Camille Hédouin (Nantes, 1986) llega a Galicia en 2011 para instalarse en la aldea de Pardavedra (A Bola, Ourense) y formar parte del proyecto de recuperación de la aldea de Saumede. Se integra rápidamente, aprendiendo el gallego, idioma que utiliza en sus composiciones junto al francés y el inglés, y comenzando a desarrollar sus propias composiciones partiendo de material obsoleto e instrumentos para niños.
Desarrolla una electrónica muy personal que conecta directamente con la islandesa Björk, pero también con Animal Collective, Grace Jones, The Knife o Tune-Yards… “La gente encuentra lo que quiere encontrar en mi música. Lo que escucho no se tiene que transmitir tan evidentemente. Hay unos filtros inevitables muy subjetivos que son, primero, mi cerebro y, después, el cerebro de la persona que escucha lo que hago. Técnicamente cualquier tipo de música me puede enseñar algo, hasta Julio Iglesias. No sabría definir mi música, hay cosas que me gustan, otras que no y hay cosas que quiero expresar, todo se mezcla y sale en la música. Es un desorden y estoy lejos de estar satisfecha, así que me espera mucho curro” comentaba a Xavier Valiño (MondoSonoro Galicia – Castilla y León / Octubre 2017). Ella habla de “electrónica vocal rural”, algunos medios de worldtrónica.
En 2017 gana el IX Certamen Musical Fran Pérez “Narf» organizado por la Diputación de A Coruña, destacando el jurado “su fuerza, lo bien que comunica, el trabajo que hay detrás de la creación y su condición de proyecto innovador con una impactante puesta en escena”.
Su primer trabajo es “Proba de Son” (Molho, 2017), grabado íntegramente por ella, contando con César ‘el Pana’ (batería de Belöp) para las mezclas y masterización. Algunas canciones del disco como “Chuvia” o “Self sufficiency” son incluidas en el recopilatorio “Dios, Ministerio, Lluvia y Poder” (Autoplacer, 2017), en el que comparte surcos con Drama, Difunta CalvaAñade este contenido y NegrønegrøAñade este contenido. Los cuatro grupos finalistas del Concurso de Maquetas Autoplacer 2016. El disco se presenta como “un collage poético que nos conduce por cuatro paisajes alternativos, diferentes pero subconectados: ‘Dios, ministerio, lluvia y poder’ es un viaje que transita del pop a la electrónica pasando por el synth y el postpunk a través de la experimentación de Negrønegrø, la intensidad de Difunta Calva, el ritmo de Mounqup y la hipnosis de Drama”.
Un año después llega “Castro Verdi” (Molho, 2018). Un paso adelante en su carrera que la lleva a explorar nuevas texturas, aventurándose por nuevos senderos que la acercan al jazz, la electrónica con tintes tribales y la experimentación con música incidental.
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