Fue la autoedición la fórmula elegida por Donantes Sanguinarios para su debut, un CD con portada con la cruz roja sangrante que adoptarían como distintivo de la banda junto a dos jeringuillas en la portada (diseño de Cristina -Cristo de metal tatoo-) simulando quizás calavera con dos tibias cruzadas.
Grabaron en verano de 2008 en los estudios Patetik Punk Grabation de Javier Infexion, situados al igual que el local de ensayo de la banda, en unas pocilgas reformadas en Ugena (Toledo).
Trabajaron con una claqueta a la hora de registrar los temas, lo que se tradujo en cierta contención en la velocidad con la que transcurren a lo largo del disco. Y si bien es cierto que en ocasiones hay canciones que parecen pedir algo más de frenesí, otras por contra, ganan con el reconcentrado que les da el no dispararse a todo trapo.
Ejemplo de ello son, sin ir más lejos, los dos cortes con los que comienza el disco. Tanto «Desertores de la secta católica» y «Los muertos no pueden hablar» son, además de lo mejor del álbum, buena muestra de las capacidades del grupo para reproducir ambientes como los del punk vasco de los 80 que dicen apreciar tanto. Suenan a Eskorbuto, a MCD… y suenan bien.
En la vena macabra o escabrosa tienen, además de la mencionada «Los muertos no pueden hablar«, «Zombie» y las historias oscuras de «Donantes sanguinarios«, «Pesadilla súbita» y «Putas asesinas«.
Dicen encontrar en los Siniestro Total primigenios inspiración para las letras más gamberras (influencia que es cierta escuchando «Sin poder dormir» o «En reclamación» por ejemplo), pero el caso es que en «Recordándote (The pajas song)» parecen sobrepasar lo sutil para adentrarse en la vertiente más cafre, la del género «pajeril». Ojo que grupos como La Polla Records encontraron hueco entre tanta mala baba dirigida a gobiernos y estamentos, para componer un tema de idéntica carga masturbatoria con aquel «Cinco contra el calvo» en su «La Polla Records» (Ohiuka, 1992).
Dan oportunidad los madrileños a temas de proyectos anteriores de sus componentes: «Sheena ya no es un punkrocker«, un interesante canto a la renovación en la escena punk era de Amenaza Social, banda en la que estuvieron Jorge y más tarde Pety, y «Pesadilla súbita» de Rabba, donde tocaba este último.
Cierra el disco «Víctimas del Rock and roll«, pequeña disquisición alrededor de parámetros clásicos de rock.
Un debut que deja muy buen sabor de boca.