Tras un EP publicado ese mismo año, y con hasta tres cambios de nombre para la banda, el Grupo de Expertos Solynieve edita “Alegato Meridional” (El Ejército Rojo, 2006) en el propio sello de Los Planetas. El concepto es el mismo que el que pretendían con su EP: una reivindicación de cierta personalidad sureña, una visión de la vida basada en el hedonismo, una desaceleración vital de la que la música es un componente esencial.
No sabemos si J habla de él mismo y de su hartazgo temporal con Los Planetas, pero lo que sí parece claro es que la experiencia, informal y espontánea, nacida de la necesidad de distenderse sirve de impulso para su otra banda de cara a la búsqueda y hallazgos en “La Leyenda del Espacio” (RCA, 2007), el disco más ambicioso del quinteto granadino.
Las letras de este disco están impregnadas de detalles minimalistas sobre las cosas buenas de la vida. La casi ausencia de referencias amorosas y mucho menos melodramáticas en ese terreno, y en contraposición a ello cantos a la tierra, al mediodía, a la Naturaleza y la amistad, es el componente principal.
Rehúsan hablar de proyecto paralelo de ninguno de los miembros (ilustres porque además de miembros de Los Planetas hay miembros de 091 o Lagartija Nick, otros grandes grupos “granaínos”) y lo plantean como un homenaje a grandes artistas que admiran en lo musical y en lo mundano.
En este sentido, las versiones elegidas son de lo más significativo. Por un lado transforman “The ballad of easy rider” de The Byrds en “La balada de buscando mi destino” con ecos al folk-rock de los autores originales pero también de Dylan. También reinterpretan la vida de ese gran (mal) vividor que fue el sevillano Silvio con “Sureños”, escrita por el Pive Amador. Y por último también versionan la maravilla de Vainica Doble que es “Déjame vivir con alegría” de su álbum “Contracorriente” (Movieplay-Gong, 1976), que parece escrita expresamente para un disco con esta temática. Musicalmente es bastante más conservadora que la del dúo hispano-holandés, pero su ácida letra y su reivindicación de los pequeños placeres de la vida mundana frente al etnocentrismo del capitalismo desaforado son más actuales aún hoy en día que en su momento.
La huella de Vainica Doble es aún más patente que en la propia versión en la magnífica “Alegato meridional”, cuya letra parece escrita por ellas mismas, llena de sus temas fetiche (lenguaje arcaizante, gatos, elogio de la amistad, costumbrismo de observación mordaz).
Arrebatadas críticas contra el sistema como en la musicalmente festiva “Una muerte lenta y dolorosa”, la reivindicación solipsista de la vagancia de “Una pila de cosas” o las dos versiones de “Par de flamenquines”, una la denominada “Billy total” más narcótica, casi en la línea de los propios Los Planetas, y otra festiva la que denominan “Más de lo mismo”.
J suelta todo su acento sin ningún tipo de temor en un disco de canciones breves (pocas pasan de los tres minutos, ninguna llega a los cuatro) al que se le puede poner un único pero: puede hacerse un tanto largo con catorce temas (dos más se pueden considerar parte del mismo “Once” y “Reggae-Buho” accesible por el sistema de Open-Disc), pero perfecto a la hora de transmitir sus intenciones de contagiar de la alegría de vivir a quien lo escuche.
Como ellos mismos dicen en la canción recuperada de su single de debut… ”Se ve que hay calidad”.