En 1975 Fórmula V hacía sus últimas grabaciones y su vocalista, Francisco de Asís Pastor Pueyo, enseguida formará el dúo Don Francisco y José Luis. El dúo apostaría por la música acústica y apenas duraría un año sin conseguir ni de lejos acercarse a los éxitos formuleros. Paco entonces iniciará una carrera profesional que le llevará en primera instancia a trabajar para CBS. En la multinacional pocos trabajos musicales va a hacer; sin embargo va a comenzar a interesarse por el mundo -entonces en mantillas- de los videojuegos, que en la siguiente década iban a convertirse en el gran negocio de su vida.
Son unos años de indecisión para Paco, siempre tentado de regresar a los escenarios. En 1978 intentó una nueva incursión musical, esta vez como solista. Se le antojaba su último cartucho musical y optó por volver a los sonidos que tanto éxito le habían proporcionado con Fórmula V. Canciones rítmicas, ambientes veraniegos, letras que exaltan el ligoteo playero, arreglos que buscan una aparente sencillez, aunque en una segunda escucha resultan más elaborados de lo que podría pensarse. El problema es que en ese año la pachanga era casi un dinosaurio y salvo Georgie Dann, pocos la practicaban ya.
Publica el single “Dentro de una Botella” (Novola, 1978), que lo devuelve a las listas de ventas, aunque lejos de la cabecera de las mismas. La canción era clavada a los grandes hits de los Fórmula y, si llega a publicarla unos años antes, estaríamos hablando de uno de los grandes petardazos veraniegos. La canción de marras le acarrea un nuevo verano de carretera y galas por toda la nación, aunque Paco comprueba que el público le pide sus viejas canciones y pasa de las nuevas creaciones como autor y cantante solista. No resultaba nada fácil convertir un fórmula 5 en un fórmula 1.
El lanzamiento va a venir acompañado de todo un LP: “Paco Pastor” (Novola, 1978), que no va a funcionar para nada, a pesar del buen comportamiento de su disco de 45 rpm.
A finales de ese mismo año, vuelve a intentarlo con otro sencillo: “Lo Tuyo No Es Normal” (Novola, 1978). Una pachanguita de melodía endeble y buena instrumentación que pasa del todo inadvertida en un mercado que va decididamente por otro lado. Esto supone el punto y final a la carrera individual de un Paco Pastor cada vez más involucrado en el mundo de los videojuegos.
Fundará primero Erbe Software, que distribuía aquí los juegos creados por la Virgin. La cosa no le va mal y vende la modesta compañía a los japoneses. Inventa entonces Topo Soft, una de las primeras creadoras españolas de videojuegos. Paco Pastor se aleja totalmente de la música y en 1987 es nombrado consejero delegado de Sega España, entrando en el boyante mundo de las videoconsolas y en 1989 presidente de la empresa. Ocupará con notable éxito ese puesto hasta 1993, en que decide bajar el pistón y tomarse la vida de forma tan placentera como proponía en sus viejas canciones.
Con 47 años decide más o menos prejubilarse. Desde finales de los 90, con sus antiguos enemigos Los Diablos, pone en marcha Fórmula-Diablos. También hace un intento de reconstrucción de Fórmula V con su viejo compañero Kino de la Peña, guitarra del recordado grupo. Con una u otra formación cada verano hace un puñado de galas, recordando aquellas canciones que varias generaciones de españoles hemos canturreado infinidad de veces. También reavivó unos nuevos Fórmula V, con solo él de los componentes originales que actuó por Hispanoamérica.
Paco Pastor, un tipo entrañable con una personal voz y una vista de lince, que ha sabido pasar desde el madrileño barrio de San Blas hasta las urbanizaciones más exclusivas sin perder esa pícara sonrisa con la que derribó todos los muros que se le pusieron por delante.
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