A finales de 1971 Los Bravos se percibían ya como algo del pasado y cumplían sus últimos contratos. Por su parte Los Z-66 habían quedado el año anterior descabezados al abandonar el grupo su cantante. Es decir, los dos grupos se ven más o menos en la misma situación. Pero dejando aparte sus figuras emblemáticas, Mike Kogel (Mike Kennedy) y Lorenzo Santamaría respectivamente, ambos grupos atesoraban una gran calidad. En ese momento deciden unir sus fuerzas. Los Bravos aportan su cantante, Andy Anderson, y su bajista, Miguel Vicens. Los Z-66 suman su batería, Manolo Marí, y su guitarrista, Vicenç Caldentey. Además se ficha a un guitarrista inglés, conocido de Anderson, llamado David Wamsley. Caldentey no llega ni a debutar y se apea del carro a las pocas semanas. Se recurre a un chavalín de Manacor del que se hablan maravillas. Este muchacho de apenas dieciocho años es Joan Bibiloni y con el tiempo será considerado una de las mejores guitarras de la música española.
Con esta formación sacan su primer single: “This is a Happy Song / It´s all Been Dream” Miguel Vicens, bajista de Mike and The Runaways y de Los Bravos abandona entonces el grupo. Aunque éste lo deja sólo relativamente porque se va a convertir en el manager de la banda. El bajo ahora va a caer en manos de Alberto Candela.
Zebra sufre un cierto viraje que lo convierte en un grupo de pop rock de tintes bastante más comerciales que la radical concepción de la banda en sus inicios. Obtienen buenas ventas con su “Oh Daddy, Oh Mama” (Novola, 1973). Al año siguiente publican cuatro sencillos, de los cuales el que mejor se defiende en el mercado es: “Hey, Girl” (Novola, 1974). De la deriva comercial del grupo da idea que ese mismo año van a participar en el Festival de Benidorm con el tema “Solo Aquí Pensando” (Novola, 1974), alejado de su habitual estilo. Por esas fechas entra un nuevo músico en la formación, el teclista Agustí Fernández.
Ya cerca del final de su carrera, el grupo cumple con su ilusión largamente perseguida de grabar un LP: “Zebra” (Novola, 1976). Un trabajo hecho con bastantes medios y tiempo por delante que no va a cuajar y que muestra una banda tan eficaz como cansada y falta de imaginación compositiva. El disco no recibe buenas críticas ni va a contar con el apoyo de un público que ya no bebe en las fuentes que ellos plantean. Esta desilusión va a precipitar la disgregación del grupo que se producirá de manera efectiva en 1977, aunque sus componentes ya están desde el año anterior metidos en otros proyectos.
Joan Bibiloni formará a partir de 1976 el dúo de guitarras Milan & Bibiloni, para posteriormente realizar grabaciones en solitario o con figuras internacionales de la talla de Larry Coryel o Kevin Ayers, siempre con las seis cuerdas como protagonista . David regresará a Gran Bretaña, donde formará parte de alguna banda de escasa proyección. Agustí Fernández se convertirá con el tiempo en un reputado pianista de jazz.
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