden achacar los mismos pros y los mismos contras que a su debut «Romancero» (Elefant, 2009). Es un paso más en la carrera de La Bien Querida donde sigue alternando grandes aciertos -«Hoy» es un auténtico temazo- con otras canciones donde las influencias se le notan demasiado, por ejemplo las atmosferas planetarias de alguno de los temas.
Entonces los mismos que criticaban el trabajo en materia de arreglos de David Rodríguez (Bach is Dead, Beef, La Estrella de David, Telefilme) sobre los temas maqueteros pues seguirán haciéndolo, ahí tienen «Monte de piedad» como argumento; y los que achacaban de pueriles las letras pues más de lo mismo. Pero si las analizamos sí podemos presenciar a una Ana más fuerte, con más seguridad, que se contrapone a la fragilidad del primero.
Por mucho que el álbum se llame «Fiesta» (Elefant, 2011) la verdad es que este segundo trabajo de la bilbaína, si hablamos en términos generales, no es demasiado alegre que digamos. Sí hay temas bastante animosos, «La muralla china» el tema más pop del lote, «Me quedo por aquí» o esa especie de vals con aires de ranchera con el que La Bien Querida cierra el álbum, «Lunes de Pascua«, son ejemplos claro de ello.
Pero si tenemos que destacar algo es el fuerte inicio del álbum. Cierto es que son los temas más continuistas, pero el inicio con «Noviembre«, el gran hit del disco “Hoy”, y «Queridos tamarindos«, con ese aire rumbero desenfadado, son tres bazas ganadoras. En estas dos últimas cuenta con la ayuda de Mohamed Soulimane que toca el violín árabe. Mohamen también colabora en la flamenca «Cuando el amor se olvida» con claro deje planetario.
Del resto del disco destacar “Monte de piedad”, tema rescatado de la maqueta, aquí transformado en una especia de saeta donde Ana está acompañado por la por banda de L’Escola Municipal de Música Mestre Montserrat; «En el hemisferio austral» con sus ramalazos noise donde se nota la mano de David; o “Sentido común» que recuerda bastante a Nosoträsh.
En definitiva, un segundo paso que continúa la senda abierta con su primer disco, que hace mantenernos expectantes para futuras entregas. Le seguiremos esperando.