Canciones de Amor para Enfermeras Psicópatas

Canciones de Amor para Enfermeras Psicópatas

Para su segundo disco, Donantes Sanguinarios recurren a Rojo Sangre Records, o lo que es lo mismo, la aventura discográfica recién iniciada por Valeria (Gruppo Paralelo, Sagrada Familia) y Monje (Larsen, Sagrada Familia). La conexión es grande porque además de que Jorge (bajo) tiene un hermano, Arturo, en Gruppo Paralelo, el excantante de Larsen ha colaborado en alguna de las canciones de Donantes Sanguinarios.

Grabaron en verano de 2010 en los Blood Out estudios y mezclaron en el Patetik Punk Grabation de Javi Infexion.

Repitieron la cruz sangrante en la portada, y se permitieron, para la galleta del CD, adaptar al Jack Lemmon del vaso de leche de los Siniestro Total de «Siniestro Total II (El Regreso)» (DRO, 1983), con tonos sangrientos.

Y es que nunca han negado los madrileños la inspiración en los gallegos para alguna de sus letras. Es cierto que por ejemplo su «Asesino de enfermos terminales» parece rendir cierto tributo al «Encuentros en la tercera edad«, precisamente del ya mencionado segundo LP de los de Vigo, en el que el protagonista se aprovechaba hasta de la pensión de viudedad de los ancianos. Pero Donantes Sanguinarios endurecen bastante la vertiente musical.

De hecho, es casi más a La Polla Records a quienes recuerdan en muchos de los cortes de este «Canciones de Amor para Enfermeras Psicópatas». «No sabes qué hacer«, «New York» o «Cicatrices» retrotraen a los de Salvatierra, cuando entraron en su faceta algo más dura, desde aquel «La Polla Records» (Ohiuka, 1992).

A diferencia de su primer disco, Donantes Saguinarios han dejado de lado la claqueta, y sus cortes fluyen, además de algo más duros, bastante más frenéticos. En «Madre paranoia«, la canción con la que abren las hostilidades se acercan a maneras como las de Subhumans. La canción tiene aires de rezo, en un comienzo similar en lo que a referencias religiosas se refiere, al de «Donantes Sanguinarios» (Donantes Sanguinarios, 2008), su disco anterior.

No es de extrañar porque además del punk de los 80, siempre han dicho gustar del punk cañero y rápido. ¿Otro ejemplo? Pues «La pocilga«, con el que que cojungan su origen de barrio con el del local de ensayo en el que practican en un pueblo de Toledo: una pocilga reformada. Además no desaprovechan la ocasión para formular toda una declaración de principios con respecto a su orientación: dejan de lado compromisos sociales y políticos de gran calado para no dejar que nada les haga llorar, reírse de todo, como aquellos simios de «Los monos» de «Donde se Habla» (Ohiuka, 1988) de La Polla Records.

Reconocen merecerse lo peor y se ofrecen para que les mates («Mátame«) ; recomiendan incluso el fármaco con el que actuar. Tratan de animar a la chica con la que están pero fracasan porque está muerta («Hey nena«), pero sobre todo indican abiertamente que lo que quieren, independientemente de cómo sea ella, es tocarle las tetas. Lo hacen en «Cicatrices«, uno de los temas de sus primeras maquetas. Corren el riesgo con ello de que se les achaque cierta condición cafre, sobre todo teniendo en cuenta los requerimientos que hacían, pene en mano, de la chavala de turno al acordarse de ella, en su disco anterior.

Advierten además su oposición frontal a cualquier tema romántico o de amor en el género. Así lo expresan en su «Canta con la polla» y probablemente en el mismo título del disco.

Vuelven a dar en el clavo para los amantes del punk gamberro sin muchas concesiones.

Grupo:

Fue en el Destroy, un bar heavy...

Compartir:

Tracklist:

  1. Madre paranoia
  2. El experimento
  3. No sabes qué hacer
  4. Singing in English
  5. New York
  6. Mátame
  7. La pocilga
  8. Cicatrices
  9. Canta con la polla
  10. Hey! nena
  11. Abandonado
  12. Asesino de enfemos terminales

Compartir: